El pasado día 20 de noviembre, 10.830.693 españoles dijeron que querían que gobernara el Partido Popular (PP) y con dichos votos le han dado a dicho partido 186 escaños del Parlamento y una mayoría absoluta. Al valorar este resultado no se puede olvidar que el PP en 2008 consiguió 10.169.973 y logró 153 escaños, es […]
El pasado día 20 de noviembre, 10.830.693 españoles dijeron que querían que gobernara el Partido Popular (PP) y con dichos votos le han dado a dicho partido 186 escaños del Parlamento y una mayoría absoluta. Al valorar este resultado no se puede olvidar que el PP en 2008 consiguió 10.169.973 y logró 153 escaños, es decir con solo algo más de 660.000 votos, ha logrado en 2011 un aumento de 33 escaños o diputados y una mayoría absoluta.
En 2008, 11.064.524 españoles también decidieron que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) gobernara en nuestro país, pero sin embargo con esos votos, 233.831 más que el PP en 2011, solo le dieron al citado partido 169 diputados o escaños y no logró una mayoría absoluta para gobernar. La matemática electoral es más complicada que la que nos enseñan en las escuelas.
Por su parte, Izquierda Unida (IU) ha obtenido en 2011, un número de votos igual a 1.680.810 y solo ha conseguido 11 escaños o diputados. La matemática electoral dice que con 6 veces menos votos que el PP, esta formación de izquierda ha obtenido 17 veces menos diputados que dicho partido.
Otro ejemplo de lo poco clara y poco proporcional que es la matemática electoral, lo tenemos en el hecho ya señalado, de que IU con 1.680.810 votos ha conseguido solo 11 diputados y sin embargo, Convergencia y Unión (CiU) con 1.014.262 votos, es decir con 666.548 votos menos que la coalición de izquierdas, ha conseguido 16 diputados. Siguiendo con este ejemplo, nos encontramos también el hecho de que el partido Unión Progreso y Democracia (UPyD) con 1.140.242 votos solo ha obtenido 5 diputados, es decir nueve menos que CiU, habiendo tenido 125.980 votos más que dicha coalición catalana.
Con estos datos queda claro que la democracia española no se basa en que cada español o española vale un voto, pues la matemática electoral demuestra que no es así y unos españoles valen más que otros y por ello, no es de extrañar que los indignados del movimiento 15 M, pidan Democracia Real y exijan en primer lugar un cambio en una Ley Electoral que provoca unos resultados tan poco proporcionales y democráticos, y que demuestra que algo no funciona bien en nuestra democracia.
Junto con esta realidad, nos encontramos también con otra no menos importante, como es el hecho poco reconfortante de que muchos partidos, cuando asumen responsabilidades de gobierno, se olvidan de sus compromisos electorales, y actúan de manera contraria a sus promesas. Ejemplo de lo que digo lo hemos tenido en numerosas ocasiones.
En 2010, el presidente Zapatero dio un giro en su programa electoral, e impuso políticas que eran contrarias a lo prometido el su programa electoral del 2008. Ahora estamos viviendo situaciones semejantes por parte del PP en Galicia, Castilla-La Mancha, Madrid, Baleares y Murcia o por parte de CiU en Cataluña, ya que prometieron que no recortarían nada en prestaciones educativas o sanitarias y la realidad está demostrando lo contrario, pues están provocando importantes recortes en la sanidad y en la educación, y están imponiendo repagos en los medicamentos como en Cataluña o tasas por tener la tarjeta sanitaria.
Todo parece indicar que los electores vamos a tener que pedir a los partidos que pasen sus programas electores por la notaria. Para que éstos sean claros y transparentes.
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