Un escabroso y casi bochornoso ambiente, precedió el inicio de la segunda fase o instalación de la Mesa de Negociación en Hurdall, Noruega, para el Cese Definitivo del Conflicto colombiano. Diez minutos con la palabra abarcó al inicio de apertura el Vocero del Gobierno, Humberto de la Calle Lombana. Luego correspondió la presentación al vocero […]
Un escabroso y casi bochornoso ambiente, precedió el inicio de la segunda fase o instalación de la Mesa de Negociación en Hurdall, Noruega, para el Cese Definitivo del Conflicto colombiano.
Diez minutos con la palabra abarcó al inicio de apertura el Vocero del Gobierno, Humberto de la Calle Lombana. Luego correspondió la presentación al vocero de las Farc-ep, Iván Márquez; quien se extendió cuarenta y cinco minutos en el uso de la palabra; planteando el discurso de explicación de la caracterización del modelo económico y situación socio-política de la realidad colombiana. Acto seguido se desarrollo la Rueda de Prensa, iniciando con la Delegación del Gobierno colombiano y en segundo lugar a la Delegación de las FARC-ep.
El Delegado Humberto de la Calle Lombana, manifestó que él seria el único que daría declaraciones en la Mesa. Visiblemente contrariado expresó que no habilitaba que en el discurso de presentación de las Farc-ep se aludiera a personajes con nombre propio y que en modo alguno estaba sobre la Mesa la discusión del modelo económico. Que los Plenipotenciarios de ambas partes habían acordado el estudio de los puntos concretos; siendo enfático y reiterativo en que el objetivo de la Mesa de Conversaciones era la terminación del Conflicto precedido de la desmovilización de las Farc-ep y solo hasta ese momento se hablaría de una tregua definitiva y que el contenido del discurso del cambio del modelo económico imperante en Colombia, seria tema de abordaje político una vez las Farc-ep se convirtieran en actor político como resultado de su desmovilización. Al iniciar la rueda de prensa, Iván Márquez responsable de la delegación de las Farc-ep, manifestó que en ella podrían declarar y responder todos y cada uno de los delegados en la Mesa. Inició dando la palabra a Rodrigo Granda quien leyó textualmente el prólogo del Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera , para justificar su discurso de apertura y aclarar que en modo alguno estaba vedado el planteamiento del contenido del modelo económico imperante en Colombia. Interpeló Jesús Santrich- seguramente para confrontar con un animus jocanti el animus pétreo oficial- ofreciéndole un abrazo de corazón a Humberto de la Calle Lombana; llamado aunque no irrespetuoso, de contenido jocoso para que no se alterara, «ojala me vea» acotó. Por su parte, Iván Márquez, quien pidió una moción al iniciarse la rueda de prensa, reclamando la presencia física de Simón Trinidad en la Mesa, como gran ausente al inicio de las Negociaciones y al responder la primera pregunta formulada, hizo un acertado llamado a los gobiernos del mundo para que les colaboraran en esa no fácil tarea de sentarse a negociar e invitándoles a que el remoquete de «terroristas» les fuera levantado. Hasta aquí soportaron las cadenas informativas oficialistas colombianas, tamaña osadía. Alegaron que llevaban más de tres horas trasmitiendo y en forma abrupta, inesperada, canallesca, cesó la trasmisión el canal internacional colombiano y al unísono continuaron saliendo del aire de transmisión otros medios masivos de comunicación internacional. Quien escribe, no sabe como concluyó la rueda de prensa en turno para las Farc-ep; afectada una vez más la población refugiada, exiliada.
No a la Paz romana de los Sepulcros, resuena como consigna. No hay que confundir negociación con conciliación; ni negociación con condicionamientos inamovibles. El gobierno colombiano ha mostrado la falsía de la arrogancia al presentar la voluntad de negociación de las Farc-ep, no solo como signo de debilidad, sino como imposición de rendición. Imponer la paz a los vencidos, desdice de la filosofía e inteligencia a la realidad de la presencia actuante, en todo el ámbito del territorio nacional, de las Farc-ep. Nefasto inicio para que la Insurgencia del ELN se integre al proceso, deficitando el logro último de la terminación definitiva del conflicto interno armado colombiano. Una cosa es la aplicación de una hoja de ruta de conversaciones cerradas- no digamos secretas pues a los ojos y oídos del pueblo colombiano todo es publico- y otra la negociación a espaldas del pueblo colombiano, apoyada en la desinformación, la censura, el conduccionismo,la no ventilación de la fatídica situación actuante, cual discapacitados políticos; en momentos en que la elevación de las condiciones subjetivas del pueblo colombiano, engrosadas en el movimiento ascendente de masas por sus luchas reivindicativas esta al orden del día; cual fuerza arrolladora que ha de dar al traste cualquier estereotipo o camisa de fuerza contra la comprensión del momento político que se vive en Colombia.
Por eso esta vigente la alusión del extinto Manuel Marulanda Vélez que los medios tienen una deudita con Colombia. Expresión, que pese provenir de un jefe guerrillero no entrañaba amenaza alguna, sino que contribuyó a esclarecer el verdadero debate de la información objetiva de la realidad a la huérfana opinión publica colombiana e internacional.
Pese a todo ya inició el proceso. El gobierno colombiano desea su acelere. La Insurgencia la profundidad del análisis de la temática y situaciones padecidas. El gobierno le apunta al secretismo y al golpe de mano militar. La Insurgencia al viento de las propuestas de cara al pueblo. El camino lo es todo y la paz no es fin sino camino. Lo azaroso del inicio no desdice de la verdadera voluntad política que alienta a la Insurgencia y al reto de consecuencias sin precedentes que un rompimiento absurdo e intempestivo por parte del gobierno colombiano le acarrearía.
La particularidad del actual proceso de Negociaciones Insurgencia- Gobierno colombiano, ha de estar exento de nimiedades y simplismos. Si es diferente a otros intentos es por lo Nuevo. No concluye con el Acuerdo Gobierno- Insurgencia y La firma del cese al conflicto armado. Por no ser mecanicista en sus pasos, nada lo condiciona; a no ser el protagonismo directo y democrático de la expresión de la voluntad popular erigida en constituyente primario.
Abunden las denotaciones, multipliquen los denuestos, plañiden las lamentaciones de los renegados, se identifiquen las aspiraciones de la extrema derecha con las viscosas posiciones de centro; pese a toda esa amalgama de contradictores no se avizora un rompimiento abrupto por parte del gobierno colombiano. ¡Todo por cuanto el actor principal ya ha echado a andar!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.