¿Ares un tipo raro? En todo caso es una persona felizmente singular. Médico, siquiatra y loco… por el dibujo. ¿Un tipo cómico, Arístides? Habría que preguntarle. Cuando se observa el mundo diariamente, con ironía, golosamente, con distancia, con lucidez y profundidad, lo que el dibujante propone no es la risa, o a veces una sonrisa, […]
¿Ares un tipo raro? En todo caso es una persona felizmente singular. Médico, siquiatra y loco… por el dibujo. ¿Un tipo cómico, Arístides? Habría que preguntarle. Cuando se observa el mundo diariamente, con ironía, golosamente, con distancia, con lucidez y profundidad, lo que el dibujante propone no es la risa, o a veces una sonrisa, sino sobre todo una reflexión, ya que esa palabra significa al mismo tiempo reflejo, eco, razonamiento y tema de examen. Ares no impone nada, no propone un producto terminado con exactitud sino dibujos los suficientemente «abiertos» como para que el lector, respetado, e invocado, lo prolongue -de presentarse la ocasión- con sus propias reflexiones, con su prisma o su escala personales.
Y es que está claro que la denuncia constante es demasiado fácil. Enunciar con precisión y agudeza resulta en cambio difícil y más eficaz. La cuestión con Ares es que siempre da en el blanco. Nada escapa a este sutil descodificador que, por cierto, no dispondrá nunca todo el tiempo que necesitaría para poner en imágenes todo lo que logra descifrar. Como quien mantiene encendido un faro, Ares nos deleita con sus pinceles luminosos (¡Huao!, dirá el humorista). Al igual que los de sus grandes colegas productores de croquis del resto del mundo, cada uno de sus dibujos, por pequeño que sea, tiene la fuerza -y a veces la sobrepasa- de todo un editorial. Por supuesto, Ares no es un dibujante de los llamados humorísticos. Eso prefiere dejárselo a otros. El es un tipo que ausculta, que maneja un bisturí de láser a colores, y lo hace siempre con fuerza y fineza. Demuestra que se puede ser a la vez atronador e incisivo, sin perder -jamás de los jamases, como dicen los cubanos- cierto refinamiento o caer en el facilismo. ¿Es un dibujante de prensa? Sí, y su materia prima es inagotable. Pero Ares es además un pintor que refleja cómo anda la vida del mundo. Y esta anda más bien mal, más bien a gran velocidad, y como un barco sin timón. Y, en sintonía con ese mundo, Ares -siempre con el ojo en el colimador- nos ofrece las imágenes que atraen su atención. Y lo que nos ofrece no tiene desperdicio.
A Arístides Esteban Hernández le cuesta un poco de trabajo presentarse, cuando no le queda más remedio. ¿Cómo resumirse a sí mismo en dos párrafos? Su habilidad es el dibujo, su asunto es dar a conocer su trabajo. Entonces, como en el catálogo de su reciente exposición en La Habana -Gente reciclada, presentada en la sede de la revista Revolución y Cultura, Ares ofreció una «biografía» en 12 líneas, alternando los caracteres de su computadora:
ciuDaD habAna 02 09 1963 psiquiAtRa, CreadoR auTodidaCta ha rEalizaDo iLustRaciones, pinturas y (…) trabaja cOMo artista independiente hA oBtenido mAs De 100 pREmIos, 64 de Nivel InteRnacioNal. hA pUblicado 12 LibrOS e iLustrAdO Mas de 40. eN 1994 fue nOminado poR LA revista WiTTy wOrlD pArA figurar EN la liSta dE los mejores cAricaturistas dEl mundo y Tao taO…
¿Tao tao? Ese es Ares. Porque todo empieza por ahí, por reírse de sí mismo. Del 30 de octubre al 26 de noviembre de 2007, Ares expone por primera vez en París, en la galería «Le Café Animé», unos 30 originales. O sea, una treintena de pequeñas maravillas que el público puede admirar, junto al artista en el día de la inauguración.
Desde el diario cubano Juventud Rebelde, su rampa de lanzamiento hacia diferentes publicaciones extranjeras, su trayectoria ha sido brillante.
Nacido (casi) con la Revolución, Ares es a la vez profundamente cubano y profundamente universal. Forma parte de ese pequeño número de artistas que son un poco de todas partes y que logran comunicarse con el público de cualquier lugar del planeta. Tener un sitio web (www.areshumour.com) resulta indispensable, pero no hay nada mejor que la cháchara cara a cara.
