Recomiendo:
0

Irún: de san marciales y marcialidades

Fuentes: Rebelión

Después de ocho años informando, analizando, polemizando en tono al Alarde de San marcial, podría pensarse que entramos en una fase rutinaria donde pocas cosas quedan ya por señalar, salvo el de nuestra solidaridad y cariño con los y las componentes del alarde mixto. Sin embargo no es así. En primer lugar, nos sigue produciendo […]

Después de ocho años informando, analizando, polemizando en tono al Alarde de San marcial, podría pensarse que entramos en una fase rutinaria donde pocas cosas quedan ya por señalar, salvo el de nuestra solidaridad y cariño con los y las componentes del alarde mixto.

Sin embargo no es así.

En primer lugar, nos sigue produciendo estupor la increíble desvergüenza de la corporación municipal, y sobre todo, la de su alcalde-presidente, y por lo demás, miembro de las JJGG de Guipúzcoa, el socialista José Antonio Santano. Ciertamente, (visto el borrador) que el anteproyecto de ley de igualdad de hombres y mujeres» elaborado por Emakunde, así como los llamados «planes de igualdad» de varios ayuntamientos vascos y las JJGG, es previsible, que la cuestión no avance mas allá del ámbito del discurso políticamente correcto. Aun así, supondrá el reconocimiento, siquiera formal, de un derecho que a estas altura y en nuestra sociedad no puede ser conculcado, se ponga la excusa (alguna tan peregrina como la de la tradición) que se ponga. Pues el Ayuntamiento de Irun, lo sigue haciendo con todo descaro, alevosía y premeditación (nocturnidad no le hace falta, pues lo hace a modo de alborada y toque de diana incluido).

Este año, además, basándose en que la petición se presento fuera de plazo, el Alcalde negó al «alarde mixto»hasta el permiso de desfile. Mientras que el alarde tradicional, ¡una vez más! recibía el respaldo total del consistorio.

En segundo lugar, es cada vez mayor el contraste, entre los dos alardes. El tradicional, va apurando, extremando su carácter militar, su marcialidad,¡hay que verles desfilar! hasta extremos (digo esto consciente que alguna gente se pueda ofender, cosa que en absoluto es mi intención) que rayan lo ridículo. Mientras, que su oponente el mixto va tomando la forma de un autentico ejercito de Pantxo Villa (digo esto, con la admiración y cariño y plena conciencia de su significado subversivo y trasgresor, tanto en forma como en su naturaleza, de lo que fue el Ejercito Rebelde del Norte, el cual con el de zapata en el Ejercito del Sur produjo una de las revoluciones populares más peculiares e interesantes del pasado siglo XX) pleno de alegría y colorido; gratificante a los ojos como, como esa amoña de 83 años que con un escopetón de carajo al hombro, encabezó, tras los gastadores, la primea compañía de alarde mixto.

En tercer lugar, cabe señalar, que el alarde mixto es un alarde en toda regla, tanto en lo relativo a su numero de participantes (unas mil personas), conformación de compañías, como de cantidad de publico que a lo largo de todo el recorrido los acompaño de forma harto entusiasta. Quedan atrás, aquel comienzo donde las pocas docenas de partidarios/as del alarde mixto, fueron tras ser insultados, expulsados a golpes y sin piedad de las filas del alarde (que luego pasaría a considerar como tradicional). Igualmente, los primeros años donde el alarde mixto adquirió rango de alarde oficial, al abandonar los betikos (tradicionalistas) la Junta del alarde (en aquel tiempo municipal) y contra toda lógica constituirse en alarde alternativo (error del cual se dieron cuenta para posteriormente contraatacar hasta recuperar espacios físicos y horarios ).

En la actualidad existen ya dos alardes (esperemos que sea una fase transitoria en pro de un alarde único pero abierto por igual a hombres y mujeres). Ciertamente, el tradicionalista, también llamado de los betikos, es, de momento, tanto por su composición numérica (unos nueve mil personas, todas salvo las cantineras, masculinas) como por el apoyo popular que frecibe, el principal. Así están las cosas. Pero el mixto es ya un alarde de verdad, mas reducido en todos los aspectos, que el tradicionalista. Pero un alarde en toda regla, tanto en composición como en su formato. Basta recordar, que en tiempos no muy lejanos, el único alarde apenas alcanza tres o cuatro mil personas.

¿Qué nos espera el futuro? Posiblemente y por largo tiempo la coexistencia de dos alardes, salvo que se de alguna de las siguientes circunstancias o una mezcla de todas ellas:

1.- Se imponga el peso de la ley.

2.- Cambie la postura del ayuntamiento.

3.- O de un rápido corrimiento de opinión la opinión, sobre todo en la juventud (tema este complicado, vistas muchas actitudes de una parte importante de este sector, extremadamente beligerante con dos copas de más).

Aunque todo hay que decirlo: espectacular me pareció las nuevas incorporaciones juveniles del alarde mixto. Si impactaba la entrañable figura de la amoña, quien con sus 83 años participaba por primera vez en el alarde, me llamo la atención el número nada despreciable de chavalitos y chavalitas de entre 15 y 17 años que daban un toco muy animado a las compañías del mixto.

Como alegran la vista esa chavalería que apunta hacia un nuevo futuro.