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Entrevista a Enrique Santiago, miembro de la dirección federal de IU y secretario de Relaciones Políticas del PCE

«Hay que refundar Izquierda Unida como movimiento político y social»

Fuentes: Rebelión

El abogado Enrique Santiago (Madrid, 1964) encabezó la alternativa a Gaspar Llamazares en la última Asamblea Federal de Izquierda Unida, celebrada en diciembre de 2004. A pesar de que la otra lista alternativa y la suya sumaron más apoyos que la de Llamazares, un cambio en los estatutos ad hoc aprobado en el curso del […]


El abogado Enrique Santiago (Madrid, 1964) encabezó la alternativa a Gaspar Llamazares en la última Asamblea Federal de Izquierda Unida, celebrada en diciembre de 2004. A pesar de que la otra lista alternativa y la suya sumaron más apoyos que la de Llamazares, un cambio en los estatutos ad hoc aprobado en el curso del mismo congreso permitió la irregular reelección de éste y de un equipo de dirección que, con su seguidismo acrítico de las políticas del Gobierno socialista y sus prácticas de dudoso fundamento democrático, ha abocado a IU al peor momento de su historia, justo cuando se acaban de cumplir veinte años de su creación en abril de 1986, un mes después del referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN.

En esta entrevista Enrique Santiago (secretario de Relaciones Políticas del PCE, letrado de IU junto con Virginia Díaz en el proceso contra Pinochet en España, portavoz de los observadores internacionales en el referéndum revocatorio que ganó el pueblo venezolano en agosto de 2004, secretario general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado) analiza la situación actual de la principal fuerza de izquierda en España tras los recientes cambios en su principal órgano de dirección (la Comisión Permanente, en la que ha ingresado) y defiende un proceso de refundación para devolverle la influencia social y política que tuvo durante la etapa de Julio Anguita.

– ¿Qué sucedió en el Consejo Político Federal de Izquierda Unida del 25 de junio?

– En IU y en el Partido Comunista de España (PCE) viene reflexionándose desde hace tiempo sobre la difícil situación de IU y la necesidad de avanzar hacia un proceso de refundación del proyecto que invierta la actual tendencia de crisis. Todo ello, teniendo muy presente la próxima convocatoria de elecciones municipales y autonómicas y la necesidad de que IU aborde la precampaña y la campaña con la mayor estabilidad interna para poder centrar todos los esfuerzos de la militancia en obtener unos buenos resultados electorales que consoliden y fortalezcan las políticas reales de izquierda en los ayuntamientos y las comunidades autónomas. Fruto de esta reflexión, muchos hemos venido planteando la necesidad de un cambio radical en IU con suficiente antelación respecto a las elecciones municipales. Un buen momento era el Consejo Político Federal (CPF) del 25 de junio, para el que defendimos plantear una propuesta de sustitución radical de los equipos de dirección de IU, incluida la coordinación general. Desgraciadamente en algunos sectores significativos de IU y en especial entre la mayoría de la dirección del PCE no se veía esa posibilidad, sino que se optaba por mantener el enfrentamiento en cada reunión de órganos de dirección de IU, sin intentar modificar los mismos. Esa estrategia parece suicida respecto a las posibilidades de reforzamiento de IU en un periodo preelectoral.

Por ello, queriendo convertirnos en la solución a los problemas de IU y rechazando que la candidatura que encabecé o en su caso el PCE asuman estructuralmente ser «el problema» en IU, se avanzó en las negociaciones que desde el 1 de abril manteníamos ambas candidaturas, las encabezadas por Gaspar Llamazares y por mí en la última Asamblea Federal. Fruto de esas conversaciones se alcanzó un acuerdo entre las tres candidaturas presentadas en la última Asamblea Federal para asumir tareas en la dirección de IU y garantizar una estabilidad hasta las elecciones municipales. El acuerdo propuesto reflejaba un compromiso de ceder varias áreas de gobierno de IU por parte del equipo de Gaspar Llamazares a los miembros de otras candidaturas, así como un compromiso de variar sustancialmente el actual perfil político de IU, mostrándonos más claramente ante la sociedad como una fuerza política de izquierda transformadora y alternativa con propuestas propias para la sociedad española.

