El Proyectos Palomas realiza audiovisuales y talleres que impulsan ideas, sentimientos y emociones para la construcción del desarrollo humano.
Una presentación especial del documental «Guajiros…de donde viene el amor» (2012), de la realizadora Lizette Vila, logró que sus protagonistas, hombres que trabajan la tierra en 11 provincias cubanas, conversaran en esta capital sobre diversos temas como el machismo.
El cine habanero 23 y 12 se abarrotó con múltiples personas que acudieron el pasado 15 de marzo a la cita organizada por los no gubernamentales Proyecto Palomas, la Asociación Cubana de Producción Animal y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, entre otros, en saludo al aniversario 54 del estatal Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.
Los emotivos e incluso desgarradores testimonios de los campesinos sobre género, machismo, discriminación, violencia, patriarcado y cambios en la forma de ver y armar la vida, conmovieron al auditorio, que regaló a productores de ganado, cunicultores, vaqueros y otros trabajadores agropecuarios largos aplausos por sus sinceras respuestas.
El profesor Julio César González Pagés, coordinador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades, consideró que el documental constituye una inspiración para quienes trabajan los asuntos de género y salda de alguna manera una deuda con el campesinado de la isla caribeña.
«En Cuba hemos hablado del machismo en los últimos tiempos pero hay pocos espacios, sobre todo en los sitios urbanos, donde se hable del hombre campesino. Los trabajos que abordan las desigualdades entre hombres y mujeres, la masculinidad y la diversidad son escasos», enfatizó.
González felicitó a quienes dieron su testimonio por lo difícil que puede resultar para un hombre desdoblarse frente a una cámara en un país muy machista, tanto en el campo como en la ciudad. Realizar ese tipo de confesiones es entendido como una vulnerabilidad por personas retrógradas, que pueden burlarse del individuo que contó su historia, abundó.
«Siempre pensamos en los hombres, pero la sociedad cubana debe revisar la dosis de machismo de nuestras mujeres, que también reproducen comportamientos hegemónicos y violentos. Para construir la equidad, hay que hacer una revisión de toda la cultura y buscar las raíces de las desigualdades en el patriarcado», enfatizó.
El documental, que se vale de elementos de dramatismo y humor para tocar las fibras más íntimas de las y los espectadores, contribuye a la campaña por la no violencia contra las mujeres y las niñas desarrollada en el país, consideró González Pagés. «Tenemos en este grupo a líderes de opinión y aliados en once provincias cubanas», aseguró.
Así, varios integrantes del público propusieron que este y otros materiales de Vila como «Voces… sueños, amor y Paz» (2003) y «La deseada justicia» (2007)- sobre la violencia hacia la mujer- sean transmitidos por la televisión cubana para contribuir a la educación de la población y promover la reflexión colectiva entorno a este problema social.
La recepción que tuvo el audiovisual sobrepasó las expectativas de los protagonistas.
Según Javier Oscar Cifuentes, «casi todos somos guajiros montunos. Nunca pensé que esto fuera así… tan emotivo». «En la casa de los guajiros, las que mandan son las mujeres porque los hombres estamos con los toros», bromeó el habitante de Ciego de Ávila, a 434 kilómetros al este de La Habana.
«Nuestro mundo está compuesto por el hombre recio del campo, el rodeo y los animales. Yo me debo a mi mujer y mi familia, y me siento un hombre feliz», dijo visiblemente emocionado Guillermo Argelís, más conocido como «El Choro», del poblado de Rancho Raúl, en la oriental provincia de Santiago de Cuba.
Por su parte, Vila apuntó que el encuentro «fue el resultado de un proceso más que una emoción». El Proyecto Palomas busca cerrar los ciclos que comienzan con la elaboración del documental y deben continuar con el intercambio entre sus protagonistas y el público, explicó la también coordinadora de esta iniciativa que lucha por la equidad de género.
Esta iniciativa nació el 13 de junio de 2002, con la finalidad de organizar acciones que fomenten una cultura de paz y difundan cambios en los estilos de vida. Los audiovisuales que producen y sus actividades están guiados por la búsqueda de la inclusión social y el respeto a la diversidad humana.