La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señalaba a principios de diciembre
que la cena de Navidad costará este año un 5,2% más que en 2021.
Algunos productos como la lombarda o la merluza han subido un 50% en tan
solo ocho años. Esta subida de precios
no coge desprevenida a la población que lleva sufriendo un aumento de
precios continuo en los últimos meses, que se ha cebado especialmente
con el precio de los alimentos. Una situación que se traduce en el día a
día: facturas de la luz que asfixian, limitaciones en el transporte por
no poder afrontar llenar el depósito de gasolina y etiquetas de
productos que pasan a un número mayor delante de los ojos de las
compradoras. A pesar de todo, según la Asociación Española de
Consumidores (Asescon), el gasto medio por consumidora en estas
navidades será de 789 euros. Una inversión en ropa, alimentos y regalos
que supone un gran esfuerzo para muchas de las ciudadanas del Estado.
“En muchos casos, la ciudadanía se hipoteca para celebrar las fiestas y lo tiene que pagar el resto del año porque se proponen unos gastos exacerbados más allá de la capacidad económica de las familias”, afirma Miguel Montenegro, de CTG Andalucía, sindicato que ha propuesto una jornada de huelga de consumo el miércoles 14 de diciembre, dentro de su campaña de diciembre austero, para “fomentar el consumo responsable” en estas fechas y señalar “la situación de ruina social en la que se está situando la mayoría de la población en Andalucía y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla acompañada del galopante cambio climático”.
En Andalucía, los precios de los alimentos han subido cuatro décimas más que la media nacional, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Una situación agravada por ser la comunidad a la cabeza en desempleo. Dieciocho de los veinte municipios con más desempleo registrado en el Estado están en Andalucía, que en la Encuesta de Población Activa (EPA) situaba como el segundo territorio con el sueldo medio más bajo, tras Extremadura, y señalaba una subida salarial del 1,27% con respecto a 2021, la mitad que en todo el Estado. Por si fuera poco, según el estudio Tendencias retributivas e incrementos salariales 2023, realizado por KPMG Abogados, las subidas en los sueldos el año que viene estarán muy por debajo del IPC.
Otro de los motivos de la huelga, según comentan desde CGT Andalucía, es negarse a la apertura de los comercios los festivos y los domingos: “Con estas aperturas no se genera empleo, valor añadido en los salarios, y lo único es que incitan al consumo desmedido”, insiste Montenegro. A finales de noviembre, la Junta de Andalucía ampliaba el concepto de Zona de Gran Afluencia turística, hasta ahora solo vigente en municipios costeros durante el verano, a ciudades como Granada, Jerez o Almería con el objetivo de aumentar el número de domingos en los que los comercios permanecen abiertos.
Alberto
es dependiente de un supermercado en Jerez. “Se abren más días, pero la
plantilla es la misma”, comenta este trabajador sobre la falacia de que
abrir los establecimientos los domingos supone un aumento de puestos de
empleo. “Antes en Andalucía habríamos 16 domingos y festivos y con este
decreto ley vamos a pasar a 42”, asegura. Este aumento de domingos
trabajados supone un deterioro en la conciliación de las familias. “Te
cambian un domingo por un martes, y si tienes hijos no puedes disfrutar
de ellos”, insiste el empleado.
En
las vísperas de navidad, la práctica de abrir domingos y festivos se ha
vuelto común en los grandes comercios, que tampoco aumentan su
plantilla y que han visto mermadas sus condiciones laborales por las
externalizaciones laborales a empresas como Young Retail, dedicadas a la
gestoría de franquicias como Mango, Pimkie o Intersport.
Mientras tanto, las grandes empresas
capacitadas para poder cubrir las aperturas en festivos, además de
campañas de publicidad, borran del mapa a los pequeños comercios que van
desapareciendo de las ciudades. “Es una competencia desleal porque los
negocios grandes tienen la capacidad de abrir todos los días y los
pequeños no”, comenta Sonia Romero, creadora de la agencia y la tienda
La Vecina, que apuesta por el comercio local y las pequeñas marcas. “La
gente no va al pequeño comercio a comprar, a los barrios, y eso hace que
las ciudades están más vacías, por nuestro modo de comprar”, insiste
Romero.
El consumismo navideño también afecta de forma decisiva al medio ambiente no solo por los productos en sí, sino por los embalajes. “Un 80 % de la basura que se genera lo constituyen envases”, según Ecologistas en Acción. Además de que consumismos y regalamos productos con una fecha de caducidad muy efímera, lo que supone la generación de residuos y la superproducción en un mundo con recursos limitados, Marta Bordons, integrante de Fridays For Future, comenta al respecto que “todo lo que se produce no está pensado para que se repare sino está enfocado en la sustitución como en la industria tecnológica y textil”. Desde los grupos ecologistas se vislumbra una navidad o un modo celebrar más allá del hiperconsumismo asumiendo que “tenemos que quitarnos el miedo a la palabra decrecimiento —concede Bordons—, se trata de consumir menos y consumir mejor”.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/consumo/huelga-contra-consumo–navidades–encarecidas