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En los últimos años sólo se ha detenido a los responsables del 1%, de los detenidos sólo el 20% acaban enjuiciados

Greenpeace pone rostro a los 8 mayores responsables de incendios forestales en España

Fuentes: Greenpeace

Greenpeace ha presentado hoy el informe Incendiarios. El perfil de los que queman los montes en España, en el que denuncia que a pesar de las enormes pérdidas económicas y de vidas humanas que suponen los incendios forestales así como la factura ambiental que dejan sobre nuestros ecosistemas, todavía existen importantes dudas sobre algunas causas […]

Greenpeace ha presentado hoy el informe Incendiarios. El perfil de los que queman los montes en España, en el que denuncia que a pesar de las enormes pérdidas económicas y de vidas humanas que suponen los incendios forestales así como la factura ambiental que dejan sobre nuestros ecosistemas, todavía existen importantes dudas sobre algunas causas y motivaciones de los incendios forestales en nuestro país. Greenpeace denuncia que sólo de detiene al 1% de los que queman los montes y que sólo un 20% de esos detenidos acaba siendo juzgado por delito de incendio forestal.

Pese a ser un problema de primer orden y al que los españoles identifican como el principal problema ambiental del país, todavía se desconoce el origen del 47% de los 20.000 incendios forestales que se producen al año.

Greenpeace España ha realizado un análisis para sacar del anonimato a los que están quemando los bosques españoles. Ha identificado 8 arquetipos y ha realizado un «retrato robot» de los mismos. Estos 8 personajes, causantes de los grandes incendios que han asolado los montes españoles en las últimas décadas, aparecen en las estadísticas de causalidad de incendios forestales del Ministerio de Medio Ambiente, en los análisis de detenidos por la Guardia Civil, en los perfiles que se deducen de las sentencias por incendio forestal a las que Greenpeace ha tenido acceso.

Con datos del Ministerio de Medio Ambiente para el periodo 1996-2005 y sobre el total de incendios con causa conocida y con datos, los personajes aludidos son:

  • El Agricultor irresponsable, que con sus periódicas quemas de rastrojos ocasiona más del 31% de los incendios y el 13,9% de la superficie quemada.
  • El ganadero inconsciente, que con sus quemas para la regeneración de pastos ocasiona el 21,5% de los incendios y produce el 26,5% de la superficie quemada.
  • El mal cazador, que provoca fuegos para favorecer a determinadas especies cinegéticas, ocasionando el 2,1% de los fuegos y el 4,37% de la superficie quemada.
  • El imprudente, que con sus hogueras y colillas mal apagadas ocasiona el 6,7% de los incendios y el 7,8% de la superficie quemada.
  • El pirómano, persona trastornada sin intención de hacer daño pero que provoca el 7,5% de los incendios y el 4,9% de la superficie quemada.
  • El asocial conflictivo, persona altamente conflictiva, con problemas de integración social y de drogodependencias que provoca el 3% de los incendios y el 4,6% de la superficie quemada.
  • El interesado, ciudadanos que buscan aprovecharse de los efectos de los incendios forestales por diversos motivos y que generan el 0,6% de los incendios, 0,3% de la superficie quemada
  • Don Importante, desde su despacho y con sus decisiones ha provocado el 2,6% de los incendios que han originado el 6,7% de la superficie quemada.

La actividad de estos 8 tipos de incendiarios representa una amenaza para los bosques españoles. Ellos representan al 60% de los incendiarios identificados, son responsables de 3 de cada 4 incendios con causa conocida (el 75,28%) y queman el 70% de la superficie forestal que arde cada año en España.

Aunque la vía penal no debe ser la única ni la principal herramienta para prevenir este problema, la detención y enjuiciamiento de los causantes de incendios forestales está todavía por desarrollar. Ninguna administración dispone de datos sobre cuántos detenidos por este motivo pasan a disposición judicial. Tampoco se sabe cuántos y quiénes han sido condenados por quemar los montes. Se instala en la ciudadanía la sensación de impunidad y muy pocos de los grandes incendios provocados por personas jurídicas han sido perseguidos por la Justicia.

Greenpeace ha obtenido tras su investigación un listado de más de 90 sentencias por delito de incendio forestal en lo que supone la mayor aproximación a esta realidad hasta la fecha. Pese a que la mayoría de las tipologías de incendiarios han sido ya condenados por este delito, la investigación revela que es necesario revisar algunos tipos penales para evitar que muchos incendios sigan quedando impunes.

Greenpeace propone en su informe las siguientes medidas para acabar con la impunidad de los incendiarios:

Realizar mayores esfuerzos en el estudio de las causas de los incendios forestales; conseguir una eficaz y coordinada investigación policial; seguir apelando a la permanente colaboración ciudadana para identificar a los incendiarios y dotar a los fiscales de medios suficientes para realizar las investigaciones pertinentes.

Realizar un seguimiento de los procedimientos abiertos y crear un registro sobre la respuesta penal, en años de cárcel impuestos, por incendios de bosques y montes. Realizar una oportuna detección, seguimiento y control de la patología de piromanía, incluido el internamiento post delictivo en centros especializados en los periodos críticos.

Reformar el Código Penal para cambiar algunos tipos penales para:

Considerar punible toda imprudencia relacionada con el incendio forestal sin exigir que ésta sea necesariamente grave.

La tipología imprudente, aplicable a la persona jurídica, debería ser objeto también de sanción directa en los casos de empresas e instituciones que por no adoptar precauciones debidas (empresas ferroviarias, de suministro eléctrico, Ministerio de Defensa) dan lugar a incendios forestales.

Establecer sanciones directas, y dentro de ellas, una multa, para las personas jurídicas en aquellos casos en que fuera demostrada su intervención en un delito de incendio forestal. Sería esta una medida imprescindible para erradicar cualquier posible beneficio, propio o a terceros, que pudiese derivar de la acción incendiaria.

«Aunque presumamos de tener un código penal moderno no hemos sabido aplicarlo para combatir el problema de los incendios» añade Soto. «Es necesario que las fiscalías de medio ambiente tengan medios técnicos y humanos para poder enjuiciar a los detenidos y romper la sensación de impunidad que pesa sobre el delito de incendio forestal», añadió.