El acuerdo fue respaldado en la mesa negociadora por los cinco negociadores de esta candidatura (Ginés Fernández -secretario de Comunicación del PCE-, Enrique Centella -dirigente del PCE-, Juan Ramón Sanz -secretario general del Partido Comunista de Madrid-, Fran Pérez y Jorge García), por lo que nos ha resultado sorprendente que posteriormente la dirección del PCE lo haya rechazado. En el Consejo Político Federal del 25 de junio se aprobó dicho acuerdo con el voto en contra de 66 de los 247 miembros del CPF. Entre esos 66 votos en contra se encuentran 16 del sector de Ángel Pérez y otros 16 ó 17 de sectores que apoyaron a Llamazares en la última Asamblea Federal y que se oponen a cualquier cambio en las posiciones de IU hacia posturas más transformadoras y alternativas. Queda ir trabajando a partir de ahora para alcanzar los objetivos trazados, por lo que es necesario que se apoye este acuerdo desde todos los sectores de IU que reivindican un perfil propio diferenciado del mantenido por el PSOE y su actual gobierno.

– El 26 de junio los medios de comunicación señalaron que algunos miembros de la candidatura que encabezó en la última Asamblea Federal y usted mismo habían «pactado con Llamazares» y entraban en «la dirección de IU». ¿Es cierto?

– Resulta incomprensible para mí que alguien pueda dar la versión del acuerdo alcanzado como «pacto secreto» y «entrega a Llamazares», máxime cuando esa apreciación manipulada de la realidad no coincide con lo ocurrido en el CPF del 25 de junio. Esa crítica, además, procede de sectores que ya están en la dirección federal de IU con responsabilidades ejecutivas concretas (desde el día siguiente a la última Asamblea Federal a pesar de haber concurrido en listas distintas a la de Llamazares) y, sin embargo, no están esforzándose demasiado por cumplir debidamente sus responsabilidades de dirección, ni tampoco por desplazar a los sectores más inmovilistas de la actual dirección de IU, sino que parece que se emplean a fondo para que otros compañeros y compañeras que defendemos posiciones transformadoras y alternativas para IU no podamos asumir tareas concretas de dirección.

– ¿Le han ofrecido alguna responsabilidad concreta en la dirección de IU?

– Ofrecimientos ha habido muchos desde que concluyó la última Asamblea Federal. Si alguien cree que ahora se ha alcanzado un acuerdo de trabajo conjunto por que me han ofrecido algo que me «interese» está muy equivocado. Tanto otros compañeros y compañeras como yo podríamos asumir responsabilidades en IU como cualquier otro militante. En mi caso concreto, no asumiré responsabilidad orgánica alguna si mi partido, el PCE, entiende que dicha asunción significa vulnerar los acuerdos adoptados en sus órganos. La decisión que al respecto adopte el PCE evidentemente será aplicable a cualquier militante comunista que tenga cargos de responsabilidad en IU o propuestas de asumir alguno. Además, tampoco asumiré ninguna responsabilidad si antes no se han corregido los problemas de funcionamiento interno, el incorrecto funcionamiento de los órganos y las actuaciones poco democráticas que a veces hemos soportado. Me refiero por ejemplo a la expulsión de hecho de más de treinta compañeros de IU de Salamanca a los que se les priva de su derecho a tener carné de IU.

– Los principales dirigentes del PCE han criticado la decisión de algunos miembros de su candidatura de entrar en la Comisión Permanente y han declarado que usted ya no es su candidato a coordinador general de IU. ¿Cómo valora su reacción?

