Eso es al menos lo que declara Aznar al respecto de sus víctimas del terrorismo, que asegura, tras iniciarse los acuerdos que hagan posible la paz en el País Vasco y el Estado español, «han muerto en vano». En vano, a pesar del caudal político que él supo cobrarles a quienes encontraron en su dolor […]
Eso es al menos lo que declara Aznar al respecto de sus víctimas del terrorismo, que asegura, tras iniciarse los acuerdos que hagan posible la paz en el País Vasco y el Estado español, «han muerto en vano».
En vano, a pesar del caudal político que él supo cobrarles a quienes encontraron en su dolor moneda de cambio.
En vano, a pesar de los lucrativos negocios que en nombre de la lucha contra el terrorismo han convertido en millonarios a algunos inmorales dentro y fuera del estado español.
En vano, a pesar de que todavía se les niegue a algunos pueblos su derecho a ser y decidir, en consideración a ciertas víctimas.
En cualquier caso, a Aznar no le parecen suficientes las víctimas habidas y, para que no sean en vano, vuelve a llamar a la guerra.
Y el problema es que, aunque Aznar no lo sepa, la vida cambia, y la historia que la cuenta también. Y este hecho, tan cierto como que Aznar existe, vuelve absolutamente irrelevante que sea en vano, porque ninguna de las dos respuestas posibles es cierta o es falsa.
Sospecho que lo importante consiste, simplemente, en ser y obrar con arreglo a una conciencia honesta, a un juicio coherente, a lo que de dignidad puede haber en un ser humano. Si es así, nunca nada habrá sido en vano.
Entretenerse contando los muertos, los suyos, cotejando su cadáver con sus logros, al igual que Aznar, no lleva a ninguna parte.
¿Murieron en vano los republicanos que defendieron la constitucionalidad española frente al golpe de Estado militar fascista? ¿Murieron en vano los golpistas? ¿Murió en vano Gernika? ¿Murieron en vano los guardia civiles muertos al retirar ikurriñas cuando estaban prohibidas? ¿Habrá que volver a prohibir que los vascos tengan sus propios símbolos para que aquellas muertes no sean en vano? ¿Habrá que volver a dar un golpe de Estado militar para que el Valle de los Caídos no sea en vano, para que los caídos se levanten?
¿Ha sido en vano que han muerto miles de iraquíes a manos de una canalla guerra que gente como Aznar encabezara? ¿Han muerto en vano, por más vano que fuera el pretexto de las armas de destrucción masiva y por más vana que fuera su búsqueda? ¿Van a seguir muriendo en vano los marines cuando ya el Pentágono estudia la retirada?
Antes de respondernos si murieron o no en vano, por más que a Aznar casi le valga una medalla del Congreso de los Estados Unidos, o que Zapatero entregue la Gran Cruz al Mérito Militar al jefe de Estado mayor del ejército de ocupación, Meter J. Schoomaker, o que Chenney, Bush, Rumsfeld y otros gansters hayan ampliado sus capitales, argumentos que bien podrían haber justificado tantos muertos, bueno sería
preguntarse: ¿en vano de quién?, porque dependiendo de la respuesta que usted diera, de que Aznar, en verdad, le parezca un argumento, entonces sí que, me temo, no sólo sus muertos han sido en vano, también sus vivos.