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Internet, cultura y ciberchancleteo

Fuentes: Rebelión

Prácticamente cualquier cubano de este 2009 reconocería sin esfuerzos particulares el sentido exacto que con criolla jocosidad Rafael Hernández, director de la revista cubana Temas, en una conferencia dictada el 22 de octubre en la Universidad Internacional de la Florida, acuñó el comportamiento de muchos blogueros y cibernautas que dentro y fuera de Cuba intentan […]


Prácticamente cualquier cubano de este 2009 reconocería sin esfuerzos particulares el sentido exacto que con criolla jocosidad Rafael Hernández, director de la revista cubana Temas, en una conferencia dictada el 22 de octubre en la Universidad Internacional de la Florida, acuñó el comportamiento de muchos blogueros y cibernautas que dentro y fuera de Cuba intentan diseñar una oposición internética (bastante más micro que soft, dicho sea de soslayo) al curso actual de este país: ciberchancleteo. El diccionario de la RAE recoge que, en Cuba, se califica de chancletero o chancletera, en sentido despectivo, a una persona de modales groseros, de comportamiento vulgar. Si se juzga por la superficialidad con que en el ciberespacio se tratan los temas cubanos, es difícil rechazar la notable -y lamentable- precisión del neologismo de Rafael.

Azar concurrente lezamiano mediante, la reunión llamada de Último Jueves que la revista Temas convoca para -según reza en la información que sus editores difunden- estimular la reflexión crítica y la diversidad de perspectivas, en un formato ágil y flexible, ante un público amplio, de personas interesadas y no necesariamente especialistas, estuvo dedicada el día 29 de octubre a la internet en la cultura. En la promoción se adelantaba un debate en torno a la medida en que la cultura (cubana y foránea) se ha transformado gracias a internet y, en general, a las nuevas tecnologías de la información; las ventajas y desventajas de internet en este sentido; y las dificultades y limitaciones para su mejor uso. Asuntos interesantes y actuales en verdad, especialmente manipulados cuando se asocian a Cuba.

Con el propósito de aprovechar intensamente el tiempo de los asistentes, los organizadores de tales encuentros han instaurado una estructura de probada eficiencia: la actividad siempre comienza a las 1600; entre 1600 y 1700, para desentrañar sucintamente los intríngulis del tema central, cada uno de los 3-4 miembros de un panel de expertos invitados responde por orden las 3 preguntas que formula quien hace de moderador; entre 1700 y 1730 el auditorio expone sus interrogantes y opiniones; de 1730 a 1755 los miembros del panel responden las inquietudes de los oyentes; hasta las 1800 el moderador o moderadora clausura la reunión.

Con el único fin de crear una atmósfera propicia para el razonamiento sosegado y optimar así las argumentaciones, han sido establecidas normas mínimas de urbanidad de observancia obligatoria para el público, dejando al arbitrio de cada cual el desacato a las mismas… mediante su inasistencia. Las reglas más conspicuas son: cada oyente dispone de 3 minutos de participación activa, durante los cuales ha de ceñirse estrictamente al tema tratado sin que sea interrumpido; no se permite lenguaje soez, argumentaciones ad hominem ni descalificaciones apriorísticas; el resto de los asistentes se abstendrá de hacer ostensible la aprobación (aplausos) o desacuerdo (abucheos) que le provoque la intervención de cada quien. (Desde el punto de vista metodológico, con éxito variable, se ha insistido en que los participantes eviten hacer generalizaciones a partir de ejemplos aislados, provenientes o no de su experiencia personal, por la pobreza deductiva de semejante proceder: él conduce frecuentemente a conclusiones distorsionadas o fragmentadas de la realidad.)

No es ocioso añadir que muchos de los concurrentes habituales abogaron reiteradamente por la introducción de esas lúcidas disposiciones, pues no han de ser tales citas tribuna de exaltados de ocasión ni púlpito de vedettes contingentes, sino plaza de indagación juiciosa sobre asuntos sociales eventualmente poco iluminados o umbrosos, por las más disímiles razones.

La cordura de esas simples exigencias, propiciadoras en sí mismas de diálogo fructuoso, y los afanes de los organizadores y de la mayor parte del público no han sido valladar suficiente, sin embargo, para que -alguna que otra vez- personas más ávidas de notoriedad pueril que de sapiencia hayan intentado orquestar espectáculos… chancleteros, los más vulgares de los cuales han sido debida y oportunamente coartados.

Con tales antecedentes, a los asistentes regulares más avezados no asombró que las autoridades responsables del local en que se efectúan tales encuentros tomaran disposiciones especiales para controlar el ingreso de público al evento y evitar su depauperación nonata. Ciertamente, la apariencia no siempre delata el alma chancletera, circunstancia que dificulta la labor de los porteros, pero algunos de quienes intentaron acceder al local poseen notoriedad made in allende los mares. Definitivamente, es muy probable que el propósito del control de entrada haya sido menos impedir la exposición de cualesquiera opiniones (como ocurrió) que el montaje de un molesto reality show pre-elaborado lo cual por fortuna no sucedió.

En la oportunidad descrita, el panel de expertos estuvo integrado por Andrés Mir, director de la revista electrónica Esquife (www.esquife.cult.cu), Rafael de la Osa, director de la web del Ministerio de Cultura (www.cubarte.cult.cu), Juan Hernández, profesor universitario de materias afines, y el conocido ensayista y traductor Desiderio Navarro, director de la revista Criterios (www.criterios.es).

Como nota curiosa, divergiendo de la relación que otros investigadores establecen entre los proyectos iniciales de la actual internet y el lanzamiento del Spútnik-1 soviético, hecho que relegó a los Estados Unidos en la conquista del cosmos respecto a la URSS, el profesor Hernández afirmó que la génesis de esta red global de ordenadores está definitivamente ligada a Cuba: tras la Crisis de los Misiles, ante las falencias y carencias de los sistemas de captación y acumulación de información y toma de decisiones a disposición de los gobernantes estadounidenses evidenciadas entonces, el presidente Kennedy pidió a la comunidad científica pertinente diseñar una solución viable a esos problemas. J. C. R. Licklider enlazó los radares y L. Roberts, entre otros, propuso aumentar la potencia computacional existente mediante la interconexión de los módulos individuales ya en explotación, en base a los trabajos teóricos de Paul Baran… El resto es historia.

(Vale apuntar que cualquiera de las dos hipótesis relaciona el surgimiento de internet con el poderoso complejo militar-industrial estadounidense, hecho que en sí revela como incautas o malintencionadas las alegaciones de neutralidad que sus más enconados promotores le adjudican.i No es casual que el 15 de mayo del corriente 2009, el nobeleroii pacifista presidente Barack Obama autorizó la reasignación del Comando Conjunto de Operaciones de la Guerra de Información en Centro Conjunto de Operaciones de la Guerra de Información,iii destinado a:

  1. la dirección del espionaje en el ciberespacio,

  2. el vandalismo en la web,

  3. la propaganda de mensajes políticos,

  4. la compilación de datos,

  5. la negación de servicios,

  6. la avería de equipos,

  7. el ataque a la infraestructura controlada por computadoras,

  8. la distribución de hardware comprometido,

según la relación de medidas que aparecen en… wikipedia.iv)

Afín al propósito divulgador del encuentro y sin abandonar el lenguaje sencillo que exige la promoción y generalización del saber científico, los panelistas expusieron verdades menos conocidas para neófitos y profanos de lo que constata la realidad y exige la necesidad cultural. (Existe semejante par categorial.)

En primer lugar se subrayó que -habida cuenta de que ningún fenómeno u objeto humanos son estrictamente neutrales- internet, a pesar de su apariencia aséptica y exclusivamente instrumental, es un fiel reflejo de la sociedad occidental que la engendró tanto en forma como en contenido. Para graficar la relación formal de internet con su cultura progenitora se dijo que, de haber surgido en África, lugar en que la oralidad prepondera sobre la escritura -contrariamente a la civilización Occidental, tan fascinada con los textos: se dice con acierto y gracejo que somos «gentes de libro»-, ella tendría presumiblemente un rostro muy diferente, que exigiría un soporte tecnológico más «telefónico» que «teletípico».

No obstante la innegable trascendencia y teatralidad del aspecto actual de internet, especialmente cuando se compara con el rostro que tendría en otros ámbitos y las demandas que él impone a la industria y a las conductas humanas, quizás no supere dicha forma al contenido del fenómeno en cuanto a influencia, alcance y consecuencias. En efecto, como su «civilización madre», internet es graciosa, irracional y veleidosamente neoliberal y globalizada.

La concluyente alusión hecha a esa realidad por parte de los expositores invitados provocó en los oyentes más experimentados toda una cadena de recuerdos, conocimientos, búsquedas e inferencias que gustosamente compartimos con los presuntos lectores de este texto, a manera de complementación, junto con la explicación central de los conferencistas.

Esencia neoliberal del contenido de internet

Quienes -como será visto- hoy tenemos el infortunio de vivir en Cuba somos testigos de que -a despecho del estado de relativa pobreza material que heredó la Revolución del ’59 y del celo con que las administraciones estadounidenses cultivan la permanencia de ese estado con dudosa eficacia y escaso éxito- aquí se celebran, unos tras otros, innumerables y disímiles festivales culturales de todas las expresiones artísticas en casi todas sus tendencias, con calidad no menos que aceptable, según la opinión del público profano que las disfruta.v En ellos participan representantes nacionales y foráneos mayoritariamente idóneos y sin dudas desprendidos y osados. Aun si la asistencia a tales eventos es absolutamente voluntaria, ocurren ellos en las locaciones y poblados más insospechados ante los públicos más universales y heterogéneos imaginables, a precios irrisorios además, en aras seguramente de lograr un adoctrinamiento masivo de la población. Así amaestrados por casi medio siglo, hemos asumido ingenuamente los cubanos que los púlpitos son vehículos para transmitir el saber acumulado entre todos, la experiencia de otros pueblos, las peculiaridades de sus historias y los modos con que se han atrevido a encarar sus circunstancias. Lo hemos hecho candorosamente sin detenernos a considerar el grado de virtualidad o realidad de la naturaleza del mencionado púlpito, ni el peso específico de la tecnología en su conformación, probablemente a causa de que en Cuba, de los cinco canales nacionales de televisión existentes, dos se denominan -y son- Canales Educativos (1 y 2, respectivamente).

Si a esas penosas incidencias que sufrimos los habitantes de esta isla sumamos el hecho de que aquí no existe publicidad mercantil y nos vemos -valga de ejemplo- consecuentemente impedidos de permitir que nuestros hijos pequeños -en aras del fomento de sus mejores virtudes ciudadanas- anuncien festivamente en televisión productos que ni consumen ni entienden y reciban emolumentos por su gozosa descerebración promocional ante cámaras, se comprende fácilmente que al tener contacto con la «red de redes» en países normados, llamados también eufemística aunque erróneamente «países normales», nos asombremos cándidamente de que hoy internet es, en primer lugar, una vulgar plaza comercial, en la que los verduleros han sido sustituidos por programas «B2B» (business to business) y «B2C» (business to consumer), los marchantes por métodos de black-hat marketing y los anunciantes por spam, pero cuyos alaridos acerca de las bondades de sus productos y de cuán imprescindibles resultan para la felicidad de todo esquimal, caribeño, africano, musulmán, asiático o caucásico, no son menos sonoros que los de las chancleteras y chancleteros que vociferan con maliciosa jocosidad en los agromercados habaneros «tengo la papaya más dulce de la plaza» o «la yuca más rica del mundo».

(Dejemos sincera constancia de que son muchos los que deploramos en la Isla que el socialismo, en ninguno de sus intentos, haya creado mecanismos adecuados para desarrollar una suerte de publicidad solidaria; una que permita a los consumidores conocer las características más notables de los productos en su radio real de acción sin presentarse como panacea universal, non plus ultra, súmmum de todas las virtudes o la preferida de ciertos elegidos. Es por demás lamentable que la escasa divulgación comercial que existe en el interior de las tiendas cubanas y sus departamentos remede en pequeña escala exactamente los mismos anuncios de la manipuladora promoción capitalista de sus respectivas casas matrices, con idéntico sexismo, mal gusto, tontería y superficialidad… Algo habrá que hacer en ese ámbito para que una persona alérgica sepa qué detergente puede adquirir y cuál no, pero no es a nada de eso a lo que se refiere el párrafo anterior.)