– Ningún órgano del PCE ha decidido si este Partido ha dejado de apoyar la candidatura que encabecé. Es lícito que lo haga en su caso, pero ese debate aún no se ha dado. El PCE ha seguido al día las conversaciones mantenidas y, como ya he señalado, los tres miembros de la dirección del PCE -entre los que no he estado- que participaron en las negociaciones valoraron el acuerdo alcanzado como bueno, al menos en la mesa de negociación. En todo caso, seria recomendable para un partido como el PCE que dejara de priorizar el envío de mensajes diciendo lo que no quiere y empezara a trabajar difundiendo propuestas sobre lo que sí quiere. Esta situación me recuerda a la vivida en la VIII Asamblea Federal de IU, en la que la indefinición de la dirección del PCE sobre lo que este Partido quería causó una parálisis previa que dificultó acordar una buena y amplia candidatura alternativa a la encabezada por Gaspar Llamazares. Sin duda, por eso no pudo ganarse con contundencia dicha Asamblea, por la parálisis política de la dirección del PCE ante la situación creada y su incapacidad de lanzar propuestas. Espero que nunca más vuelva a reproducirse esa lamentable situación.

– ¿Es posible que recuperen el apoyo de la dirección del PCE?

– Estamos trabajando duro por explicar lo ocurrido a la militancia el PCE y para tener el apoyo del máximo de esta militancia. Los militantes comunistas ya han escuchado muchas veces discursos tremendistas y alegaciones de «grandes conspiraciones» para intentar justificar posiciones que no tienen justificación política. Por otra parte, los intentos de organizar una «caza de brujas» han sido desarticulados y finalmente a ningún órgano se le ha ocurrido poner en marcha procesos sancionadores que no tendrían justificación alguna. Estoy convencido de que es imposible la recuperación de IU sin un PCE fuerte. Al mismo tiempo, tampoco será posible la puesta en marcha de una verdadera alternativa a la globalización neoliberal si tanto los comunistas como otros sectores de la izquierda alternativa y transformadora no consiguen articularse en torno a un amplio movimiento político y social como fue Izquierda Unida desde su creación hasta hace relativamente poco tiempo. Los comunistas tenemos muy presente que es inviable la construcción de un proyecto social alternativo y transformador en el siglo XXI sin poner antes en marcha un movimiento amplio e incluyente de toda la izquierda capaz de impulsar las profundas transformaciones que necesita nuestro mundo.

– El 25 de junio el Consejo Político Federal aprobó el enésimo documento para el «relanzamiento» de IU en el que se valoran los dos años de gestión del Gobierno de Zapatero con un tono crítico hasta hace poco desconocido en su actual dirección. ¿Ha habido un cambio suficientemente significativo en este sentido o persisten las contradicciones en la actuación del equipo de Llamazares?


– Evidentemente ha habido avances y también persisten las contradicciones en el equipo de Llamazares. Sí parece que estamos ante un buen momento -aunque sea por la gravedad de la situación- para construir un acuerdo interno muy amplio basado en la recuperación de Izquierda Unida como fuerza de izquierdas con un perfil político propio frente a la socialdemocracia o frente a la izquierda monárquica de este país. España necesita una organización de izquierda que apueste por profundas transformaciones sociales, que se oponga a la actual globalización neoliberal que recorta los derechos humanos de la población del planeta, que reivindique otra forma de sociedad y otra forma de Estado, que luche por la profundización democrática, la democracia participativa y la proclamación de la III República Federal como marco de construcción de esa sociedad más justa y democrática. Probablemente estemos ante una de las últimas oportunidades para que ese proceso de profundos cambios sociales pueda impulsarlo y protagonizarlo IU. Por eso hay que asumir el reto planteado.

– ¿Cuál es su balance de la gestión del Gobierno y de la posición de IU respecto a sus políticas?

