Actualmente, en España hay «regularizados» más de un millón de latinoamericanos, mientras que al menos otro medio millón se encuentran «sin papeles», lo que en conjunto puede suponer casi el 10% del total de población activa. Sin embargo, estas personas, igual que el resto de extranjeros procedentes de otros continentes, por el hecho de ser […]
Actualmente, en España hay «regularizados» más de un millón de latinoamericanos, mientras que al menos otro medio millón se encuentran «sin papeles», lo que en conjunto puede suponer casi el 10% del total de población activa. Sin embargo, estas personas, igual que el resto de extranjeros procedentes de otros continentes, por el hecho de ser inmigrantes carecen de derechos básicos como trabajadores y como ciudadanos. Por ejemplo, no pueden circular libremente para ganarse la vida, ni acceder a un empleo y salario o a unas condiciones de vida dignas, ni ejercer en el lugar donde residen el derecho a votar y ser elegidos en las convocatorias electorales, ni organizarse y manifestarse por la defensa de sus reivindicaciones (en el caso de los «sin papeles»). Esto se debe, además de a las circunstancias del actual modelo económico neoliberal, a factores netamente políticos.
Es por ello que nuestra organización MOVIMIENTO POR EL CAMBIO (MPC) ha decidido constituirse como «partido» dentro de la legalidad vigente. Pero un tipo de partido y de organización política en todo punto distinto y alternativo a los actuales partidos institucionales, los mismos (en el caso de los dos mayores, que han gobernado sucesivamente) que en su día acordaron establecer las leyes y las políticas represivas e injustas en curso, tanto en materia de extranjería como laboral. Unas políticas que, conviene precisar, van en contra de los inmigrantes pero también del conjunto de trabajadores y trabajadoras.
La decisión de MPC de conformar una organización política de lucha y de resistencia se justifica en primer término por la situación que vivimos en España y que, tampoco cabe ignorar, mantiene gran similitud con lo que ocurre en los restantes países de la «Europa fortaleza», así como en América del Norte. Una situación caracterizada por la ofensiva sin precedentes del imperialismo, que busca maximizar la acumulación capitalista a costa de deslocalizar la producción y de destruir los derechos conseguidos por más de un siglo de luchas de la clase obrera. Una estrategia, neoliberal, que utiliza a los inmigrantes como ariete para esta política destructora y como comparsa, dentro de cada país, a los partidos políticos y sindicatos principales. Una estrategia, además, que es de carácter mundial, trasnacional y trascontinental, por lo que los trabajadores y los pueblos sólo la podemos combatir unitariamente, desarrollando formas de acción y de organización no limitadas como ocurre hasta ahora a los marcos nacionales y regionales.
La apuesta de MPC es, por tanto, constituirse como un partido de izquierdas, unitario y democrático, internacionalista e independiente en todos los aspectos del sistema que nos explota económicamente y de las instituciones que nos reprimen policialmente y que nos tratan como inferiores, a los inmigrantes y al conjunto de trabajadores y trabajadoras. Y también hemos decidido, en esta primera fase de construcción de nuestra organización y a efectos de potenciar el encuadramiento, resaltar el factor de identidad cultural y lingüística («organización política de latinoamericanos»), sin que por ello demos la espalda o pretendamos ignorar nuestra aspiración a más largo plazo de converger hacia un partido de trabajadores y trabajadoras, revolucionario.
Porque, a diferencia de la actual «partitocracia», MPC se pronuncia sin ambages por el cambio social, por el socialismo, mediante la apertura de un proceso constituyente (o de «ruptura democrática») equiparable a los ya iniciados en algunos países de América Latina. Pues consideramos que la solución última a nuestros problemas, como trabajadores y como ciudadanos, se dará sólo cuando colectivamente tengamos el poder en nuestras manos para cambiar la sociedad, junto con el conjunto de sectores populares explotados y desposeídos, para los cuales ésta es también la única alternativa. MPC, además de trabajar por este cambio social a largo plazo, también se plantea la necesidad de luchar para encontrar soluciones inmediatas a las necesidades más básicas de la gran mayoría de la población. Es por eso que actualmente desarrollamos una intensa campaña por el derecho a voto de todos los inmigrantes residentes, y por lo que planeamos en algunas localidades presentar en las próximas elecciones municipales de mayo del 2007 nuestras propias candidaturas y propuestas electorales, sin que ello suponga en modo alguno, todo lo contrario, rechazar el diálogo y la convergencia de izquierdas con otras fuerzas políticas y sociales.
Decir, por último, que nuestra conformación como partido no nos está resultando fácil, dadas las fuertes presiones en contra desplegadas por ciertos medios de comunicación y desde sectores de la «partidocracia española» (temerosa de una perdida de apoyo electoral para sus siglas particulares), de los principales sindicatos (idem) y de diversas ONGs humanitarias que viven de las subvenciones. Tales entidades justifican sus críticas con el argumento de que nuestra independencia como organización compuesta mayormente por latinoamericanos dificultará la deseable «integración social» con la población española. Sin embargo, MPC no comparte este argumento y lo considera falaz, porque esta «integración» que quieren vendernos en realidad no supone otra cosa que «acatamiento» y «sumisión» a las graves discriminaciones existentes. * Edgar Constante y Juanjo Llorente. Movimiento por el Cambio [email protected]