«Expertos» light pro-sistema explican -de manera muy epidérmica, cierto es- ese crecimiento visible y sostenido del llamado e-commerce por el margen de ganancias que ofrece la promoción y venta virtuales de productos y servicios en páginas populares de la web en comparación con sus símiles reales, y el grado de inter-actividad que ellos logran con los clientes (también virtuales, en apariencia, pero mucho más reales que los escurridizos vendedores de ocasión), mientras que tecnócratas correligionarios de los primeros se afanan en elevar la eficiencia de los motores de búsqueda destinados únicamente a explorar el mercado (SEM, search engine marketing), optimarlo (SEO, search engine optimization), «colgar» pancartas más rápido (deseadas o no: no somos sino «consumidores»), mercadear con e-mails y desarrollar estrategias de comercio para la llamada Web 2.0.vi

Así, estos técnicos de excelente y estrecha preparación académica e intenciones sociales diversas, asocian el mercadeo en internet con variados modelos comerciales (electrónico, publicitario, sitios guías en la web, negocios afiliados y locales, timo electrónico, envío de mensajes no solicitados y la navegación coercida), se afanan en la explotación, mejoramiento y expansión de estos artilugios y programas, y se concentran en la corrección y perfeccionamiento del entorno operativo de tales sistemas, sin detenerse a considerar que la validez de esas aproximaciones depende del entorno en que operan todos los humanos involucrados en ellas.

CONDUCTa internet-GLOBALIZADA – QUIEN NO APAREZCA EN LA RED NO EXISTE

Los sistemas virtuales exigen públicos… virtualizados. O sea se requieren personas que no solo sepan usar esas máquinas, sino que acepten los sistemas de referencia (escalas de valoraciones) y otros criterios axiológicos que ha impuesto la globalización. Entre los asertos neoliberales cuya aceptación acrítica la globalización ha universalizado (redundancia pocas veces tan apropiada) se encuentran las siguientes visiones místico-mágicas:

1) Las riquezas de un país no provienen de su entorno natural y cultural sino de su sistema político-social (de este axioma se deduce el corolario harry-potteriano de que el trabajo humano crea riquezas materiales, no valores);

2) Los sistemas político-sociales no deben ser evaluados por las condiciones que creen y aseguren al mayor número de personas posibles (eventualmente a todos) para que estas se conviertan en «humanos con propósitos», sino por las cantidades de riquezas materiales que procesa.vii

3) La propiedad privada sobre los recursos y medios de producción es la piedra filosofal del incremento de la producción y procesamiento de riquezas materiales.viii

4) Consecuentemente, los ricos, al menos algunos de ellos, no deben sus fortunas al «intercambio privilegiado» que ciertos eventos históricos han propiciado, ni al azar, ni al más prosaico atropello,ix sino a merecimientos propios, entre los que «la inteligencia» ocupa un lugar central.x (No son pocos quienes sostienen que detrás de las disparidades observadas en la porción de realidad que corresponde a individuos esencialmente idénticos -absurdo cumplidamente resaltado para incitar la reflexión debida- se encuentra la Divina Voluntad.)

Esta suerte de categorización meritoria ha sido extendida a las naciones. Esto es, los países (tecnológicamente) desarrollados no deben su posición al intercambio desigual impuesto al mundo ni a coyunturas históricas desembocantes en el cuantioso sufragio que recibieron de los países que hoy forman el Tercer Mundo en el pasado colonial (¿ha sido escrito «pasado»? Lapsus cálami) -ventaja que les permitió disfrutar de un «ocio productivo» conducente a las conocidas y sucesivas revoluciones del conocimiento científico experimentadas por la humanidad desde el siglo XV-, sino a cualidades dizque ontológicas de sus ciudadanos, tales como la inteligencia, el tesón, la laboriosidad y la creatividad, de las cuales dependería a su vez la mencionada revolución del saber. Es claro que tal creencia genera varios corolarios que van desde la inferioridad genética de los tercermundistas hasta la infundada tesis de la «pobreza merecida» que defiende con sincera abyección, servil denuedo y lacayuna pasión Óscar Arias, actual presidente de Costa Rica.xi

Este enfoque místico-mágico a los problemas del mundo actual no solo los separa de su base material y los presenta inconexos, carentes de causas históricas, sino que ha servido para cultivar varios dogmas derivados, los más trascendentes de los cuales diríanse son:

a) Todos podemos simultáneamente ser ricos;xii

b) luego, existe una vía (ética, dependiente de sí mismo, que excluye la explotación a los demás) para ser rico, id est, el estado material de cada cual depende de cada cual.

El postulado subrepticio de mayor alcance que semejante desatino dispensa es que el capitalismo no es causal ni efectivo respecto a la condición material de personas o países. Más aún, mediante artilugios casi de hechicería publicitaria multiplicadora de vacuas ilusiones, a contrapelo del más elemental sentido común, las jerarquías sociales se presentan desvinculadas del monto de riquezas en disposición de cada cual y se propaga el bulo de que la justicia, el derecho, la consideración ciudadana, la relevancia personal, el prestigio y otras entelequias arquetípicas de resonancia social son entidades auto-sustentadas, que guardan escasa e indirecta relación con la hacienda personal y las cuentas bancarias En otras palabras, ha sido propalado el contrasentido, aceptado por dogma en una escala irracional y escalofriantemente amplia, de que en un mundo en que todo ha recibido un referente monetario, la inclusión social de cada quien es derecho óntico del capitalismo que excluye la exclusión. Ser rico no es malo, porque (serlo) no hace daño a nadie. De hecho, en casi todo el vasto mundo allende los mares de esta isla del Caribe, todo -absolutamente todo- cuanto preocupa a los individuos aislados gira en torno al dinero:xiii preocupaciones sociales, inquietudes familiares, análisis individuales, enfrentamiento diario de necesidades básicas (vivienda, salud, educación, alimentación y otros), estudio de posibilidades, valoraciones coyunturales, relaciones interpersonales…

Para empeorar la situación cognitiva creada, la ideología y conducta políticamente correctas, impuestas furtivamente al mundo por la globalización mediante refinada manipulación cerebral, promociona el «¡vivamos mientras vivimos!» como meta existencial suprema, presenta el ejercicio del criterio profundo como acción superflua y culterana y descalifica por pedante el análisis incidental. Cogitare patior est, ergo ¡Carpe diem!

Ha sido globalizado un «pensamiento» para el que la forma es el significante, que se construye de generalizaciones apresuradas a partir de experiencias puntuales y aisladas, que encuentra articulación en argumentaciones estructuradas sobre falacias lógicas y prejuicios ideológicos, que renuncia al experimento y a la aducción de datos, mientras silencia cifras, divulga interpretaciones polarizadas y -sobre todo- criterios absolutizados: aposta se omite el sistema de referencias en que ellos, en cierto grado y previa aceptación de esas condiciones límites, se validan.

Así, por ejemplo, este pensamiento da por descontado que todos entienden lo mismo cuando se habla de «vivir bien» y de «lo bueno», «lo deseable», etc., o se utiliza el término «desarrollo» (progreso, superación, mejoramiento, y otros). Se presume en consecuencia que un sistema económico es tanto más exitoso cuantas más ganancias o productos o valores genere, sin analizar otras variables (coste ecológico, redundancia de los productos, tendenciosidad de la distribución, fastuosidad de los artículos, consumismo, escalas de satisfacción de necesidades y naturaleza de las necesidades mismas, etc.). Nada más irracional: ante el hecho irrebatible, necesario y justo de que todos lindamente moriremos, en relación con el sistema que concentra grandes riquezas en pequeñas cúpulas en detrimento de la satisfacción de las necesidades básicas de enormes contingentes de personas, es incuestionable y casi obvio que es superior el que permita a todos disponer de cantidades correspondientemente equivalentes de recursos destinados principalmente a la solución de los problemas vivenciales y existenciales (alimentación, seguridad, acceso al conocimiento) que todos enfrentamos.

A la par, el ideario globalizado relativiza el sustrato ético de todas las conductas humanas. Para él, Stalin y Hitler son personajes históricos intercambiables, las piedras palestinas son lícitamente parangonables con la metralla sionista, el derecho de expresión individual no cede en relevancia al derecho a la alimentación, a la educación y a la salud públicas.xiv Sin honduras, sin análisis ni cuestionamientos, sin detenerse a considerar su naturaleza y su papel como resorte de la voluntad humana individual y socializada, este doctrinario condena cierta violencia,xv la que se opone al injusto orden impuesto, al tiempo que justifica como virtuosa la enorme violencia que exige imponerlo. (Ver el penoso y contrasentido discurso de Obama en la recepción del premio Nobel que le regalaron).

Pero ninguno de los mencionados presupuestos ideológicos tendría significación si no se acepta como un absoluto -el único admitido por el «pensamiento» globalizado neoliberal- que la posesión de riquezas, la capacidad de disponer de la mayor cantidad de bienes posibles, es un fin en si mismo, y la propiedad privada, el principal derecho de los individuos socializados, aun en perjuicio del derecho de los no-poseedores de la posesión de referencia a disfrutar de la posesión escatimada.

Relativo a las personas aisladas, sin distinguir entre ambiciones y aspiraciones,xvi la globalización neoliberal plantea como única meta ser rico,xvii sin que medie ninguna intelección respecto al sentido de la vida, la felicidad humana, la significación para ella del planteamiento de propósitos y del papel de la lucha (el camino) por conseguirlos y el grado de satisfacción que ella proporciona respecto al goce que reporta su consecución, las condiciones sociales requeridas para capacitar a las personas -cultura, bienestar y voluntad- a visualizar aspiraciones, plantearse metas y realizar planes, el papel instrumental de los medios en todo ese proceso y la relatividad puntual de su significado.xviii Tampoco sopesa esa visión inquietudes más amplias como las asociadas a la pertinencia social de la conducta que ella exige, la justicia contingentexix sobre la que se sustenta y el impacto destructivo que indefectiblemente acarrea al entorno. La globalización neoliberal conduce necesariamente al consumismo y a la consecuente destrucción del planeta.

Hacerse el Finlandés

Después de lo expuesto, es muy probable que las mentes más inquietas se pregunten por qué se ha universalizado (o globalizado) la visión referida, vale decir, ¿no será esa extensión prueba de su corrección?, ¿cuál es el peso de las restantes aproximaciones humanas a la realidad, si es que existen?

Si a quienes han seguido hasta aquí el discurso quedan «arrestos epistémicos» y «aliento indagatorio», se aventurarán a analizar cuán amplios y democráticos son los medios de difusión de opiniones, toda vez que ese es el umbral de las respuestas a esas interrogantes. Concluirán prestamente esos incansables audaces inquisidores que, en un sistema socio-político que prepondera las posesiones sobre cualquier otra peculiaridad, los límites de permisividad en los medios los determinan… quienes más (o mejor) paguen por emplearlos, en contubernio con los dueños de esos sistemas, contando con la aquiescencia de los gobiernos que los cobijan, representan y defienden.

De este modo, a los efectos del contenido ideológico más difundido, la naturaleza electrónica-virtual de internet no la hace diferente de un periódico o una estación de ondas hertzianas, por lo que internet, obviando incluso lo referido a su gobierno y control,xx refleja el punto de vista de la mayoría de quienes mayoritariamente la usan. Consecuentemente, para dilucidar el asunto del peso relativo de las expresiones que navegan por ella, la pregunta pertinente se reduce a qué países y grupos de personas en ellos tienen mayor acceso a internet.

Una página de wikipedia informaxxi que, hoy en nuestro planeta, 1.668.870.408 habitantes tienen acceso a internet, lo cual -se afirma en esa página- constituye el 24,7% de la población mundial. De ser estadísticamente ciertos los datos aducidos (esto es, admitiendo los márgenes de error que cualesquiera de esos cálculos supone), el planeta tendría en este año 2009 un total de 6.837.532.016. Son cifras que no discutiremos,xxii pero en las que vale la pena hurgar, en busca de su significación inmediata.

Hay 41 paísesxxiii en los que más del 51% de la población tiene acceso a internet; en ellos viven 1.000.442.675 personas, el 72,93% de las cuales (729.640.094, el 10,67% de la población total del planeta) disfrutan de ese beneficio, lo cual constituye el 43,7% del total de conectados. O sea, unas 44 personas de cada 100 de quienes acceden regularmente a la «nube», como se le dice también a internet en el argot correspondiente (se verá que existe tal sistema de señales), vive en uno de los países mencionados, la población de los cuales no es siquiera el 15% de la población mundial.

A continuación aparece un grupo de 46 países,xxiv con una población de 2.470.736.158 (36,61% de los habitantes del planeta, siempre de acuerdo a los datos expuestos) en los que entre el 20% y el 50,9% de la población cuenta con acceso a internet (729.141.697, el 10,66% del total mundial), cifra equivalente a un segundo 43,7% de la suma de quienes cuelgan de la nube.