Calle Gervasio, número 572 Aquel día, tenía yo cita con Ares en su casa, en la calle Gervasio entre Reina y Salud, en pleno Centro Habana, populoso barrio habanero (para los que no lo saben). Voy a entrevistar a un tipo genial y modesto.
«¡Ares, soy yo!», tuve que vocear para todo el vecindario. Se me había olvidado cuál era el cordón que movía la campanilla (¿o el timbre?) de su apartamento. La alta puerta de la casa número 572 se abrió por obra y gracia de un ingenioso mecanismo artesanal cuyo misterio nunca he logrado entender.
Veintiocho escalones más arriba, en la cima de una escalera ligeramente menos vertical que un acantilado de Normandía, está el sonriente Ares. Reside ahí su elegancia. La criatura de ensueño que friega a base de cubos de agua el piso de la sala no contribuye precisamente a la recuperación del aliento que el visitante ha dejado en la escalera.
Tengo para Ares uno o dos números del semanario francés Charlie-Hebdo y varios más del Courrier International, única publicación francesa en la que aparecen sus dibujos. Él me sirve un trago antes de presentarme su último bebé, no un libro «de» Ares sino un libro de su autoría sobre los grandes que le antecedieron en el mundo del dibujo humorístico cubano. Ares exhuma en la obra varios nombres ilustres, ignorados u olvidados, como los de Sirio, García Cabrera y Andrés, y también los de Landaluce, Rafael Blanco, Massaguer, Abela, Posada, Chago, Prohias, entre otros muchos. Mientras llevaban a cabo ese proyecto, Ares y Jap (Jorge Alberto Piñero) descubrieron que el primer dibujo humorístico hecho en Cuba data de 1833. Ares precisa que se trata de un dibujo, que lleva dos firmas -las de Luís Merlín y Marsillón-, contra el francés Louis D’Clouet, considerado como el fundador de la actual ciudad cubana de Cienfuegos. El original está en el Archivo de Indias, en España, según el investigador Manuel Barrero.
Después, tao tao sobre temas variados, para ponernos al día desde nuestro último encuentro. Pero, Ares, ¿hablamos de ti? ¿Estás listo? Lo voy a tratar de «usted», para que no haya impresión de sociolismo.
Empecemos por los proyectos, dígame con detalles lo que está preparando, me refiero a sus dos libros.
Son varios los proyectos en los que trabajo ahora, como casi siempre. Estoy terminando dos libros, uno sobre caricaturistas latinoamericanos, que incluye trabajos de quince autores, y otro sobre autores cubanos contemporáneos, este último es el primero de una serie de tres libros que se editarán con frecuencia anual. También se hizo una exposición de humor gráfico con otro colega en junio, estoy realizando cinco lienzos para una muestra colectiva de pintura, ilustrando un par de libros infantiles, debo viajar en lo que queda de año a Venezuela, Turquía, España y comenzaré las revisiones del libro de la Historia del humor gráfico en Cuba, ya editado en España y que debe reeditarse en Cuba. Todo eso y algunas cosas más que ahora no recuerdo.
Usted es un «dessinateur de presse» (dibujante de prensa), no «caricaturista», que se exporta. ¿Desde cuando? ¿Hay otro(s) como tú? ¿Cuáles son sus colaboraciones afuera?
Está bueno ese término, pero sí, mis trabajos se publican habitualmente en el extranjero, no sólo en Francia, pienso que ha sido un proceso de muchos años y que está vinculado a varias cosas. Desde que comencé a realizar dibujos de humor empecé a participar en numerosos eventos de humor gráfico internacionales, eso me fue granjeando varios premios y cierto reconocimiento internacional a mi obra. En segundo lugar creo que mis dibujos se apoyan mucho en un lenguaje más universal que huye del localismo y eso hace que puedan ser comprendidos o reinterpretados en cualquier latitud. Actualmente publico habitualmente en Francia, Líbano, México, Estados Unidos y en muchísimos países más, ya perdí el control hace mucho tiempo de por donde andan viajando mis dibujos.
Usted ha tenido un pasado de médico, de especialista en psiquiatría. ¿Cómo (y por qué) se produjo ese cambio? Dígame si la exploración de las almas le ayudó a explorar las cosas del mundo.
No lo veo en pasado, yo sigo siendo médico y psiquiatra, a mis pacientes los sigo viendo cada viernes aunque no cobro nada por ello, sigo publicando libros con caricaturas y temas médicos, así que no me he desprendido de ello. Yo comencé a publicar caricaturas cuando estaba en tercer año de mi carrera como médico, durante mucho tiempo llevé ambas cosas a la vez hasta que el arte fue más fuerte y ya me consumía demasiado tiempo y decidí romper con la medicina a tiempo completo.
