El pasado 5 de julio la dirección federal de Izquierda Unida (IU) entregó una carta de despido a cinco trabajadores con efectos de extinción laboral a 5 de agosto, con una indemnización de 20 días a pagar en plazos. Durante todo este tiempo la actual dirección no ha mostrado ninguna voluntad de negociar con nosotros […]
El pasado 5 de julio la dirección federal de Izquierda Unida (IU) entregó una carta de despido a cinco trabajadores con efectos de extinción laboral a 5 de agosto, con una indemnización de 20 días a pagar en plazos. Durante todo este tiempo la actual dirección no ha mostrado ninguna voluntad de negociar con nosotros y de llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes: trabajadores y organización.
Sin menoscabar la situación económica de IU, queremos manifestar que por parte de la dirección actual no se ha hecho ningún esfuerzo por solucionar esta crisis sin despidos, tal y como propugnamos y manifestamos cuando se trata de otras empresas.
Sin embargo, como militantes de IU y del PCE, creemos que existen otras formas de abordar los problemas con soluciones que pasan por:
1/ disminuir la amortización de la deuda bancaria hasta el mínimo del 25% que permite la ley de financiación de partidos políticos en su artículo 9.
2/ instar a las federaciones deudoras con IU Federal a que liquiden su deuda.
3/instar a los todos los cargos públicos de IU al pago inmediato del porcentaje de su contribución que debe ser transferido a IU Federal.
4/ disminuir de forma drástica gastos superfluos -en muchos casos excesivos- del funcionamiento cotidiano (viaje, comidas, teléfonos, mobiliario de oficina, etc).
La aplicación rigurosa de estos cuatro pasos habría hecho innecesarios los despidos. Sólo ajustando la renegociación con los bancos a lo dispuesto en Ley, la situación económico-financiera de IU cambiaría radicalmente. Si de todos los ingresos a los que hace referencia esta Ley sólo se destina el 25% al pago de la deuda bancaria, la solvencia económica de IU está garantizada para los próximos 4 años, pudiéndose mantener el mismo nivel de empleo y otros gastos, incluidos los corrientes. Todo ello sin tener en cuenta el ajuste que se pudiera realizar en estos últimos gastos, y sin cuantificar los ingresos por federaciones y cargos públicos.
Desde un principio se desdeñó el diálogo con los trabajadores buscando la ruptura de la plantilla laboral y sus asambleas, «filtrando» los nombres de los afectados antes del inicio de la negociación. Se despreciaron propuestas y soluciones aprobadas por mayoría en asambleas de trabajadores (ERE de suspensión temporal de contratos, búsqueda de recolocaciones a los posibles afectados, traslado de la sede federal con el ahorro consiguiente de gastos), enviando como representante de la empresa al Secretario de Empleo, Javier Alcázar, al acto de conciliación para que éste a su vez se limitará a ratificar los términos de la carta de despido sin más (20 días por año trabajado a pagar en plazos), al tiempo que, con gran sorpresa e indignación, se realizaban nuevas contrataciones.
Los cinco trabajadores despedidos tenemos militancia activa tanto en IU como en el PCE, con posicionamiento político claro sobre la situación interna de nuestra organización. La gestión a la crisis económica y laboral de IU llevada a cabo por el actual equipo de dirección -incapaz de aportar soluciones- se está realizando con gran irresponsabilidad, prepotencia y sectarismo, dilapidando las señas de identidad de IU. Actitudes todas impropias de una organización política, como la nuestra, que a diario alza su voz en defensa de los derechos de los trabajadores y que promovió y participó activamente en la huelga general contra la reforma laboral que ahora se aplica en estos despidos. Queremos aclarar que no deseamos dañar la imagen pública de IU y que esta situación nos duele como afectados y militantes pero defenderemos, hasta las últimas consecuencias, nuestros derechos como trabajadores buscando siempre el diálogo y la negociación.
Ponemos a disposición Rebelión toda la información que acreditan estas líneas.