Finalmente aparecen 92 países,xxv que concentran 2.269.258.199 habitantes (33,2% de la población mundial), en los que existe conexión para menos del 19,2% y más del 3,2% de sus pobladores, lo cual ofrece en ellos la cifra total de 200.982.193 personas (el 2,9% de la población del planeta), o sea, el 12,6% de los considerados dentro del 24,7% de conectados. En ese grupo, Cuba ocupa el 16º lugar, con una cifra porcentual de 11,5.

Por lo general, la jerarquía de acceso a internet dentro de cada país reproduce la misma estructura piramidal que ha sido descrita para el mundo: los ricos, naciones o personas, navegan por la red mientras los despojados, naciones o personas, a duras penas arrastran sus existencias por el mundo real.

Ante estos datos es imposible esperar que la red mayoritariamente cobije opiniones «anti-sistema».

Si aceptamos que un 80% es una cifra que revela una posibilidad de conexión suficientemente universal, encontramos un grupo de nueve países que, por el momento, constituyen excepciones a la regla de exclusión mencionada. Se trata de naciones que simultáneamente disponen de muchos recursos y poseen poblaciones relativamente pequeñas.xxvi

Como veremos, Cuba -una vez más- es también excepcional en este aspecto, porque -fiel a las precepciones básicas de distribución socialmente conveniente, derivadas del sistema político adoptado- el acceso a internet no se masifica sobre las veleidosas bases que dicta la crematística, sino que lo hace en función del interés social.

En medio de este proceso de virtualización acelerada del sujeto social a nivel global, que reflejan las aburridísimas cifras aducidas, el viernes 16 de octubre del corriente, el mundo conoció esperanzado la noticia de que «el Ministerio de Transporte y Comunicaciones de Finlandia anunció que cada finlandés tendrá, a partir del 1 de julio de 2010, derecho a una conexión de banda ancha de un megabyte por segundo«. De acuerdo con la buena nueva, pregonada a un mundo impaciente por la ocurrencia de tales hitos y beatíficamente satisfecho por recibirlos, el gobierno finlandés estableció que «Los operadores de telecomunicaciones deben suministrar a cada residencia y oficina una conexión a internet de alta calidad, de al menos 1 megabyte, y a un precio razonable«… Ante tamaña novedad, es imposible suponer que el jolgorio no haya cundido por las aldeas del orbe, ni que los congoleses, con goce particular, no se empeñaran en extraer más coltán para proveer de la indispensable materia prima a la Nokia… Empero, es imposible que poblaciones menos dichosas -palestinos, nepaleses, filipinos, somalíes, afganos, aborígenes australianos, caribeños, centroamericanos y habitantes del altiplano y las selvas americanas, entre otros muchos-, por estar privados de tamaña incidencia directa en semejante bendito desenlace, no hayan experimentado una suerte de epifanía redentora al conocer cuán cerca están finesas y fineses de… hacerse los suecos respecto al mundo real.

(Por cierto, ese mundo real ha conocido el día 11 de octubre de 2009 por el artículo de la BBC «Islandia: el ciber-refugio ideal», firmado por Jonathan Fildes, que -por cuanto todas las grandes empresas de internet emplean enormes y crecientes centros de servidores, siendo Google el caso extremo con un millón de ellos- la huella de carbono de la energía exigida para el funcionamiento y refrigeración de la industria de los centros de datos es hoy equivalente a la que dejan las aerolíneas, de acuerdo a lo que expresara al corresponsal Jeff Monroe, jefe de Verne Global, una empresa de centros de datos de Islandia, país que por sus peculiaridades geográficas está buscando convertirse en una suerte de base mundial de centros de datos.)

De vuelta a la reunión – Internet Dixit

Los expertos invitados -ávidos por lanzar nuevamente a galopar nuestras circunvoluciones cerebrales, al menos las de los más pronos a hacerlo y prácticos en conseguirlo- aseguraron que la abrumadora mayoría de bytes que circulan hoy por internet no portan conocimiento sino información redundante. Y, a primera vista, aparecen al menos tres razones que explican ese fenómeno.

En primer lugar, la difusión del conocimiento en la red se ve castrada por los pedestres intereses económicos que representa el adusto, absurdo y anti-humano copy right, cuyo celo por impedir el libre esparcimiento del saber es similar en todo punto al que mostraban las autoridades eclesiásticas medievales del hoy tecnologizado, arrogante e impositivo Occidente en esta nueva Era de Redes Tenebrosas.

La segunda causa que explica semejante característica está en la manifestación relacional diaria de la propia naturaleza humana: la experiencia directa no niega que, en condiciones «normales», independientemente de cualesquiera variables que se consideren (cultura del entorno humano, nivel académico del sujeto de referencia, y similares), el contenido de la mayor parte de nuestras conversaciones es informal, no académico.

Por último, aunque los estudios sociológicos asociados a la nube se realizan, como es de esperar, en los países en que ella es más «explotada», y ellos -siguiendo la tendencia neoliberal imperante- ponen más énfasis en resaltar las restricciones que sitúan entidades y gobiernos a cierta información (portales, sitios) que en analizar su propio contenido, nadie duda que el mensaje mayoritario que circula por las eufemística y farisaicamente llamadas «redes sociales»xxvii se encuentra muy alejado de los problemas reales y perentorios que enfrenta la humanidad.

Efectivamente, si nos asomamos al listado de las 170 cofradías internéticas más populares que ofrece Alexa Internet, Inc.,xxviii compañía subsidiaria de Amazon conocida por sus estadísticas de la red, encontramos 16 destinadas a estudiantes,xxix 2 a la web,xxx 5 al arte,xxxi 9 a los blogs,xxxii 4 a los libros,xxxiii 9 a los negocios,xxxiv 2 a asuntos religiosos,xxxv 7 al sexo,xxxvi 6 a los juegos,xxxvii 8 a la familia,xxxviii 30 a asuntos generales,xxxix 11 a la música y el cine,xl 15 a la etnia,xli 2 son de ayuda médica,xlii 8 para intercambio de fotos y videos,xliii 2 al deporte,xliv 7 a las ciencias,xlv 9 a los viajes de placer,xlvi 10 al contacto con fines de socialización,xlvii y solo 7 a inquietudes socialesxlviii (desarrollo, entorno, justicia social, ecología, política, cambio climático, caridad y similares).

(No sin fundamentos, muchos sociólogos hablan de «aislamiento grupal» al referirse al neo-individualismo que de alguna manera promueve este uso de la red para socializar con personas enmascaradas que sudan sin heder y apenas existen.)

Pero, cuanto ha sido expuesto -por lógico que sea- se circunscribe al aspecto instrumental de la promoción de pareceres no a la génesis de estos. Luego, para evitar poquedades teóricas, es preciso abundar en los aspectos relacionados con el origen de los criterios al uso, pues es bastante evidente que en cada época puede distinguirse un nexo profundo entre paradigmas dominantes, ideas circulantes, modos de hacer humano, tecnología de respaldo y otros asuntos de similar naturaleza. Por esa razón, parece epitelial o ingenuo limitarse a explicar las ideas imperantes en nuestros tiempos, eso que ha sido llamado pensamiento políticamente correcto, por la difusión que reciben en los medios. A este tenor, a quienes no teman pensar (ni les aburra, ni les angustie, ni les fatigue) les cabe considerar dos circunstancias.

En primer lugar, las ideas no cuelgan «terminadas» (en el sentido de «per-fectas») en un lugar desde el principio de los tiempos; todas participan en el proceso verdaderamente interactivo (rara vez el adjetivo ha encontrado uso más exacto) en que los humanos las «descubren» (formulan) cuando se apropian de la realidad, las emplean y amplían, las adaptan y modifican, las depuran y trasmiten, mientras se obligan conductualmente a seguirlas (de manera sin dudas violenta, porque la violencia existe -aun si solapada- en la acción aparentemente aceptada con mayor docilidad: respecto de algún otro referente se realiza la aceptación, toda vez que nuestro quehacer no responde, en lo fundamental, a un programa genético-instintivo) para realimentarlas y de nuevo probarlas, delimitarlas, acrisolarlas y propagarlas. Así, las ideas que por «naturales» defendemos hoy son todas de larga data.

La acumulación resultante y condensada de esa telúrica dialéctica recibe el nombre de cultura, uno de cuyos sistemas de aprehensión más sui géneris y prominentes son las ciencias.xlix Ellas certifican la validez de nuestras presunciones y resumen, con un peculiarísimo lenguaje, el saber humano. Se supone, y así ocurre eventualmente, que tras la aceptación paulatina de las verdades que las ciencias hacen irrefutables, los pareceres que adoptemos en cualquier esfera que nos competa se avengan a ellas. Así de simple.

Y por esa «simple razón» no es descabellado sospechar que las ideas que más aceptación reciben en cada momento histórico estén lejos de derivarse directamente de los últimos descubrimientos científicos de esa época. Todo lo contrario, las imágenes que esas revelaciones corroboradas permitan atisbar chocarán inevitablemente con el cuadro de descripciones del mundo que ha sido aceptado hasta el momento considerado.l

Esta situación se muestra hoy con particular encono en el campo del saber asociado a los seres humanos, en especial el sociológico, pues mientras las ciencias biológicas ratifican sin cesar, cada vez con menos espacio a las dudas, que los humanos somos esencialmente idénticos y la antropología reclama la equivalencia científicamente sustentada de las diferentes aproximaciones a la realidad de cada civilización y cultura -paso indispensable para una verdadera integración cultural humana, superior en alcance a la globalización neoliberal-, las estructuras sociales revelan una jerarquización de personas y grupos sociales que ampliamente rebasa las consideraciones históricas o de funcionalidad social que presuntamente las justifican y licitan: el alcance de los poderes e influencia de las elites e investidos no se limita al radio de su heredad o investidura.

En otras palabras, la aguda jerarquización social que sustenta el pensamiento definido hoy como políticamente correcto es científicamente absurda y está culturalmente condenada a verse dialécticamente superada por las nuevas ideas, en la medida en que estas encuentren su inevitable preeminencia.

(Afortunadamente es incuestionable la validez universal del conocido adagio de Marguerite de Crayencour, dite Marguerite Yourcenar: «En cada época hay gentes que no piensan como todo el mundo, o sea, gentes que no piensan como las gentes que no piensan».)

El segundo factor que explica la fuerza de la ideología actual dominante radica en la debilidad de las ideas alternativas que se esperan de la izquierda, de acuerdo con la práctica histórica. En efecto, aunque no es difícil concluir que los modelos sociales promovidos por las fuerzas progresistas se sustentan profundamente en la aceptación de la argüida identidad esencial de los humanos, la izquierda por décadas ha intentado más implantar un concepto de justicia social derivado de presupuestos ideológicos y destinado a la superación de dislates puntuales -sin menoscabar la importancia que revista este hecho-, que por instrumentar un sistema integral que realice un paradigma completamente original, fundamentado en esa identidad esencial, para el cual la vida sea siempre el bien supremo, cada ser humano constituya un fin en sí mismo, el sentido de la existencia humana se afinque en ser, y asuma finalmente como axioma que cada realización humana es un fenómeno marcadamente circunstancial.

La rica práctica social derivada de las experiencias socialistas del pasado, los descubrimientos más recientes de las ciencias antropológicas y el proceso de identificación global que han desencadenado las mismas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs), han evidenciado a la postre que el calco en el socialismo de las clasificaciones sociales piramidales propias de los «sistemas de estrellas» de las sociedades profundamente clasistas (cúspide de «héroes» y base de «villanos», pasando por «reconocidos», «aceptados», «ignorados», «tolerados» y «ligeramente vapuleados»), las visiones maniqueas de la conducta ciudadana, el otorgamiento no consensuado de privilegios, el acomodamiento como meta individual, la búsqueda de «riquezas materiales ilimitadas para todos», el secretismo desmesurado que dificulta el ejercicio del criterio o deja sin base las opiniones vertidas y la vigencia de la pena de muerte son aplicaciones fallidas de la izquierda a partir de interpretaciones desvirtuadas de su cuerpo teórico, por dos razones fundamentales: ignorancia y costumbre. Está visto que las ideas requieren de tiempo para alcanzar suficiente connotación, abundante aceptación y finalmente hegemonía… El progreso cultural humano, o el crecimiento individual, es vector resultante de, al menos, dos vectores: conocimientos y experiencia, ciencia y práctica, saber y vivencias… Con todo, aun se escuchan con frecuencia voces entre distinguidos representantes de la izquierda que aseguran que la construcción del socialismo depende más del número y potencia de las computadoras con que cuente el país de referencia y la corrección de los modelos económicos instaurados que de los conocimientos que los humanos acumulen de su propia humana realidad.

