Las voces que claman por introducir en el Estado español el pago directo del paciente por el uso de la sanidad pública y el de los pensionistas por los medicamentos, cada vez se repiten en más lugares. A los «100 economistas» y a los «100 empresarios» que abogan por drásticos recortes del gasto en servicios […]
Las voces que claman por introducir en el Estado español el pago directo del paciente por el uso de la sanidad pública y el de los pensionistas por los medicamentos, cada vez se repiten en más lugares. A los «100 economistas» y a los «100 empresarios» que abogan por drásticos recortes del gasto en servicios sociales, pronto seguirán los «100 expertos sanitarios» que exijan el llamado copago. No son muchos, pero son poderosos -de todos los colores políticos- y lo repiten muchas veces, como Queipo de Llano en Sevilla. Ante la avalancha de recortes que se anuncia contra las clases populares, sólo los más ingenuos o desinformados ignoran que -si no lo remediamos- el Gobierno o un nuevo Pacto de Estado, nos impondrá el copago en la sanidad y en la farmacia.
Los «expertos», las y los Consejeros de Sanidad de las CC.AA., los economistas de la salud, las asociaciones profesionales, etc, saben perfectamente que el gasto sanitario, no sólo no se reducirá, sino que puede incrementarse porque los pacientes retrasarán la consulta y la enfermedad será más difícil y más costosa de curar.
Están perfectamente informados de las graves repercusiones sobre la equidad que entraña esa medida: como ha sucedido en otros países, dejarán de ir al médico los sectores de la población con menos recursos -que son los que más necesidades socio-sanitarias tienen- y no aquella mínima proporción que acude al médico sin necesidad, si puede pagárselo.
Conocen perfectamente que es profundamente injusto que a las trabajadoras y trabajadores que financiamos con nuestros impuestos y cuotas de la Seguridad Social la sanidad pública y a los pensionistas que han pagado para ella durante toda su vida laboral, se les exija pagar otra vez, precisamente cuando estemos enfermos.
Pero todas esas evidencias no importan. De lo que se trata precisamente es de quitarse de en medio a los no rentables: pobres enfermos crónicos y personas mayores y de que la sanidad pública se parezca, también en la necesidad de pagar, a la privada.
En Grecia, una de las medidas impuestas en el «ajuste» impuesto por el gobierno «socialista» ha sido la obligación de pagar 3 euros por la consulta, por las urgencias y un porcentaje del coste de las pruebas. Con su respuesta, una vez más el pueblo griego nos marca el camino. La enorme pancarta del Partido Comunista de Grecia que nos convocaba Pueblos de Europa, ¡levantáos!, era el preludio de una cascada de ejemplos de lucha, cuya penúltima edición tiene por escenario la sanidad.
Frente a ello, la acción del personal sanitario ha sido contundente. Ha llamado a una semana de lucha, de desobediencia masiva: Elefcerotipia [1]. Una hermosa palabra que hay que aprenderse.
Las y los trabajadores de varios hospitales ha ocupado las oficinas de los mismos para impedir que se cobrara el dinero a los pacientes. Es uno más de los actos que se incluyen el la semana de acceso libre y gratuito a todos los servicios del Sistema Nacional de Salud, convocada por la Federación de Médicos de Hospital (OENGE).
Los médicos gritaban desde los altavoces de los hospitales: «Si la economía griega está enferma, el dinero no hay que buscarlo en los pacientes ya pagan muchas veces el sistema de salud a través de sus impuestos, del recorte en sus salarios, y a través de las mutuas de seguros. No s necesario pagar otra vez en el momento de una urgencia, en la hora de la necesidad».
La doctora Olga Kosmopoulo, del hospital de Níkea, miembro de la dirección de la OENGE declara: «Desde el momento en el que el Estado decide privar al pueblo de su derecho al acceso gratuito, nosotros -como médicos de hospital- estamos obligados por nuestro compromiso con el código de deontología médica a movilizarnos. De hecho esta semana es una invitación a la desobediencia masiva. Esto no es una acción filantrópica. Es la defensa de derechos».
El doctor Varnavas, presidente de OENGE, resume: La crisis financiera ha comenzado a adquirir rasgos de crisis humanitaria y los médicos no podemos permanecer indiferentes ante la grave situación creada. La «elefcerotipía» es el primer paso de nuestra respuesta e invitamos a organizaciones y ciudadanía a que luchen con nosotros por un sistema de salud público, gratuito, de calidad y accesible a todas las personas del país».
Aquí estamos viendo desde hace tiempo el desastre de la privatización y algunas organizaciones -cada vez más en todo el Estado- llamamos unitariamente a la movilización. El próximo día 2 de diciembre habrá concentraciones en Madrid y Barcelona contra la privatización, el copago y la derogación de la Ley 15/97.
Además solicitamos que se pongan mesas para informar y recoger firmas y se firme masivamente en contra del copago en www.casmadrid.org
Nota:
[1] Información publicada por Casmadrid http://www.casmadrid.org/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.