Yo no soy un psiquiatra que hace caricaturas o un caricaturista que atiende pacientes, soy sólo un hombre que tiene preocupaciones vinculadas con el ser humano, con la psiquiatría atiendo a una persona y con una caricatura converso con millones. De igual manera puedo atender en la consulta a muchas personas que ven una realidad desde distintas maneras y eso me ayuda pensar mejor y a ampliar mis opiniones sobre mi mundo.
¿Cómo organiza usted su vida profesional? Presénteme un día tipo del dibujante Ares. ¿Cuáles son sus herramientas de trabajo?
Mi vida es un desastre organizativo, soy un tipo muy complicado, tengo tres hijas de dos matrimonios anteriores al actual, a ellas les dedico mucho tiempo, estoy pendiente de ellas, que les hace falta, que lo necesitan, y me gusta mucho compartir con ellas. Tengo también muchas reuniones porque por todos lados me lanzan responsabilidades, reuniones con la editorial de historietas, la cátedra de humor gráfico e historieta o cuando se organiza aquí en Cuba algún evento de humor gráfico. También viajo mucho a provincias a saber qué se hace de humor gráfico allá.
Dedico mucho tiempo a la investigación, pero aún me queda espacio para pasear con mi familia, tomarme unas cervezas con mis amigos, hacer un poco de cuentos y correr por el Malecón dos o tres veces a la semana, eso me causa mucha paz y buen estado de ánimo, aunque tengo que dejar de fumar.
Los viernes voy a ver a mis pacientes… en fin un batallón de cosas. Para crear no tengo horario fijo, lo mismo me pongo a dibujar en la mañana que en las madrugadas o en la tarde, a veces me vienen buenas ideas en el lugar más inesperado. Mi trabajo como artista independiente también me hace ser libre de hacer lo que entienda, puedo hacer tres caricaturas en un día o pasarme una semana sin hacer una porque estoy ilustrando un libro, investigando o pintando. Por todo ello está difícil describirte un día típico, no tengo días típicos.
¿Por qué la palabra «caricaturista» domina en su sector de trabajo? ¿Y la otra palabra, «Humor gráfico» u «Opinión grafica»? ¿Le convienen? ¿Son palabras cubanas o pertenecen al idioma español o latino?
El término caricatura viene del italiano, a partir de otro término: caricare, que significa cargar. En realidad se han hecho tantas cosas mal hechas utilizando este término que prefiero el de dibujante de humor o humorista gráfico. Pero a fin de cuentas para mi lo más importante es lo que se haga como obra, porque puedes considerarte pintor y hacer una gran basura.
¿Conoce usted a colegas franceses? ¿Hay algunos que le gusten más? ¿Lee usted Charlie Hebdo o Le Canard Enchaîné y a otros colegas extranjeros?
Conozco la obra de muchísimos dibujantes de humor franceses, algunos de ellos son maestros del género a nivel internacional como André Francois, Roland Topor o Sempé. Soy un seguidor de lo que ocurre en el mundo del humor gráfico internacional y en Francia específicamente creo que hay un movimiento muy interesante y muy autóctono. A varios colegas de ese país, he tenido la oportunidad de conocerles personalmente como a Wolinsky, Plantú y muchos más. Las publicaciones de humor gráfico francesas las conozco, pero sólo puedo adquirirlas cuando viajo o cuando algún colega o amigo como tú me las obsequia. De otros países también conozco a un número inmenso de colegas, lo cual aprecio mucho no sólo por el sentido profesional sino también como una buena manera de saber que en el mundo la mayoría de los seres humanos pensamos igual.
¿Se siente usted realizado como creador cubano? ¿Qué ideas tendría usted, con socios, para mejorar el mundo gráfico periodístico actual? Porque me parece que los talentos existen.
Sí, me siento realizado como creador, realmente he logrado hacer cosas que nunca me imaginé cuando comencé a publicar mis primeros dibujos de humor. En estos años he realizado no sólo eso, he publicado e ilustrado muchísimos libros, he hecho cerámica, pintura, animaciones, he escrito libros teóricos y otras cosas que me han causado y me causan mucho placer. Yo digo que soy un hombre al que le pagan por divertirse. Con relación a las cosas que haría para mejorar el mundo gráfico periodístico actual puedo decirte que es mi opinión que falta en Cuba una publicación de humor gráfico con vida independiente que abra espacios a maneras más novedosas de asumir el dibujo de humor. Estamos en un nuevo siglo y me da la impresión que eso aún no lo hemos asumido en nuestro lenguaje de humor.