Pocas dudas caben que una de las consecuencias de mayor alcance que se deriva del desarrollo cultural de la humanidad -el cual subordina, en un grado muy elevado, la supervivencia de la especie a sí misma- se encuentra no en el vencimiento de la eventual transitoriedad de nuestras vidas, sino en la aceptación racional de ese destino. Esta racionalización de la muerte conoce diversas aproximaciones religiosas, seudocientíficas, comprensivas, resignadas, emocionales, científicas o místicas -con preponderancia alterna de esos momentos, según diversas variables del entorno socio-cultural-, cuyo denominador común es la superación socializada del temor absurdo al evento «muerte», que adquiere por esta vía, en tanto coto temporal de nuestra disponibilidad inmediata, un dador de sentido a la vida humana, un orientador de su cauce, realizando -y realzando- el contenido de la responsabilidad individual y de la especie.

Debemos, sí, al progreso cultural experimentado una pérdida parcial de los temores, esos miedos sublimados y debidamente socializados, y el aumento consecuente de confianza en nuestras posibilidades cognitivas nos ha convertido simultáneamente en seres fascinados por la tecnología, hasta el límite de que los más incultos de los más entusiastas han abrazado el fetichismo tecnológico como credo confesional.

No ha sido hasta nuestros días cuando los humanos menos incautos han comenzado a vislumbrar los límites reales del conocimiento y el hecho de que somos en buena medida nuestros propios cobayos. Así, frecuentemente con más daños e ilusiones que beneficios, buena parte de los «mortales regulares», festiva e indiscriminadamente se ha entregado al consumo de fármacos, al agotamiento de especies, de porciones de tierra y atmósfera, y ha desfigurado sus cuerpos con implantes, liposucciones, piercings, tatuajes y mutilaciones varias.

Previsiblemente, la ponderación descomedida de las TICs ha parido el fetiche tecnológico de los días que corren. Jóvenes y adultos, cuyas conductas escatiman a los demás el convencimiento expedito de que han madurado culturalmente lo suficiente como para comprender la temporalidad de sus existencias y -sobre todo- la imposibilidad principista de modificar ese desenlace -circunstancia que en sí misma justifica cualquier aproximación suficientemente igualitarista a la solución de los problemas que todos compartimos-, han erigido un altar a la pantalla e intentan desesperadamente, en busca acaso de trascendencia escapista, diluir en bytes virtuales la empobrecida y estéril realidad que les convoca.

Al universo paralelo que edifica esa suerte de humanidad.2, en el que -con idéntica desaprensión y desenfado- se habla de las bombas, canciones, suturas, cataclismos, orgías, catarros, fornicaciones y hecatombes que por lo general ocurren en alguna otra parte, le es propio un lenguaje singular. Por ejemplo, LOL significa «Me muero de risa», pues es el acrónimo de la frase inglesa Laughing Out Loud… Lo curioso es que no solo ha sido incorporado al habla coloquial entre adolescentes de ambientes angloparlantes, fenómeno en sí no muy extraño, sino que se emplea con idénticos propósitos en mensajes que circulan entre personas de otras lenguas madres, incluso con alfabetos no latinos ¡como el cirílico, el hebreo y el árabe!li

El ponente Desiderio Navarro, excelente persona y relevante intelectual, conocido tanto por la profusión y rigurosidad de su trabajo como por la originalidad de su nada encasillado pensamiento, haciendo mofa de la profesión de fe que encierra la categórica frase «¡Lo dice internet!», relató que entre los desaguisados que ha encontrado en wikipedia se encuentra la espuria afirmación de que en su ciudad natal, Camagüey, en contra de sus propias experiencias personales, se practica «[…] catolicismo puro, no mezclado con otros cultos como las deidades africanaslii

la VOZ DE LOS SILENCIADOS

Juan Hernández fue muy gráfico al revelar que, a diferencia de lo que ocurre en la telefonía internacional en que todas las compañías telefónicas que participan en una llamada obtienen iguales dividendos (salvo las compañías telefónicas cubanas que intervienen en la estructuración de líneas hacia y desde los Estados Unidos, por razones del bloqueo), todas las personas, compañías, entidades y estados que desean conectarse a la web deben pagar los gastos que esa acción implica al país que alberga los servidores matriciales, esto es, el país en que comenzó a tejerse dicha web: Estados Unidos. Explicó que, en efecto, cuando en los años ’90 aparecieron los primeros interesados en usar los beneficios de la red de computadoras que se fue conformando en los Estados Unidos desde finales de la década del ’60, ni el gobierno estadounidense ni las compañías privadas participantes en el empeño se negaron; exigieron sí que los gastos de esa conexión corrieran por cuenta del futuro usuario. Los reclamos de los países ricos ante esa evidente asimetría ganancial fueron prontamente acallados por los estratosféricos beneficios que comenzaron a obtener sus propias transnacionales.

En consecuencia, los países del Tercer Mundo, víctimas corrientes de las transnacionales, son a un tiempo quienes en la vida real sufragan la vida virtual y quienes menos pueden aprovecharse de ella.

Sí, a muchos el ciberespacio no parecerá precisamente luminoso.

Sin embargo, ciertamente internet fue en los orígenes una suerte de vía alternativa para el intercambio del ubérrimo pensamiento contracorriente y antisistema que en el mundo las circunstancias prevalecientes generan ininterrumpidamente, en medio de ostracismos deliberados y penumbras. Los más incautos forjaron pues en torno a ella esperanzas de visibilidad para aquellos que apenas se escuchan y los más irreductibles optimistas se atrevieron a realizar sus anhelos con los escasos recursos con que siempre están dotados los Quijotes. Muy pronto, no obstante, esa situación cambió: en cuanto los dueños de los poderosos medios regulares de manipulación y fabricación de consenso y pensamiento adocenado avistaron las potencialidades que encerraba esa nueva herramienta se fueron adueñando de sus espacios y atajos hasta copar los intersticios menos visiblesPero esos intersticios existen.

Y en medio de las brumas, probablemente una de las impresiones más enaltecedoras que se esforzaron por dejar tras de sí los expertos participantes, se relaciona con la posición francamente aperturista y pragmática de las principales autoridades competentes de Cuba hacia las TICs, no sin vencer las reticencias, incomprensiones y desconfianzas varias que siempre germinan en la inopia, dado el enorme valor potencial que ellas guardan en sí como vehículo del conocimiento, con fines eminentemente culturales y relacionales.

Como era de esperar, dado que la rendición está descartada, Cuba -también en el cibermundo- ha aceptado el reto de dominación que han lanzado a los pueblos los poderes imperiales, y -tal como corresponde- lo ha hecho de manera profunda, inteligente, abarcadora y amplia para informatizar su sociedad paulatinamente y a gran escala, considerando las circunstancias, sin poner en riesgo su soberanía.

Rafael de la Osa, además de recabar sincera y enfáticamente colaboraciones de los intelectuales para enriquecer el acervo de los portales activos del país, y convidar a todos a participar en los foros de discusión que se han abierto, explicó apasionadamente cuáles son los espacios cibernéticos que se van creando en Cuba para la mejor revelación de nuestra realidad, y expuso los esfuerzos que se hacen en la red nacional de bibliotecas y otras instituciones afines por digitalizar sus catálogos. Pero no ocultó que quedan potencialidades por explotar, sistemas autóctonos de búsqueda por perfeccionar, armazones jerárquicas por definir, nexos informáticos por precisar, agentes por movilizar, estructuras por incorporar y representantes institucionales por compeler a acusar recibo a sus remitentes. Se lamentó de que en la actualidad, para conocer quién es Carlos Baliño, sea el caso, hay que acceder al sitio de una universidad argentina.

En forma igualmente objetiva, optimista e insatisfecha se pronunciaron los restantes panelistas, quienes, a fin de describir la situación tan detalladamente como el tiempo asignado lo permitía, hablaron de las profundas modificaciones formales que las TICs han introducido en el quehacer de los creadores, sin dejar de subrayar el valor del mensaje. Explicaron el ahorro de tiempo que -en tanto herramientas- ellas suponen para los artistas y el enlace inmediato que ofrece con otros autores y formas de hacer. Expusieron que el uso de alusiones a acaecimientos paralelos, tan propios de la hipertextualidad, se ha extendido más allá del cine y la literatura, acercando a los diversos públicos una recreación demiúrgica de la realidad que muestra con mayor nitidez la simultaneidad de los eventos, tal como ocurre en el mundo natural… Ávidos por comunicar sin tiempo apenas para hacerlo, hablaron incluso de los enjundiosos estudios jurídicos que se realizan en el país para tipificar los delitos cibernéticos.

Pero 60 minutos es un plazo muy breve para que los ponentes comunicaran otros datos muy reveladores y pertinentes, porque no se puede tratar la relación entre internet y cultura, o internet y cualquier otra esfera humana, sin tener internet o como si internet fuera una dádiva natural, que existiera como el aire al alcance de todas las personas. Internet es una herramienta de quinta o sexta generación, como mínimo, cuya instrumentación -en tanto tal- requiere, en el interior del país, costosísimas inversiones en varios campos, en particular en telefonía (despliegue de líneas físicas apropiadas, digitalización de centrales telefónicas, sustitución de cables obsoletos por fibra óptica, etc.), computación (adquisición de equipos, instalación de servidores y similares) y enseñanza (trabajo rutinario con las máquinas, explotación profesional y eficiente, manejo de datos, administración de redes, lenguajes informáticos, creación de programas, y otros), en varias etapas que van desde planeamiento y proyección hasta ejecución y puesta en marcha, algunas de las cuales incluyen movimiento de tierras, trabajos constructivos varios, adquisición de equipos, transportación de volúmenes importantes de insumos, etc., eventos todos que tienen lugar en medio de un férreo bloqueo económico y financiero.

Resulta preciso resaltar que el sistema inclusivo de distribución adoptado por Cuba, obliga al país a fuertes erogaciones del (llamado) erario público, desconocidas en otras realidades tercermundistas con estructuras sociales más jerarquizadas, a pesar de la aproximación racional que -como veremos-, en este caso, como en muchos otros, ha sido adoptada.

Es así que, para hablar del pollo del arroz con pollo -asumiendo el riesgo del rechazo de los lectores a las cifras, e invocando anticipadamente su indulgencia-, asomémonos a un fragmento de la Tabla 12 (Acceso a los Flujos de Información) de la página 212 del Informe de los Indicadores de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo del 2000.liii Por él conocemos, para cada mil habitantes, el incremento de magistrales telefónicas y computadoras personales, entre 1990 y 1998, así como la cantidad de servidores en funcionamientos en el 2000, en los 10 países que ocupan los primeros lugares de esa clasificación y en Cuba:

Rango PNUD

País

Magistrales telefónicas

PC

servidores

1990

1998

1990

1998

2000

1

Canadá

565

634

69

107

330

223

36,94

2

Noruega

503

660

157

..

373

373

71,75

3

EE.UU

545

661

116

217

459

242

112,77

4

Australia

456

512

56

150

412

262

40,09

5

Islandia

510

646

136

39

326

287

89,83

6

Suecia

681

674

-7

105

361

256

42,86

7

Bélgica

393

500

1107

88

286

198

20,58

8

Países Bajos

464

593

129

94

318

224

39,75

9

Japón

441

503

62

60

237

177

13,34

10

Reino Unido

441

556

115

108

263

155

24,59

56

Cuba

31

35

4

0,01

(Aprovechando el crecimiento que experimentaron las magistrales satelitales en ese período, Suecia redujo las telefónicas en favor de aquellas, pues son menos agresivas con el entorno y más apropiadas para sus grandes extensiones de zonas lacustres rodeadas de bosques, escasamente pobladas, y porque, desde el punto de vista económico, Suecia… puede hacerlo.)

Son elocuentes las cifras tabuladas, pero ¿por qué, digamos, Cuba no ha hecho «un poquito más» en este frente?

La respuesta a esa interrogante no es sencilla, porque ella tiene que ver con múltiples variables (problemas sociales pendientes, su peso social específico y la perentoriedad de solución exigida por ellos, ingresos del país, costes de las inversiones, retribución esperada de ellas, plazos de recuperación de la inversión, etc.), el análisis de cada una de las cuales es, como se ve, sumamente complejo.

En el caso que nos ocupa, el coste de una línea de intercambio de datos -entre otros muchos factores- depende de la composición de la línea (servidores, tipo de servidores, equipos terminales, capacidad instalada, número de usuarios y otros), del tipo de línea (aérea, soterrada, fibra de vidrio, inalámbrica, satelital, calidad de enlace, relación señal/ruido requerida, etc.), del ancho de banda previsto (lo cual es función de la cantidad, la velocidad y el tipo de información planeada para tramitar), de la infraestructura anterior telefónica que tenga el país de referencia, e incluso de las compañías conformadoras involucradas y el margen de ganancia que esperan obtener.

