De nuevo se ha producido un importante incidente nuclear, esta vez en la central nuclear de Santa María de Garoña.. Cuando esta semana la central pretendía reanudar su producción, tuvo lugar la explosión de un trasformador, ubicado dentro del recinto aunque fuera del edificio. La explosión fue de gran intensidad y causó gran alarma entre […]
De nuevo se ha producido un importante incidente nuclear, esta vez en la central nuclear de Santa María de Garoña.. Cuando esta semana la central pretendía reanudar su producción, tuvo lugar la explosión de un trasformador, ubicado dentro del recinto aunque fuera del edificio. La explosión fue de gran intensidad y causó gran alarma entre los habitantes de la zona.
Efectivos de la Guardia Civil se desplazaron hasta el lugar de la explosión, e incluso se llegó a temer que se tratase de un atentado, lo que provocó momentos de alarma y tensión entre los vecinos, que desconocían el alcance y las consecuencias del problema, ya que nadie les explicó qué estaba ocurriendo.
Según la información de la que disponen Ecologistas en Acción y Greenpeace, la central no ha notificado el incidente al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Lo que, de nuevo, pone de manifiesto la falta de transparencia con que esta instalación actúa, intentando en todo momento esconder cualquier problema que ocurra. Probablemente para obtener una prórroga en su funcionamiento.
En estos momentos, en los que la central pretende obtener diez años más de vida, situaciones como la acontecida esta semana ponen de manifiesto la irresponsabilidad e inviabilidad de esa pretensión.
«Sólo aquellos que opten por jugar a la ruleta rusa pueden apoyar la prórroga de una central vieja y con mil y una grietas», ha asegurado Luis Oviedo, portavoz de Ecologistas en Acción.
Este incidente pone de manifiesto la necesidad de cumplir la promesa electoral del Gobierno de cerrar esta central y así garantizar la seguridad y tranquilidad de toda la zona.