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Hasta siempre al último aviador republicano

Fuentes: Público

Primero se fue Manuel Montilla y ahora, con 92 años, se acaba de ir su compañero José María Bravo-Fernández Hermosa. Eran los dos supervivientes más veteranos de la aviación republicana. Desde el invierno de 1936 hasta el final de la Guerra Civil se enfrentaron a los bombarderos y cazas alemanes e italianos al servicio de […]

Primero se fue Manuel Montilla y ahora, con 92 años, se acaba de ir su compañero José María Bravo-Fernández Hermosa. Eran los dos supervivientes más veteranos de la aviación republicana.

Desde el invierno de 1936 hasta el final de la Guerra Civil se enfrentaron a los bombarderos y cazas alemanes e italianos al servicio de Franco. Los ametrallaban, pero sobrevivían y siguieron combatiendo hasta que al final arrasaron sus aviones en el aeródromo de Villajuiga (Girona). Cruzaron a pie los Pirineos y acabaron en el campo de Gurs (Francia).

Montilla salió hacia México en el buque Ipanema. Allí publicó un libro hermosísimo: Héroes sin rostro. Y Bravo se fue a la URSS, donde llegó a ser jefe de una escuadrilla de Kittyhawks que se encargó de mantener a raya a los nazis, empeñados en bombardear los pozos de petróleo de la región de Bakú.

Un día recibió la orden de escoltar a dos aviones Li-2 con rumbo desconocido. En uno iba José Stalin. Acudía a una cita secreta con Churchill y Roosevelt sobre el curso de la Segunda Guerra Mundial. Cuando aterrizaron en Teherán, Bravo hizo ver al jefe soviético que los uniformes de sus hombres eran muy malos y se los comía el sol de Ucrania. Días después recibió unos trajes ignífugos, superiores. De su apasionante vida nos dejó El seis doble -la ficha pintada en su Mosca-, libro lleno de lecciones de coherencia y dignidad.

Fuente: http://blogs.publico.es/elrunrun/544/hasta-siempre-al-ultimo-aviador-republicano/