Gracias a la amable colaboración de Nelson P. Valdés, ex profesor de la University of New Mexico, coordinador del proyecto Cuba-L Direct News (www.cuba-l.unm.edu) y miembro de la junta directiva de la revista Temas (www.temas.cult.cu), quien estudia y escribe sobre la realidad cubana desde hace 40 años, conocimos que 4500 millas de fibra óptica puede tener un coste de 82 millones de dólares,liv enlazar con cable óptico 88000 hogares en el Reino Unido cuesta 30 millones de libras esterlinas,lv y que el cable de 1630 km que unirá la zona de Camurí, cercana al puerto de La Guaira en el estado de Vargas, y la playa Siboney, a las afueras de Santiago de Cuba, que dará capacidad para más de 20 millones de llamadas simultáneas y 26.000 canales de televisión, así como acceso a internet con un ancho de banda superior del que dispone Cuba actualmente,lvi exige una inversión de 63 millones de dólares.lvii

De acuerdo con los datos que ofrece la Oficina Nacional de Estadísticas (www.one.cu/oneda), en relación con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, en el año 2008 Cuba tenía digitalizada el 95,6% de su red telefónica (1.033.565 líneas telefónicas instaladas, 987.978 de las cuales son digitales, servidas por 354 centrales telefónicas digitales de un total de 506) y 4 centrales telegráficas, para soportar una densidad de 126 teléfonos por cada mil habitantes, 85 de los cuales son fijos, únicos que podrían conectarse a internet de manera rentable y fiable, para un total de 953.171 líneas fijas, 778.709 de las cuales están destinadas al sector residencial.

Se informa que en esa fecha existían en el país 630 mil PC, 400 mil de las cuales estaban conectadas a alguna red y brindaban servicio de internet a 1 millón 450 mil usuarios. De modo que en Cuba, por cada mil habitantes, había 56 PC, y 129 personas podían acceder a internet.

En el sector de la educación, Cuba tenía en el año de referencia 15.314 centros educacionales computarizados, 1812 de los cuales, en contra de cualquier visión economicista, tenían de uno a tres alumnos. Había 58 centros destinados al estudio de las TICs que poseían 121.259 PC, 25.380 de las cuales contaban con acceso a internet. En total, 1.935.250 estudiantes emplean las computadoras, de los que 24.776 son bachilleres de informática y 11.214 universitarios de esa especialidad. En Cuba se habían elaborado 57 programas educativos y 106 personas realizaban estudios ayudados por computadoras.

En el 2008 Cuba contaba con 752 centros de salud informatizados, que poseían 20.879 PC, 1288 de las cuales constituían sistemas expertos, y 4657 de ellas tenían acceso a internet. Había 9591 centros de salud en proceso de informatización. En total, 369.796 trabajadores de la salud utilizan computadoras, 80.500 de los cuales acceden a internet, 70.000 de ellos desde su hogar.

En Cuba había, en el 2008, 651 centros públicos destinados a dar servicios informáticos a la comunidad, 611 de los cuales lo hacían gratuitamente. En ellos laboraban 5768 profesores y contaban con 6513 PC.

Tal como se percibe, en medio de coyunturas muy difíciles y bajo la observación permanente de una comunidad internacional mediática exigente y hostil (incluyendo a algunos supuestos «izquierdistas»), Cuba ha seguido una política sostenida para masificar el empleo de los medios informáticos, en particular en los aspectos relativos a la difusión de los conocimientos asociados a ellos y la ampliación y modernización de las redes y equipos telefónicos que los soportan.

Subrayemos que en otras realidades -como es harto conocido-, las compañías telefónicas llevan internet a los usuarios regulares que puedan pagar el servicio sin importar el destino de los que ni siquiera tienen enlace telefónico. Cuba ha seguido claramente un procedimiento muy distinto: ha priorizado la extensión de los enlaces telefónicos a la mayor cantidad de personas posibles,lviii mientras da los primeros pasos en la creación de las redes nacionales de datos, en forma escalonada, con la celeridad que permiten las circunstancias.

Como en cualquier nación que utiliza los impuestos como base de su funcionamiento, y sin llegar al extremo de hacer depender de ellos sus proyectos en el campo de las TICs, Cuba también ha buscado que las personas que tienen acceso a recursos más cuantiosos, ayuden a sufragar los gastos que supone este renglón en la actualidad, al tiempo que ofrece a los interesados conexión a la red usando las facilidades de la Empresa de Correos de Cuba que se habiliten al efecto, según establecen las Resoluciones No. 99/2009 y No. 100/2009 del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, dadas a publicar en la Gaceta Oficial de Cubalix el día 17 del mes de junio de 2009. Los precios estipulados son ciertamente elevados, pero dos circunstancias concurren para mitigar la noción que se tenga de ellos: 1.) el acceso a la red en busca de toda la información que exigen las investigaciones científicas, docentes, culturales y similares es gratuito para el investigador; 2.) los intereses de quienes voluntariamente recaben los servicios que ofrece la Empresa de Correos de Cuba para satisfacerlos son estrictamente privados. (Por cierto, los lectores de otros países conocen muy bien cuán rigurosos son los empleadores con el uso que den sus empleados a los medios informáticos que los primeros ponen en manos de los segundos.)

Empero, dada la naturaleza reticular de internet, todo cuanto hace un país en pro de la creación de su red interna -o intranet, como se le ha dado en llamar más o menos acertadamente- no es sino una de las dos incógnitas de la ecuación. Aquí la segunda incógnita es la conexión de este peculiar multi-nodo nacional (local) a sus similares de otros países.

Como expuso en el evento invocado el profesor Arnaldo Coro Antich durante su ardiente réplica a una de las dos opiniones políticamente correctas que se escucharon en el recinto, Cuba está rodeada por cables submarinos de fibra óptica, tendidos sobre el fondo marino a una distancia ocasionalmente no mayor de 50 km de sus costas,lx cuya capacidad de transmisión de información o ancho de banda permite una conectividad bidireccional de millones de megabytes a gran velocidad,lxi a los que Cuba no tiene acceso.

En la primera mitad de los años ’90, el llamado Carril-Dos de la Ley Toricelli preveía permitir que Cuba se conectara a internet, no ciertamente para proveer a sus científicos acceso expedito al cúmulo de saber humano que por ella se intercambia con suerte cambiante, sino con el avieso propósito -ante el fracaso de otros proyectos radiales y televisivos tan costosos como inútiles- de crear al liberador mensaje de la globalización neo-liberal una entrada a la isla colmada de impostura, suerte de Caballo de Troya virtual: después de todo, con este paso, dado el arsenal de medios técnicos a disposición del imperio, quedaba planteada ante Cuba una guerra tan asimétrica que los halcones no dudaron en estar en capacidad de apaciguar a la mafia de Miami y poner la nueva herramienta en manos de los cubanos sin incurrir en riesgos. (No avistaron que en una Guerra de Ideas valen más las ideas mismas que los utensilios de difusión, las artimañas de encubrimiento y los cachivaches de edulcoración). Además, siendo «los dueños del negocio», no solo se sentían ciertos de los contenidos de los mensajes y del sesgo con que podían taimadamente modular el instrumento difusor (usando la muralla de Guillén en sentido exactamente inverso al modo en que exige hacerlo la conocida poesía del afamado bardo cubano), sino que estaba en sus manos poner a Cuba en el dilema de aceptar una herramienta cara para recibir un beneficio que ellos se sentían en capacidad de minimizar (maximizando sus perjuicios) o exponer al país como negador del progreso científico… Así nació la satánica idea de autorizar la conexión satelital de Cuba a internet, la vía más lenta y cara de las posibles.lxii

En resumen, para la mayoría de los oyentes quedó claro pues que las limitaciones en el proceso de informatización de la sociedad que tiene lugar ordenadamente en Cuba, no están relacionadas con protervos deseos de escamoteo y entorpecimiento de circulación de información (tarea casi imposible en los tiempos que corren, salvo si se trata del contenido de las juntas de directivos de las principales trasnacionales del mundo y de otras instancias imperiales), sino con prosaicas e inevitables carencias materiales.

Pronto se evidenció que no todos los presentes tenían la misma profunda percepción.

Con la cabeza en la nube

Como es habitual en estas reuniones, tras las exposiciones de los expertos invitados, que muchos -en esta ocasión- convinieron en calificar de muy acertadas, aun si merecedoras de más tiempo, se otorgó la palabra a aquellos escuchas que habían entregado con su nombre la pequeña boleta de solicitud de palabra que previsoramente había sido colocada en cada asiento del salón…

Una pequeña digresión.

Al llegar al local, después de los tímidos inconvenientes físicos y la sensación de inseguridad y desasosiego de intensidad variable que acarrean los controles de ingreso ad portas, cuando -como es habitual en situaciones similares acaecidas en cualquier latitud del mundo- los porteros deben más que todo evaluar en fracciones de segundo, solo con ayuda de sus ojos y su experiencia, la agresividad latente o la pertinencia contextual (valga el calificativo) de los asistentes para decidir su admisión, muchos notaron en el salón la presencia de una menuda mujer con peluca de amarillo artificial y chillón, no por su atuendo ciertamente, sino por el hecho de que emborronaba cuartillas sin cesar, cuando todos los demás permanecíamos en espera del inicio del evento. Su actividad llamó la atención por dos razones: primero porque, a juzgar por la conducta habitual de los asistentes a los Encuentros de Último Jueves de la Revista Temas, la aplastante mayoría de ellos son de las personas que se abstienen de escribir -apenas notas aisladas- para grabar en sus mentes la mayor cantidad de información posible; y en segundo lugar, porque -como se ha apuntado- ella comenzó a escribir desde que tomó asiento, unos 30 minutos antes del inicio previsto del conversatorio… ¿De qué se podría escribir tanto sin haber escuchado una palabra?, seguramente se preguntaron muchos de los muchos que no conocíamos al personaje ante su inusitado proceder. ¿De la retención momentánea en la puerta de los interesados a asistir a un local institucional, no a una plaza pública, para ser visualmente escrutados por las autoridades institucionales? ¿Se puede narrar algo interesante de ese hecho sin especular? ¿Quizás esa persona había elegido ocasión tan inusual para escribir a un ser querido? En fin, como se escucha por esto lares, «cada loco con su tema».

Diríase que el procedimiento de entregar papelitos de solicitud de intervención coarta en cierto grado la espontaneidad de los razonamientos ulteriores… ¿Cómo puede uno con antelación saber qué objeciones, ampliaciones o interrogantes tendrá de lo que será dicho por los conferencistas, mucho menos por los escuchas que intervendrán en torno al tema? Es verdad que las informales boleticas las entregan los solicitantes a amables auxiliares de salón durante el curso de las exposiciones de los expertos, pero -además de las mencionadas dificultades para la réplica a los criterios del público- hay quien se afana por ver considerada su solicitud de palabra apenas alcanza un asiento… ¿Cómo lo hacen? A todas luces, semejante celeridad solo puede estar respaldada por dos motivos: o bien el solicitante posee una opinión pre-fabricada, o sea, una opinión cuyo ponente está seguro de antemano que será completamente original en el entorno, ora por ser ese un conocimiento inédito, ora por ser ese un contexto inapropiado; o bien el pretendiente está ansioso por… exhibirse.

Este último caso se corresponde con la primera intervención que se escuchó: refiriéndose exclusivamente a Cuba, la máxima preocupación de su expositor radicaba en la relación entre el poder y el acceso a internet. Esto es, el opinante -cuyos reiterados y sostenidos esfuerzos en jornadas públicas anteriores por demostrar su inopia y la puerilidad de sus silogismos están dando frutos aceleradamente- no sometió a análisis (a favor o en contra, pues ninguna polaridad específica se compele en el medio: es la profundidad de argumentación y la originalidad de las tesis lo que cuentan) asuntos de mucha enjundia, tales como las dificultades materiales que enfrentan los países para formar parte de la red de redes (Cuba en particular), las inequidades estructurales existentes en ella desde una perspectiva nacional-lingüística y procedimental, o el silencio obligado que en ese foro sufren los despojados. No, ninguno de esos álgidos asuntos era parte de las inquietudes del cuestionador, y en verdad no tenían por qué serlo, pues a él le irrita que el poder político en Cuba decida el acceso (gratuito) a internet (ya vimos que hay una variante costosa para los interesados particulares), y cada cual está en su soberano derecho de hablar de aquello que le intranquiliza. Más aún, a él le preocupa que al poder central en Cuba le intimide internet, le amedrente, la vea como un enemigo y esté intentando aposta retrasar -puesto que no puede impedir– su introducción en Cuba (aunque él sospecha que estos son sus más íntimos deseos), o distorsionar tanto su instrumentación en el país que se cree una suerte de «variante cubana», castrada de su esencia -que él asume- naturalmente democrática. Como es usual en sus intervenciones, el único sustento que brindó el interrogador a sus dubitaciones fueron sus sospechas, presunciones, conjeturas… No dio ninguna teoría coherente y sólida que permita explicar sobre esa base (o sea, validando los temores por él revelados) los esfuerzos realizados por el estado para adquirir los medios técnicos necesarios, crear una universidad de las ciencias informáticas, estructurar una red nacional de centros con libre acceso para la difusión de los conocimientos pertinentes (los llamados «Joven Club»), hacer los desembolsos debidos para insertarse satelitalmente en la red, establecer diversos portales nacionales, provinciales, ministeriales, institucionales… Tampoco aludió -ni siquiera con sentido crítico- a diversos empeños informativos que se han desarrollado en Cuba en los últimos años para acercar al público a un amplio espectro de noticias nacionales e internacionales, aun si se extraña en ellos un debate más profundo y plural.

