El asturiano da forma a un mini lp con una decidida intención política
Gabriel Celaya calificaba, en una de sus más conocidas obras, su forma de escribir como «poesía herramienta», en cuanto que intentaba cumplir una función social clara y decidida. Aunque para muchos, y a pesar de los oscuros tiempos que vivimos, esta concepción del arte resulta trasnochada, el nuevo disco de Nacho Vegas perfectamente podría encasillarse en tal definición.
Para entender el contexto en el que nace «Cómo hacer crac», que así se titula, hay que observar y tener en cuenta primero el movimiento surgido entorno a las reivindicaciones sociales que se han producido en estos últimos meses en el Estado español y en el mundo, y en consecuencia, la forma en que todo eso se ha reflejado en el panorama del pop- rock en castellano y que pasa inexorablemente por la denominada «Fundación Robo», conglomerado de músicos decididos a que sus canciones observen de forma crítica la realidad.
Precisamente dentro de la dinámica de ese proyecto conocimos el adelanto que da nombre a este mini álbum, compuesto por 6 canciones. Un trabajo que tanta importancia da, lógicamente, a la parte musical, para ello Nacho vegas se ha rodeado de sus músicos habituales (Abraham Boba, Manu Molina, Xel Pereda y Luis Rodríguez) esta vez bajo la denominación de La Cuarta Trama, como al significado que hay detrás de él, valga como ejemplo que se puede acceder a él ya sea comprando el vinilo,cd o en descarga gratuita.
La canción homónima que abre al disco cumple a la perfección la función de introducir la «tesis» del álbum. Las voces con que se inicia (y finaliza) nos remiten a las manifestaciones populares vividas en estos últimos tiempos a lo largo del Estado. Ayudado por una contundente base rítmica se da forma a un extraordinario tema en el que Vegas utiliza su habitual tono melancólico, con sus buenas dosis de ironía, para hacer una radiografía de la atmósfera que rodea a la «indignación» («si esto no es un final, entonces es la bomba que va a estallar»).
«Marquesita» y «Relato de un error» optan por un camino menos evidente en cuanto a su lectura política y mientras que la primera desarrolla una melodía a ritmo de vals de gran romanticismo, el segundo se acerca a un sonido más folk donde llama la atención el papel que juega el acordeón. En ambas composiciones se vislumbran detalles localistas. «La fiesta» se adentra en un tipo de camaradería a ritmo de folk-blues y sonidos tradicionales americanos, como si de un Elliot Murphy se tratara, y en la que destaca un estribillo de aroma épico.
Con la sobria «En mi vida nueva» llega su momento más irónica («En mi nueva vida me haré llamar librepensador; leeré el Época y otras revistas de humor») y de paso sirve para abrir el camino a, muy probablemente, la reflexión más importante que se desprende de este disco, la necesidad de saber en qué lado hay que estar. Idea que alcanzará su expresión más contundente en «Los dos bandos» («Siempre hay dos bandos; uno el oprimido y otro el opresor»). Perfecta elección para poner punto y final al disco por medio de un ritmo a medio camino entre el canto religioso y el country.
«Cómo hacer crac» tiene dos méritos principalmente. El más obvio es la implicación que una figura del pop o del rock en castellano toma a la hora de abordar la realidad que le rodea con un trabajo como este. El otro es que no se trata de un disco menor dentro de su carrera y que no ha descuidado para nada su lado musical en pro del otro más «ideológico», ambos se compaginan a la perfección dando vida a momentos muy destacados.
Fuente: http://www.tercerainformacion.