Los idiomas se hacen con enriquecimientos y añadidos. Ningún idioma ha permanecido jamás en estado puro y las transfusiones de vocablos de otras lenguas son frecuentes. Puede decirse que mientras más adquisiciones asimile más suntuoso es. Pero también es necesario velar por cierta pureza que impida que las ganancias se conviertan en deformaciones. El español, […]
Existe el Diccionario de la Real Academia Española que es reeditado periódicamente. Sin embargo en 1997, durante la celebración en Zacatecas, México, del Primero Congreso Internacional de la Lengua Española surgió la iniciativa de compilar un diccionario que actualizase el idioma de las acometidas que sufre.
Acaba de salir en Madrid, editado por Santillana, el Diccionario Panhispánico de Dudas que es el resultado del trabajo combinado de todas las Academias de la Lengua durante ocho años. Trata de poner un poco de orden y de disciplina, sin rigidez, con flexibilidad compresiva, en el idioma español. Fue presentado en Madrid ante representantes de los principales medios de comunicación de Iberoamérica y los directores de todas las academias americanas y la española.
Las novedosas ciencias informáticas, por ejemplo, son una fuente desbordante de neologismos. Se emplea con frecuencia software y las Academias proponen que se diga programa informático. Hardware debe ser sustituido por equipo informático. Link, que es la conexión entre elementos del hipertexto, debe sustituirse por vínculo. Attachment no debe usarse, sino adjunto. Bytes, la unidad de información, se autoriza sin olvidar que en español el equivalente es octeto. Chip, la diminuta placa de material semiconductor, es aceptado tal cual. El hacker debe enunciarse como pirata informático. Back-up debe enunciarse como copia de seguridad.
Del mundo teatral y del entretenimiento hay otras sugerencias. Dancing debe decirse salón de baile. Compact disk es disco compacto. Copyright no se usará, sino derechos de autor. Atrezzo, que es el conjunto de enseres necesarios para una representación, puede decirse atrezo. Cassette, la caja plástica que encierra una cinta magnética con video o sonido, puede escribirse como casete. Casting, el proceso de selección para el reparto de una película o espectáculo, queda autorizado como castin. Flashback debe decirse retrospectiva o secuencia retrospectiva.
Del orbe del vestuario hay otras novedades. El tejido sintético como conocido como lycra se admite como licra. El blue jean se dirá vaquero. Se acepta el pañuelo de papel kleenex que se escribirá clínex. El bloomer inglés se convierte en blumer. La chaqueta deportiva conocida como blazer se cambia legalmente en bléiser. En materia deportiva finalmente se acepta récord, aunque inicialmente se intentó sustituirlo por plusmarca, que permanece válido, pero no se podrá decir training sino entrenamiento.
Cash no se dirá sino efectivo y la bazzooca se torna en bazuca. El pan francés conocido por baguette es aceptado como baguete. El bussiness inglés se convierte lícitamente en bisnes, pero no se acepta el cubanismo bisnero por hombre de negocios.
En materia de topónimos las Academias dictaminan que la capital de China será Pekín, y no Beijing como erróneamente escriben algunos tomándolo del inglés y del pinyin, el sistema de transliteración de caracteres chinos al alfabeto latino, desarrollado en China a partir de 1958 para unificar los diversos sistemas de transcripción del chino.
El famoso by-pass de la cirugía cardiológica debe decirse puente coronario y si se refiere a las obras públicas será circunvalación. Bluff será ahora bluf. Short no se acepta sino pantalones cortos. No se dirá background sino experiencia, antecedentes.
El español ha conocido un crecimiento acelerado en nuestro siglo. En los albores del siglo XX lo utilizaban ochenta millones de personas; hoy, pasan de cuatrocientos. Ese crecimiento desmesurado ha constituido el principal riesgo: el español ha corrido el peligro de la fragmentación. Se ha temido un serio desgajamiento, la posibilidad del nacimiento de lenguas vernáculas que fueran separándose, cada vez más, de la lengua madre.
En realidad el idioma lo hace el pueblo, con sus modismos, su peculiar manera de expresarse, la acuñación de modos orales surgidos del uso o de la fértil imaginación popular. Hay que ceñir las preceptivas del idioma al uso que de él haga el pueblo, que es su verdadero autor. Y eso es lo que ha hecho este reciente Diccionario Panhispánico de Dudas, que es la novedad del momento.