En el foro, las referidas inquietudes fueron atinadamente disueltas por las oportunas argumentaciones ofrecidas por el profesor Arnaldo Coro. Aquí ha sido mostrada la naturaleza esencialmente exclusivista de internet.

Sin embargo, el tema no es trivial por muchas razones. En primer lugar prueba que los temores derivados de la política cultural que originó el llamado «quinquenio gris» no han sido totalmente superados en ciertos círculos intelectuales o -al menos- en las mentes de algunos de sus miembros, a pesar de que: a) en Cuba el voluntarismo y la cerrazón cultural no tuvo ni con mucho la fuerza, el alcance y las consecuencias que conoció en otros países del socialismo irreal; b) es asunto que ocurrió en el pasado por insuficiencias culturales mayormente, que no se ha repetido y que -por haber sido ventilado públicamente casi hasta la saciedad- debe considerarse superado. Esto significa que: a) esos análisis no han sido tan abarcadores, incluyentes y concluyentes como se desea y es necesario; b) esas aprensiones aún reciben hálito artificial extemporáneo; c) coexiste -lo más probable- una mezcla de ambas causas solapadas y retroalimentadas.

En segundo lugar, la relación entre acceso (distribución) y poder es una de las aristas de cualquier aproximación política. En efecto, no es difícil concluir que la diferencia fundamental de las visiones políticas se expresa en: a) vía de concentración social de las riquezas; b) monto relativo que ellas alcanzan respecto al total producido; c) modo en que ellas se distribuyen socialmente, distinguiendo la porción dada a cada ciudadano de la que lo beneficia en forma de bienes sociales. Aceptando incluso que la conducta social más justa y que mejor se aviene en esta etapa a la identidad esencial de los seres humanos se encuentra en adoptar una distribución social de correspondencias equitativas de las riquezas, similar a la vigente en Cuba, para ir limando diferencias sustanciales sin caer en un igualitarismo desalentador, hay muchos aspectos acerca de los cuales vale la pena discutir, sin que hayan sido siquiera esbozados por el cuestionador, como son las vías y asociaciones pertinentes de producción de bienes materiales (estatal, cooperativo, con pequeñas empresas familiares y vecinales, mixtos, y otros), los métodos de formación de los fondos sociales (impositivo, salarial centralizado, mixtos, etc.), la forma de distribución de las riquezas (beneficios sociales, salarios).

En tercer lugar esas preocupaciones, absolutamente existenciales, demuestran que en Cuba una parte importante de la población tiene resueltos sus problemas vivenciales más acuciantes: como relató graciosamente uno de los ponentes invitados, los moradores de una aldea del altiplano americano (¿o una selva africana?) vieron en las mulas transportadoras de laptops, back-ups, fuentes de energía solar, equipos de comunicaciones, antenas satelitales y otros adecuados enseres, la «solución a todos sus problemas» que los donantes de aquellos artilugios le habían prometido unos días antes.

Al mismo tiempo, desconocer con desparpajo teñido de inmadurez y superficialidad los esfuerzos reales de Cuba por informatizar su sociedad equivale en cierto modo a insinuar que hay vías inexploradas, inexplotadas o insuficientemente instrumentadas para masificar el uso de internet en Cuba. Como se puede prestamente adivinar, uno de esos «atajos» sería aceptar facilidades de acceso a la red a cambio de permitir en Cuba la difusión irrestricta del mensaje y las conductas individualistas promovidas por la globalización neoliberal. Por cierto, las empresas capitalistas y sus seguidores locales consideran que esta es una exigencia justa, toda vez que estas entidades son las «dueñas» de los medios y de la tecnología (no van a crear una autopista informativa adecuada, eficiente y económica para promover las «Reflexiones de Fidel»), razonamiento que desvanece la alegada neutralidad instrumental de la red.

La preocupación que expuso la bloguera Yoani Sánchez, pues era ella «la rubia enmascarada», fue más directa en ese mismo sentido: ella quería saber -en sus palabras casi textuales- «qué relación hay entre el cacareado ancho de banda y la imposibilidad de que en Cuba navegue una revista tan buena como Cubaencuentro.com«.

Cualquiera que tenga conocimientos rudimentarios, pero especializados, del funcionamiento de los canales de comunicaciones sabe que hay una relación íntima entre la capacidad del canal, la velocidad de transmisión por él y su ancho de banda, que se expresa en el hecho de que por un canal de comunicaciones de un ancho de banda específico solo podrá encontrar tramite un número fijo de fuentes de información a una velocidad no superior a cierto límite. Eso significa que la inclusión de una fuente de información solo puede hacerse en detrimento de la velocidad límite de tramitación de información del resto de las fuentes o mediante la exclusión de alguna de ellas. Consecuentemente, como ningún ancho de banda es ilimitado, nunca es ocioso considerar qué fuentes aceptar. Por eso parece obvio que la interrogante de Yoani podría exponerse de esta forma: ¿qué ancho de banda se requiere para que en Cuba navegue libremente la fuente mencionada?

El profesor Juan Hernández respondió con concisión y claridad esa interrogante desde el punto de vista técnico. Desde una perspectiva que considere la utilidad cultural e informativa de la fuente, la respuesta está asociada al nivel cultural-informativo alcanzado por la fuente misma, y este -en discrepancia con la opinión emitida por la bloguera- no solamente es bajo, sino que sus páginas recogen información epidérmica, distorsionada o sencillamente falsa, mientras que la mayoría de las opiniones de la mayoría de sus lectores conforma un coro monocorde completamente soez y… chancletero.

Como nota curiosa, en su afán por sobresalir a cualquier precio, la bloguera hizo alusión al neologismo de Rafael Hernández ya mencionado (ciberchancletero), pero su defensa fue asombrosamente racista, esquemática y tópica: sin que nadie se interesara por su procedencia, ella explicó ramplonamente que no la ofendía el término, puesto que había nacido en un solar de La Habana… Quienes conocemos a muchos habaneros provenientes de solares, podemos dar colmada fe de que la mayoría de ellos no merece la despectiva calificación de chancletero.

Hay muchos problemas en esta Cuba de hoy, comprometida en demostrar que en una sociedad suficientemente culta, sin clases antagónicas, pueden definirse consensualmente objetivos que convoquen la voluntad de las personas a su consecución, sin aspiraciones de protagonismos, absurdas «luchas» por intrascendentes liderazgos, ni endiosamientos de individuos que paralicen la democracia participativa y entronicen el voluntarismo como gestor social, pues es esta una tarea de enormes proporciones históricas.

Hay muchos problemas en Cuba, por ser esta una nación que aspira a probar que si los integrantes de una empresa socialista tienen una comprensión clara de los elementos de los que depende su producción -gracias a una gestión transparente e inclusiva en todos los sentidos-, que permita la transformación de sus participantes en re-creadores activos (conscientes) de su entorno productivo, ellos serán capaces de desplegar colectivamente valores éticos desconocidos en cualquiera de las formaciones económico-sociales anteriores, y lograr así, creativamente, resultados productivos desconocidos en ellas, a partir de la aceptación de la identidad esencial de los seres humanos y el uso racional de las diferencias funcionales que se deriven de sus peculiaridades genéticas y las particularidades de sus circunstancias personales.

Hay muchos problemas en Cuba, pues lejos de plegarse a atizar la competitividad de los seres humanos socializados para superar logros anteriores y a potenciar su egoísmo ingénito y los estrechos sentimientos nacionales a través de burdas relaciones mercantiles, ella levanta el amor, la solidaridad y el internacionalismo, como factores decisivos para vencer obstáculos.

Hay muchos problemas en Cuba, ya que -negada en aceptar la inevitabilidad de la acción predadora de los humanos, de su consumismo irracional y del exceso material en calidad de fin individual de la existencia humana- enarbola la racionalidad asumida, el disfrute de los bienes disponibles mientras se afana sensatamente por adquirir lo posible sin lamentar la carencia de lo imposible, y organiza su sociedad para distribuir las riquezas a fin de que cada quien acceda, paulatinamente y con la mayor libertad dable, al estado de suficiencia (y puntualmente de abundancia) material y espiritual que le permita la definición del sentido de su propia existencia.

Hay muchos problemas en Cuba por oponerse a esa visión simplista de los seres humanos, de conformidad con la cual -tras el inevitable proceso de enajenación que sufre el individuo en las sociedades sesgadas por antagonismos de clases y el despojo correspondiente de sus poderes- el miedo aparece como única fuerza motriz del psiquismo humano y regulador biológico de las relaciones sociales, hasta hacer de la colectividad una masa bruta, despersonalizada, indistinguible y fácilmente manipulable, ansiosa de entretenimiento fácil, idiotizante, conducente a la maduración tardía y al comportamiento irresponsable de los individuos.

Hay muchos problemas en Cuba, asociados a la construcción de una sociedad que despliega cotidianamente ingentes esfuerzos en las esferas de la instrucción, la educación y la diseminación de la cultura para crear las condiciones de que en su seno se gesten seres con propósitos, que asuman la voluntad, debidamente potenciada en sociedad a través de la razón y el dominio precedente de las artes y las ciencias, en calidad de impulsor primordial del individuo.

Finalmente y sobre todo, hay muchos problemas en Cuba, porque esas enormes tareas son abordadas en medio de una situación económica muy tensa y bajo un acoso económico sin precedentes.

Y a todos estos problemas, la bloguera dio una panacea salvadora… Una solución a las restricciones religiosas no institucionales que subsisten, una vía para el fortalecimiento de la integración sexual y racial a nivel de consciencia individual, para incrementar las producciones agrícolas e industriales en la nación y abaratar sus costes y precios al consumidor, para modificar las condiciones de pobreza sistémica y las asimetrías estructurales heredadas del pasado que alimentan conductas antisociales, para salvar la erosión del entorno que provoca en Cuba el deterioro ecológico ocasionado por las grandes economías, para ampliar la participación ciudadana en los problemas que le atañen… Ella, orgullosa de sus palabras, dijo que lo que hacía falta era chancleteo.

En el ámbito nacional, ante la reiteración de los mismos nombres en los podios de premiaciones, muchas personas que compartimos la visión martiana de que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, nos hemos preguntado más de una vez cuánta merma provocaría en la creación de referentes sociales la omisión de algunos de esos galardones, no por desmerecimiento del homenajeado, sino por impedir que la insistencia opaque la celebridad. La tarde del recuento, Rosa Miriam Elizalde, notable periodista y directora del sustancioso sitio de ensayo, opinión y pensamiento www.cubadebate.cu, en su contundente respuesta a la bloguera hizo ver cuánto peor que idear un honor nuevo para una personalidad real ya conocida es inventar un personaje de ocasión para un inmerecido trofeo.

