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Hacia una Ley Integral de Transexualidad

Fuentes: Diagonal

La Fundación Daniela inicia una campaña de recogida de firmas para conseguir sacar adelante una iniciativa popular que impulse la creación de una Ley Estatal Integral de Transexualidad. ‘Derecho a ser quien soy‘ es el título de la campaña iniciada por la Fundación Daniela, una organización independiente sin ánimo de lucro que lucha contra la […]

La Fundación Daniela inicia una campaña de recogida de firmas para conseguir sacar adelante una iniciativa popular que impulse la creación de una Ley Estatal Integral de Transexualidad.

Derecho a ser quien soy‘ es el título de la campaña iniciada por la Fundación Daniela, una organización independiente sin ánimo de lucro que lucha contra la discriminación de niños y adolescentes transexuales, para conseguir presentar una iniciativa popular que exija la creación de una Ley Estatal Integral de Transexualidad. Esta ley «permitiría a niños, niñas y adolescentes transexuales obtener el reconocimiento y la protección que merecen», explican desde la fundación. Por eso han iniciado esta campaña de recogida de firmas, cuyo objetivo es llegar a las 500.000 necesarias para presentar una iniciativa popular.

La necesidad de una ley integral

«Todos los niños y niñas tienen derecho a una identidad oficial registrada en un certificado de nacimiento, así como el derecho a que esa identidad oficial sea consecuente con su identidad real. A un porcentaje de niños y niñas se les adjudica un sexo erróneo en el momento de su nacimiento al basarse exclusivamente en la apariencia de los genitales externos, provocando así una discordancia entre lo real y lo registral». Así explica la Fundación Daniela la necesidad de crear una herramienta que recoja estos derechos: una ley integral de transexualidad.

«Los niños, niñas y adolescentes transexuales necesitan tener derechos como cualquier otro, entre ellos derecho a utilizar libremente el nombre que hayan elegido, que debe ser reflejado en su documentación legal, en la documentación administrativa del centro académico, en los listados de alumnos y calificaciones académicas. Derecho a poder recibir tratamiento médico relativo a su transexualidad, especialmente la terapia hormonal; derecho a no sufrir discriminación por motivos de identidad de género, para lo que son necesarios programas de sensibilización sobre los derechos humanos y los principios de igualdad y no discriminación, programas de capacitación dirigidos a docentes y estudiantes».

La asociación Chrysallis, que agrupa a familias de menores transexuales, también incide en la necesidad de una ley que proteja a los menores transexuales: «Las necesidades son muy básicas y lo que debería incluir una ley para nuestros menores ya está recogido en la Constitución y en los Derechos del Niño: no es otra cosa que el derecho al libre desarrollo de la persona, que no se respeta», explica a Diagonal Natalia Aventín, presidenta de Chrysallis en España. «El que no se le excluya del sistema sanitario o la libre identidad son derechos fundamentales», apunta.

La situación actual en nuestro país

La regulación de la identidad de género o de la transexualidad se ha realizado en España a través de la ley 3/2007. Esta ley modifica la mención registral relativa al sexo de la persona, pero tiene muchas lagunas, según manifiestan diversas asociaciones. «La identidad de la persona implica mucho más que una rectificación registral, como por ejemplo la existencia de un derecho a la propia identidad sexual y de genero, la atención integral de la salud de las personas transexuales, los incentivos a la investigación en el aérea de la transexualidad, las campañas y acciones de lucha contra la transfobia, la creación de un servicio de asesoramiento jurídico y de apoyo psicológico y social a los familiares de la persona transexual y el diseño de una política de discriminación positiva en el empleo y en otros ámbitos jurídicos y sociales», explican desde la Fundación Daniela.

Además, ésta no incluye a menores transexuales ni a extranjeros transexuales, no recoge la penalización específica de la transfobia en el código penal, ni asegura un tratamiento adecuado de las personas transexuales en los Centros Penitenciarios.

Las comunidades autónomas decidieron regular esas carencias y el resultado han sido diferentes leyes autonómicas en Navarra, País Vasco, Extremadura o Andalucía. En esta última se consiguieron importantes avances, y una definición de identidad de género como «la vivencia interna e individual del género tal y como cada persona la siente, que puede corresponder o no con el sexo asignado en el momento del nacimiento y que incluye la vivencia personal del cuerpo. Puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos quirúrgicos o de otra índole siempre que ello sea libremente escogido» (artículo 3).

El caso de Argentina

«La ley argentina es la la mejor actualmente y ojalá se pudiese implantar tal cual aquí», explica África Pastor, vicepresidenta de la Fundación Daniela. La Ley de Identidad de Género argentina se aprobó el 9 de mayo de 2012 y permite a cualquiera modificar su nombre y sexo en el DNI sin ningún requisito previo más que la expresión de su voluntad. Se trata de un gran avance, puesto que en la mayoría de países con leyes parecidas se exigen diagnósticos médicos, tratamientos hormonales y quirúrgicos e incluso la esterilización previa para conseguirlo.

Además, la ley argentina contempla el acceso gratuito a los tratamientos y operaciones de reasignación de sexo. En palabras de Mauro Cabral, activista argentino y representante de GATE (Global Action for Trans Equality), «demuestra que se puede tener acceso al reconocimiento de la identidad y a modificaciones corporales sin que sea necesario un diagnóstico. Es la respuesta a algo que muchos activistas en muchos lugares estábamos buscando».

Los motivos por los que Argentina ha conseguido estos avances a nivel legal los relaciona Cabral con la fuerza que tiene en este país el derecho a la identidad: «La experiencia con el robo de bebés durante la dictadura y los cientos de nietos y nietas que todavía están perdidos hace que el derecho a la identidad sea un argumento contra el cual prácticamente no se discute. Es un lenguaje que en Argentina se conoce bien. Es decir, esto que es la identidad legal, la identidad que me reconoce el Estado, no es mi identidad verdadera. Y ese desconocimiento produce una serie de violencias que no son sólo jurídicas, sino que son sobre la vida cotidiana. Tengo el derecho humano a ser reconocido por el Estado y por los demás en la que es mi verdadera identidad«.

No es un capricho

«Si a través de esta campaña la sociedad logra entender que la transexualidad forma parte de la diversidad humana, que no es una forma de vida, ni un capricho, ni una moda ni una opción, que es una realidad, aunque cierto es que desconocida por muchos, lograríamos que la Ley Integral saliera adelante porque a los que nos toca vivir esta realidad ya sabemos que esta ley es vital para ‘nuestrxs hijxs’ y para todas las personas trans. Ahora necesitamos el apoyo de todos los demás». De esta forma explica la Fundación Daniela que el objetivo de la campaña no es únicamente conseguir la rectificación registral de niños, niñas y adolescentes trans, sino una labor de sensibilización social que va mucho más allá.

Para África Pastor es importante que este tema llegue a toda la sociedad: «La gente puede empezar a familiarizarse con el tema y darse cuenta de que forma parte de la diversidad humana y que, o aprendemos a verlo como es o estas personas estarán toda la vida estigmatizadas, maltratadas, expulsadas de los colegios…», apunta Pastor.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/cuerpo/27773-hacia-ley-integral-transexualidad.html