– Evidentemente este Gobierno ha avanzado sustancialmente en materia de libertades civiles y de lucha por la paz respecto al anterior, que estuvo en manos del sector más reaccionario del PP. Pero en materia económica y social deja mucho que desear ya que responde a un esquema clásico de neoliberalismo y como ejemplos tenemos las inasumibles reformas laborales, fiscales y de la Seguridad Social que el Gobierno tiene sobre la mesa y que en poco difieren de las que pudiera proponer un gobierno de la derecha. Tampoco este Gobierno está mostrando la suficiente contundencia en denunciar el estado de sitio global al que Estados Unidos y sus aliados más belicistas tienen sometido al planeta bajo la excusa de la lucha intangible contra «el terrorismo». El Gobierno de Zapatero no cuestiona el proceso de globalización neoliberal que tiene ahogados a los pueblos del mundo bajo el peso de la deuda externa o las servidumbres impuestas por las multinacionales extranjeras, cuyos intereses son confundidos demasiadas veces por este gobierno con los intereses de la sociedad española.

Recuérdese el caso Repsol en Bolivia y cómo nuestro gobierno ha salido a defender los suculentos y usureros contratos firmados por Repsol con los gobiernos anteriores al de Evo Morales para saquear a precio de saldo la riqueza energética de uno de los países mas pobres del mundo. Las sociedades mercantiles trasnacionales pertenecen exclusivamente a sus socios y no defienden otros intereses que los de éstos, al margen del país en que hayan sido constituidas. Para el capitalismo financiero transnacional, la nacionalidad es una ficción que nada significa.

– A las puertas de un nuevo ciclo electoral (comicios municipales y autonómicos en mayo de 2007 y generales en marzo de 2008) ¿cómo valora la situación actual de IU y sus perspectivas electorales?

– La actual situación de IU no es buena: prima el desasosiego y la incertidumbre interna además de los enfrentamientos sistemáticos. Tenemos una clara tendencia a la fragmentación en territorios, perdiendo el perfil federal que da un carácter unitario a la organización en todo el Estado. Además de ello, no hemos sido suficientemente enérgicos en defender el necesario compromiso ético de los dirigentes de IU. Por todo ello no andamos sobrados de tiempo si queremos establecer un mínimo marco de confianza interna que nos permita trabajar sin sobresaltos las campañas electorales que se nos vienen encima. Es fundamental que las listas electorales se configuren con los mejores compañeros y compañeras, tanto por su capacidad de trabajo como por sus actitudes éticas, partiendo del método más participativo posible, con la realización de elecciones primarias como las desarrolladas recientemente en la ciudad de Madrid.

– ¿Cómo puede corregirse el desdibujamiento del perfil político de IU, su pérdida de influencia entre los movimientos sociales y las gentes de izquierda, la desmovilización de sus militantes?

– Sin duda alguna refundando el proyecto participativo que fue IU a partir de la reactivación de las áreas de elaboración colectiva, vínculo entre lo político y lo social, entre la conciencia política organizada y la conciencia social reivindicativa. Ello nos permitirá, no sólo aumentar nuestros vínculos con los movimientos sociales y que éstos nos vean como su natural referente, sino también ilusionar nuevamente a nuestra militancia y recuperar a mucha que perdimos pero que sigue activa en los movimientos sociales, siempre a la expectativa de cualquier cambio de tendencia que se dé para bien en las dinámicas internas de IU.

– ¿Volverá a encabezar una candidatura a la coordinación general de IU, o a ser parte de una candidatura alternativa a la de la dirección actual, en la próxima Asamblea Federal, prevista para finales de 2007?


– El problema no es quién encabece una candidatura. Lo necesario es que haya compañeros y compañeras con la suficiente claridad de ideas y compromiso como para abordar el proceso de cambios profundos que necesitan España y los países de la Unión Europea. Espero sinceramente que surjan cientos de compañeros y compañeras que estén en condiciones de encabezar una lista para la coordinación general de IU desde los presupuestos que venimos defendiendo y que no arrastren servidumbres internas por haber sido corresponsables de la actual deriva de la organización. IU y las fuerzas que la componen están pidiendo a gritos un relevo de cuadros generalizado. Si todo esto ocurriera en la próxima Asamblea Federal, sería el mejor indicio de que la recuperación de IU ya ha llegado.