Notas

i Sirva de ejemplo lo ocurrido con el GPS durante la Guerra del Golfo del 90-91: Antes de la contienda, los poseedores de embarcaciones eran permanentemente incitados a sustituir los receptores de navegación de los sistemas LORAN y DECCA, existentes entonces, por los nacientes GPS. Aun amenazados por los rumores de que en un futuro próximo las entidades de seguridad marítima exigirían el empleo de los GPS, la casi totalidad de las empresas navieras y navegantes particulares se negaban a realizar los desembolsos pertinentes, pues no veían diferencias positivas definitivas entre las ubicaciones que brindaban los equipos con referencias costeras que ya poseían y los del nuevo sistema con referencia satelital. Ocurrió que el Pentágono, ante la carencia de suficientes receptores GPS militares para todos sus vehículos destinados a la contienda, se vio obligado a avituallar sus tanques con receptores GPS de uso civil, para lo cual sus especialistas desactivaron el error temporal que acompañaba las lecturas habituales de esos dispositivos, introducidos por ellos mismos para negar a otros las bondades reales del sistema… Cuando los navegantes civiles comprobaron que las inexactitudes provocadas en sus equipos eran del orden de las decenas de metros, obligaron al Congreso estadounidense a discutir este asunto. Finalmente, el 1º de mayo de 2000, el presidente Clinton firmó el acceso universal a lecturas de «error-cero».

ii Se acepta el significado del adjetivo homófono.

iii En inglés, Joint Information Operations Warfare Command y Joint Information Operations Warfare Center, respectivamente.

v Hay fuertes criterios entre los especialistas de que muchas de esas actividades pueden perfeccionarse. Ver, por ejemplo el pequeño ensayo «De proyectos gestores e instituciones alternativas» de Andrés Mir en http://www.esquife.cult.cu/revista/67/02.htm; y el artículo de Yanet Bello «Promoción una tarea formal» en http://www.esquife.cult.cu/revista/58/02.htm, que por su brevedad y pretensiones no recogen todas las opiniones en torno al tema, pero que adelantan un punto de vista interesante.

vi Un estudio realizado en el 2008 por el New York Times conjuntamente con comScore, empresa de compilación de estadísticas asociadas a la web, reveló que en los países normados, considerando cuatro tipos de interacciones con los sitios webs de las compañías, además de las entradas (clicks) provenientes de las redes destinadas a la promoción comercial, existía el potencial para compilar datos de un máximo promedio de 2500 veces por usuario por mes. [Story, Louise and comScore (March 10, 2008). «They Know More Than You Think» (JPEG). http://www.nytimes.com/imagepages/2008/03/10/technology/20080310_PRIVACY_GRAPHIC.html.  In Story, Louise (March 10, 2008). «To Aim Ads, Web Is Keeping Closer Eye on You«. The New York Times (The New York Times Company). http://www.nytimes.com/2008/03/10/technology/10privacy.html. Retrieved 2008-03-09.]

vii La veracidad de este aserto depende, naturalmente, del grado de identificación que se acepte existe entre «felicidad» (realización personal) y cúmulo de riquezas materiales en el entorno de referencia, algo fácilmente refutable, y de que: ora se independice el acceso individual a las riquezas procesadas de la felicidad conseguida (lo cual es un claro contrasentido); ora se admite apriorísticamente que el grado de universalización del acceso a las riquezas procesadas es directamente proporcional al monto de estas (tesis del «goteo de la mesa plena», sustentadora del pensamiento neoliberal, no corroborada por la praxis.)

viii La propiedad privada en sí misma no garantiza el mejoramiento de los principales índices productivos, puesto que no hay estructura psíquica ínsita que origine la necesidad de posesión (todo lo contrario, existe en la actualidad una copiosa literatura, que comenzó con el trabajo de Trivers R. L. (1971) «The evolution of reciprocal altruism.» Quarterly Review of Biology 46: 35-57, en la que muchos investigadores sostienen que el género humano se debe al altruismo). La condición sine qua non para el éxito productivo en la recreación del mundo -forma de la que los humanos nos valemos para realizar nuestra tendencia ingénita a la libertad- es la capacidad y posibilidad que tenga el individuo en cuestión de tomar decisiones causales y efectivas en su universo productivo de realización, situación que no solo es posible crear mediante la socialización (estatización) de la propiedad, sino que solo bajo esa premisa es dable -en teoría- incrementar el número de productores conscientemente comprometidos, hasta abarcar todo el colectivo de referencia.

ix En el artículo reproducido por www.rebelion.org (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=96423) bajo el título «Veinte años después de la vuelta al capitalismo», escrito originalmente para la WSWS por Stefan Steinberg (http://www.wsws.org/articles/2009/oct2009/east-o24.shtml) a partir de los datos que ofrece el informe del Índice de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, este autor afirma que: «La investigadora rusa Olga Kilitsyna, en un estudio publicado unos años antes de la crisis de 2008, ya había subrayado que en relación con la estratificación por ingresos en las economías en transición, Rusia era líder absoluta. «El 10 por ciento de la población rusa más pobre percibe menos del 2 por ciento del total de los ingresos, mientras que el 10% de los más ricos acumula el 40 por ciento«. El informe señala lo siguiente: «Desde el punto de vista de la desigualdad de ingresos, la economía rusa se encuentra más cerca del modelo latinoamericano» y, cuando se trata de la desigualdad social, Rusia va inmediatamente detrás de Brasil, Chile y México.»

x Vale resaltar que la propia «inteligencia» se toma como una cualidad íntegra (o sea, se obvia que se puede ser muy inteligente en una esfera y un verdadero bellaco en todo lo demás; ejemplos sobran, pero es inevitable mencionar a Newton), y definitiva, es decir, ella no estaría asociada ni a los genes ni a las circunstancias sociales que posibilitaron el cultivo, desarrollo y manifestación de esa cualidad, situaciones ambas que en cierto modo y grado descalifican al poseedor de la combinación genética «ganadora», socialmente potenciada. Esas presunciones son coherentes con el pensamiento místico-mágico esgrimido por la globalización.

xi Ver el discurso Algo Hicimos Mal, pronunciado el 18 de abril del 2009 por Óscar Arias, premio Nobel de la Paz 1987 y presidente de la República de Costa Rica, en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago.

xii Condición que, en propiedad, nos convertiría a todos en pobres o en «clase media» o en indigentes o en cualquier cosa, porque nos haría perder la referencia.

xiii Eso no significa que en Cuba no haya preocupaciones por las riquezas materiales y que algunos individuos centren su mayor atención en el aspecto monetario. Significa simplemente que el dinero no constituye conditio sine qua non, de modo de que en caso de que los mencionados individuos sustituyan esa conducta por la de trabajar en aras del crecimiento personal poliédrico y el incremento de la hacienda social, no van ni a morir de hambre, ni a ser desalojados de sus viviendas, ni a ver incautados sus bienes particulares ni sus derechos públicos, ni a ver empobrecido su mundo espiritual, ni a perder su capacidad de crecimiento académico o el acceso a instituciones de salud… En realidad, las relaciones monetarias son tan laxas en Cuba que nadie, ni amigos ni enemigos, oculta la existencia de un proteccionismo de Estado perjudicial y desmedido. Ver, como botón de ejemplo, http://www.granma.co.cu/2009/12/02/nacional/artic05.html acerca del impago sostenido de efectos electrodomésticos entregados a la población.

xiv Un botón de ejemplo. El 22 de noviembre del corriente, el artículo de portada (featured article) que aparece en http://en.wikipedia.org/wiki/Main_Page está dedicado a Werner Mölders (1913-1941), de quien -acompañando la correspondiente foto- se dice que fue el principal as de la infamante Luftwaffe de la Alemania nazi, por haber salido victorioso en más de 100 combates contra naves aéreas de las fuerzas anti-nazis, entre ellas 15 aviones que derribó en cielo español pues participó voluntariamente en la Guerra Civil de España en apoyo al Caudillo Franco. Graciosamente se anuncia que Mölder fue condecorado con la «Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Robles, Espadas y Diamantes» y que su pericia fue decisiva para el desarrollo de las tácticas de ataque que condujeron a la «formación de los cuatro dedos». Luego de explicarse cómo murió a los 28 años, se añade que Mölder fue honrado tanto por la Werhmacht del Tercer Reich como por la Bundeswehr de la República Federal Alemana nombrando con su apellido dos aviones de combate. Inmediatamente se aclara que esa conducta desató en Alemania, en las décadas de los ’70 y los ’90, una discusión acerca de la pertinencia de honrar soldados del Tercer Reich por sus virtudes combativas, obviando las consideraciones éticas de rigor… Sin comentarios.

xv ¿Cómo llamar, por ejemplo, a la presión que ejerce la sociedad sobre una persona que se siente condenada a la anorexia o que la «asume» como conducta virtuosa, o necesaria, y la relaciona con su «libre albedrío»?

xvi Ambiciones: proyectos de un individuo cuya satisfacción depende de circunstancias externas a él (un nombramiento para un cargo, una posesión, una relación personal por ciertos cauces). Aspiraciones: proyectos de un individuo en base a sus posibilidades reales, que a la postre redundan en su crecimiento como persona (la adquisición de un conocimiento, por ejemplo).

xvii En el mundo del capital ese absurdo propósito universal es del todo coherente con las exigencias del sistema, pues en él los pobres, más que su realización existencial, ven peligrar su viabilidad vegetativa o vivencial.

xviii Si la felicidad humana, cualquiera que sea el contenido que se le adjudique, requiere de un entorno tecnológico específico, hay que concluir que nadie en el pasado la ha conocido, previa aceptación -demostración sociológica exhaustiva mediante- de que el nivel tecnológico a disposición de la humanidad actual constituye una suerte de «mínimum minimorum«.

xix Si semejante afirmación fuera absoluta y cierta, sería esta una visión de la justicia bastante kármica puesto que los pobres actuales presuntamente deberían su condición a la impericia, carencia genética o falencia conductual de sus predecesores. Con la dispensa de los creyentes, no se añaden comentarios.

xx En http://en.wikipedia.org/wiki/Internet se afirma que «internet es una red globalmente distribuida compuesta por muchas redes voluntariamente interconectadas«, que opera sin un cuerpo de gobierno central, pero en la que el ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números, por sus siglas en inglés), con sede en la ciudad californiana de Marina del Rey, administra todos los aspectos técnicos y políticos del núcleo infraestructural que la soporta a fin de mantener su inter-operatividad… Estas aseveraciones son expuestas bajo visos absolutos tan desparpajadamente wikipedianos e internéticos como cabría esperar. En primer lugar, no se avisa a los lectores menos prevenidos que existe una relación extraordinariamente estrecha entre internet y dinero: los pobres no tienen acceso a internet. Por tanto no basta con la voluntariedad o los deseos para verse dentro de una de las muchas redes interconectadas. En segundo lugar, internet aquí es mostrada como una instancia superior a cualquier otra legislación o convenio. Falso. Si así fuera, las compañías telefónicas estadounidenses podrían haberla alegado en descargo por prestaciones de servicio a Cuba que -hipotéticamente- hubieran efectuado contra las prohibiciones de hacerlo que el bloqueo de su país les impone. En tercer lugar, internet es adulterinamente presentada como un marco en el que las divergencias políticas, ideológicas o confesionales no tienen cabida. Nada más farisaico: existen numerosas facilidades de servicios, programas y otras competencias que a Cuba, entre otras naciones, les están vedadas en virtud del bloqueo. Por último, en el caso de los estados, la conexión a internet aparece aquí como facultad exclusiva de la voluntad por hacerlo. Es este un embuste mayúsculo y esdrújulo. Es harto conocido que a Cuba solo se le ha permitido conectarse a la «red de redes» por vía satelital, con las severas restricciones de ancho de banda y coste acarreadas por semejante situación. No debe asombrar, pues que muchos lectores, incluso bienintencionados, al conocer de los reclamos de Cuba, duden de la justeza y veracidad de tales quejas.

xxii Cabe resaltar que la suma de las poblaciones de los países listados solo alcanza la cifra de 5785552032 habitantes, por lo que se ignora la condición de otros 1051979984.

xxiii Ellos son, por sus nombres en inglés: Iceland, Greenland, Norway, Finland, Netherlands, Sweden, Australia, New Zealand, Denmark, United Kingdom, South Korea, Faroe Islands, Switzerland, Luxembourg, United States, Japan, Israel, Saudi Arabia, Canada, Andorra, Bermuda, Spain, Hong Kong, Austria, Singapore, Belgium, Germany, Liechtenstein, Taiwan, France, Malaysia, Estonia, Slovenia, Monaco, Lithuania, Latvia, Ireland, Slovakia, Hungary, Poland, San Marino.

xxiv Ellos son, por sus nombres en inglés: Chile, Croatia, Argentina, United Arab Emirates, Italy, Czech Republic, Brunei, Greece, Macedonia, Macao, Qatar, Montenegro, Cyprus, Brazil, Portugal, Lebanon, Colombia, Seychelles, Costa Rica, Gibraltar, Turkey, Iran, Bahrain, Kuwait, Romania, Bulgaria, Serbia, Dominican Republic, Uruguay, Bosnia-Herzegovina, Belarus, Réunion, Russia, Tunisia, Mauritius, Peru, Venezuela, P. R. of China, Puerto Rico, Mexico, Vietnam, Malta, Panama, Philippines, Kosovo, Thailand.

xxv Ellos son, por sus nombres en inglés: Morocco, Azerbaijan, Jordan, Syria, Vatican City, Moldova, Albania, West Bank, Ukraine, Kyrgyzstan, Saint Helena, Egypt, Kazakhstan, Ecuador, Zimbabwe, Cuba, São Tomé and Príncipe, El Salvador, Mongolia, Indonesia, Algeria, Bolivia, Oman, Guatemala, Pakistan, South Africa, Uzbekistan, Sudan, Cape Verde, Maldives, Kenya, Paraguay, Georgia, India, Nigeria, Tajikistan, Senegal, Bhutan, Armenia, Gambia, Honduras, Togo, Gabon, Botswana, Namibia, Zambia, Libya, Angola, Ghana, SriLanka, Swaziland, Lesotho, Comoros, Nicaragua, Guinea Bissau, Uganda, Eritrea, Djibouti, Cameroon, Papua New Guinea, Benin, R. of the Congo, Afghanistan, Cote d’Ivoire, Laos, Nepal, Yemen, Turkmenistan, Equatorial Guinea, Tanzania, Iraq, Malawi, Rwanda, Somalia, Mauritania, Mozambique, Mali, Burundi, Chad, Liberia, Madagascar, Burkina Faso, Cambodia, Guinea, Ethiopia, Bangladesh, D. R. of the Congo, Niger, C. African Republic, Sierra Leone, Myanmar, Timor L’este.

xxvi Se ofrecen entre paréntesis los datos de población total, cantidad de ciudadanos con acceso a la red y el porciento correspondiente: Islandia (347561, 319756, 92,0%), Groenlandia (58000, 52000, 90,3%), el reino de Noruega (4593000, 3993400, 86,0%), Finlandia (5223000, 4353142, 83,0%), el reino de los Países Bajos (16407000, 13791800, 82,9%), el reino de Suecia (9002000, 7295200, 80,7%), Australia (20232000, 16926015, 80,6%), Nueva Zelanda (4048000, 3360000, 80,5%), el reino de Dinamarca (5432000, 4408100, 80,4%).

xxvii Llamar así a este par categorial es un acto eufemístico porque esa denominación de las sociedades virtuales surgidas de la incorporación de usuarios a nodos deliberadamente creados para interconectarlos obvia que la incorporación misma implica ser usuario, o sea, todo cuanto se diga acerca de semejante sociedad se refiere exclusivamente a ellos. Es a su vez una acción farisaica porque enmascara la exclusividad de la pertenencia: para ser miembro hay que tener los medios. Más apropiada parece la denominación de «clubes virtuales».

xxviii http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_social_networking_websites

xxix Classmates.com (50.000.000), College Blender (NC), College Tonight (NC), Faces.com (NC), FledgeWing (NC), Friends Reunited (19.000.000), Habbo (117.000.000), italki.com (450.000), Livemocha (3.000.000), Nasza-klasa.pl (11.000.000), Playahead (NC), Playboy U (NC), studiVZ (15.000.000), Trombi.com (4.400.000), Tuenti.com (4.500.000), Viadeo (6.000.000).

xxx Jammer Direct (NC),SocialGO (NC).

xxxi DeviantART (9.040.962), quarterlife (NC), Supernova.com (200.000), Taltopia (NC), Vampirefreaks (1.931.049).

xxxii Blogster (58.344), LiveJournal (17.564.977), My Opera (3.000.000), Ning (NC), Plurk (NC), Present.ly (NC), Vox (NC), Windows Live Spaces (120.000.000), Xanga (27.000.000).

xxxiii ANobii (NC), Goodreads (NC), LibraryThing (400.000), Shelfari (NC).

xxxiv Cake Financial (NC), Inc. (NC), Meettheboss (NC), PartnerUp (150.000), Plaxo (15.000.000), Qapacity (NC), Ryze (500.000), Talkbiznow (NC)., XING (8.000.000), Yelp (NC).

xxxv MyChurch (144.295), Xt3 (NC).

xxxvi Adult FriendFinder (33.000.000), DontStayIn (NC), Fubar (1.200.000), Gays.com (100.000), Lovetropolis.com (NC), OkCupid (NC), OUTeverywhere (NC).

xxxvii Avatars United (NC)., Elftown (185.000), Gaia Online (NC), GamerDNA (310 000), MyAnimeList (160.000), Wakoopa (100.000).

xxxviii Geni.com (15.000.000), MyHeritage (30.000.000), CafeMom (1.250.000), Listography (NC), Eons.com (NC), Hospitality Club (328.629), MyLife (51.000.000), WebBiographies (NC).

xxxix Badoo (37.000.000), Bebo (4.000.0000), Cloob (NC), Draugiem.lv (2.400.000), Facebook (300.000.000), Faceparty (200.000), Friendster (90.000.000),Frühstückstreff (NC), hi5 (80.000.000), Hyves (9.000.000), Jaiku (NC), kaioo (30.000), Kaixin001 (NC), Kiwibox (2.400.000), LinkedIn (50000000), MEETin (NC), Meetup.com (NC)., MyLOL (32.000), MySpace (263.920.102), myYearbook (5.100.000), Netlog (58.000.000), Odnoklassniki (40.000.000), Qzone (200.000.000), Sonico.com (17.000.000),Tagged.com (70.000.000), tribe.net (NC), Tumblr (NC), Twitter (44.500.000), Wasabi(NC), WeOurFamily (NC).

xl Amie Street (NC), Buzznet (10.000.000), Filmaffinity (250.000),Flixster (63.000.000), Gather.com (465.000), Gogoyoko (NC), imeem (24.000.000), Last.fm (30.000.000), MOG (NC), Reverbnation (25.000), Soundpedia (NC).

xli Bigadda (3.000.000), Biip (NC), BlackPlanet (20.000.000), Grono.net (2.000.000), IRC-Galleria (505000), iWiW (4.000.000), LunarStorm (NC), Mixi (24.323.160), Muxlim (50.000), Nettby (NC), Nexopia (1.400.000), Renren (15.000.000), Skyrock (22.000.000), V Kontakte (51.013.500), Youmeo (NC), Zoo.gr (890.000).

xlii DailyStrength (NC), Disaboom (NC).

xliii BigTent (NC), Broadcaster.com (322.715), DailyBooth (NC), Fetlife (32500), Flickr (32.000.000), Fotolog (20.000.000), Orkut (67.000.000), Stickam (2.000.000).

xliv Athlinks (68.496), Ravelry (331.000).

xlv Advogato (13.575), Epernicus (NC),ibibo (3.500.000), Pingsta (NC), ResearchGATE (140.000), scispace.net (NC), TalentTrove (NC).

xlvi aSmallWorld (270.000), CouchSurfing (1.118.447), Decayenne (NC), Exploroo (NC), lifeknot (NC), Passportstamp (NC), TravBuddy.com (1.588.000), Travellerspoint (NC), WAYN (10000..000).

xlvii Experience Project (NC), Gossipreport.com (NC), InterNations (NC), itsmy (2.500.000), mobikade (NC), MocoSpace (3.000.000), Mouthshut (NC), Multiply (10.000.000), Open Diary (5.000.000), Yammer (NC).

xlviii Care2 (9.961.947), dol2day (40.200), NGO Post (15.000), OneClimate (NC), OneWorldTV (NC), SocialVibe (435.000), WiserEarth (28.300).

xlix Resulta significativo que, habida cuenta de que la evolución biológica (darwiniana) se detuvo en los humanos con la aparición de nuestra especie, la cultura es el único campo genuina y exclusivamente humano en el que hay desarrollo. Y también lo es que el desarrollo cultural sea un refinamiento de ideas anteriores que remeda los procesos de caracteres adquiridos descritos por Lamarck, a diferencia de lo que ocurre en la evolución biológica, en la que solo se trasmiten los rasgos genéticos, no los adquiridos… No parece inadecuado identificar el «progreso» con el vector con que representa ese desarrollo cultural lamarckiano.

l Una aguda peculiaridad, propia de nuestro tiempo, es el hecho de que en un entorno social específico simultáneamente circulan las ideas más avanzadas con las más antiguas y las más revolucionarias con las más retrógradas, y a veces se solapan curiosamente en una misma persona.

li Cirilico: лол; hebreo: לול; árabe: لول. Otras expresiones son BFN («bye for now») y IMHO («in my humble opinion»).

liii Solo en el informe de ese año aparece una tabla con el flujo de información. Copyright ©2000 by the United Nations Development Programme, 1 UN Plaza, New York, New York, 10017, USA, Published by Oxford University Press, Inc. 198 Madison Avenue, New York, New York, 10016, ISBN 0-19-521679-2 (cloth), ISBN 0-19-521678-4 (paper).

lvi Nelson P. Valdés señala en el artículo «Sobre ancho de banda y otras preguntas«, publicado por www.cubadebate.cu/opinion/2009/11/18/cuba-sobre-ancho-de-banda-y-otras-preguntas/, y reproducido el 19 de noviembre de 2009 en www.rebelion.org/noticia.php?id=95506, con el mismo título, que «Cuba puede bajar 65 megabits por segundo y subir 124.» Rosa Miriam Elizalde, por su parte, señala en el artículo «Cuba e internet» publicados por www.cubadebate.cu y www.rebelion.org que Cuba dispone de «302 MB de bajada y 180 de salida». [Por «bajar» se entiende recibir información de la red; y por «subir» o «salir», transmitir por ella. Nota de DAZ.]

lviii Como puede comprobarse en los datos obtenidos en www.one.cu, aquí expuestos, hay 466654 líneas telefónicas inalámbricas (no fijas) que dan cobertura nacional, con una densidad de 41 teléfonos inalámbricos por cada mil habitantes, destinadas fundamentalmente a garantizar estas comunicaciones en poblados de muy difícil acceso y con muy baja densidad de población.

lxEn http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_international_submarine_communications_cables aparece el siguiente listado: 1.) AMERICAS-1 NORTH – (USA-US Virgin Islands); 2.) AMERICAS-1 SOUTH – (US Virgin Islands, Trinidad, Venezuela, Brazil); 3.) AMERICAS-II – (USA, Puerto Rico, US Virgin Islands, Martinique, Curaçao, Trinidad, Venezuela, French Guiana, Brazil); 4.) ANTILLAS I – (Dominican Republic-Puerto Rico); 5.) Antilles Crossing Phase 1 – (US Virgin Islands, St Lucia, Barbados); 6.) ARCOS-1 – (Americas Region Caribbean Ring System) (USA, Mexico, Belize, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panama, Colombia, Venezuela, Netherlands Antilles, Puerto Rico, Dominican Republic, Turks and Caicos Islands, Bahamas); 7.) Atlantica-1/GlobeNet – (USA, Bermuda, Venezuela, Brazil); 8.) BAHAMAS 2 – (USA-Bahamas); 9.) BUS-1 – (Bermuda-US); 10.) ECFS – (Eastern Caribbean Fibre System) (Trinidad, Grenada, St Vincent, Barbados, St Lucia, Martinique, Dominica, Guadeloupe, Montserrat, Antigua, St Kitts, St Maarten, Anguilla, Tortola); 11.) GCN – (Global Caribbean Network) (Guadeloupe, St. Martin, Ste. Croix, Puerto Rico); 12.) MAYA-1 – (USA, Mexico, Cayman Islands, Honduras, Costa Rica, Panama, Colombia); 13.) MCN – (Mid-Caribbean Network) (Guadeloupe, Dominica, Martinique); 14.) PAC – (Pan-American Crossing); 15.) PAN AM – (Pan-American Cable System); 16.) SCF – (Southern Caribbean Fiber) (St Kitts, Martinique, St Lucia, St Vincent and the Grenadines, Grenada, Trinidad and Tobago, Barbados, Guadeloupe, Antigua); 17.) TCCN – (Trans Caribbean Cable Network) – (USA-Jamaica); 18.) TCS-1 – (Trans-Caribbean System 1)

lxi En http://en.wikipedia.org/wiki/Fiber-optic_communication citando a NTT (2006-09-29). «14 Tbit/s over a single optical fiber: successful demonstration of world’s largest capacity». Press release. http://www.ntt.co.jp/news/news06e/0609/060929a.html. [Retrieved 2006-12-31], se afirma que «las fibras ópticas de hoy pueden portar unos 14 Terabits por segundo a una distancia de 160 km de fibra».

lxii En http://en.wikipedia.org/wiki/Submarine_communications_cable leemos que según Gardiner, Bryan. «Google’s Submarine Cable Plans Get Official» (PDF). http://www.wired.com/epicenter/2008/02/googles-submari/: «Desde el 2006, las líneas satelitales transoceánicas son solo portadoras del 1 % del tráfico internacional, mientras que el resto es transportado por cables submarinos. La fiabilidad de los cables submarinos es elevada, especialmente cuando existen múltiples vías en caso de ruptura del cable. Además, la capacidad total de los cables submarinos es del orden de los terabits por segundo, mientras que los satélites por lo general ofrecen solo algunos megabits por segundo y muestran un mayor retardo. Sin embargo, la construcción de un típico sistema de cable submarino transoceánico con capacidad de varios terabits cuesta algunos millones de dólares.»

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