Paremos el genocidio en Palestina. Fin al comercio de armas y a las relaciones con Israel.
Con esta consigna, la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina y la campaña Fin al Comercio de Armas con Israel han convocado, el 25 de febrero, una jornada de movilizaciones en el estado español.
A otra escala se han organizado asimismo iniciativas; por ejemplo, el 11 de febrero, la Vigília per Palestina. Aturem el genocidi, en el huerto comunitario del barrio de Orriols (Valencia), organizada por Orriols Convive; la convocatoria incluía la presentación de un mural sobre “la esperanza de la paz después de tanta muerte y sufrimiento”.
Otra acción solidaria de interés tuvo lugar el pasado 7 de febrero; más de un centenar de personas asistieron a la conferencia Què passa a Palestina? Anàlisi i eines per actuar, en la Facultat de Psicologia de la Universitat de València (UV).
Participaron un representante de UV Combativa, colectivo que organizaba el acto; el médico cooperante español evacuado de Gaza, Raúl Incertis; y el profesor de la UV y activista del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel (BDS-País Valencià), Jorge Ramos Tolosa.
Durante el conversatorio se repartieron octavillas del BDS que instaban al boicot de los dátiles Medjool (o Jumbo) de Israel (“la mayoría provienen de los cultivos robados a la población palestina en las colonias sionistas de Cisjordania”).
La hoja informativa agregaba la siguiente estadística: “En 2022, Israel exportó dátiles por valor de 301 millones de euros; actualmente, se estima que cerca del 80% de los dátiles medjool son exportados por este estado genocida”.
Respecto a las alternativas, los activistas distribuyeron un tríptico con el nombre de empresas que comercializaban dátiles Apartheid free; en el estado español, Todo Palmera de la ciudad de Elche; en Palestina, productores como Ziyyad; Palestine Gardens; Al-Rwad o Nakheel Palestine.
El BDS señaló asimismo a la gran distribuidora francesa Carrefour, que en el primer semestre de 2023 logró un beneficio neto atribuido (a escala global) de 867 millones de euros, frente a los 255 millones del mismo periodo de 2022 (Europa Press, 26 julio); Carrefour “ha firmado recientemente un acuerdo en Israel con Electra Consumer Products y su filial minorista Yenot Bitan, empresas vinculadas a la prestación de servicios que apoyan a las colonias israelíes”.
UV Combativa reivindicó el cese del comercio de armas con el Estado de Israel; con datos del Ministerio de Economía, Amnistía Internacional denunció –en un comunicado del 4 de enero- que en el primer semestre de 2023 España autorizó 22 licencias de material de defensa a Israel por un valor superior a 44 millones de euros; en concreto, sistemas de dirección de tiro, blindados, equipos electrónicos y de formación de imágenes o material para aviones.
El informe del Centre Delàs Negocios probados en combate. Exportar la marca “Made in Israel” para mantener la ocupación y normalizar la injusticia (julio 2022) menciona ejemplos de exportaciones: “Alpha Unmanned Systems, una compañía española ubicada en San Sebastián de los Reyes (Madrid), vendió 8 helicópteros no tripulados Alpha 800 a la compañía militar israelí Sky Sapience; esta empresa (israelí) fue identificada por su participación en operaciones militares en la frontera con la franja de Gaza”.
El médico anestesista Raúl Incertis ha colaborado con Médicos Sin Fronteras (MSF) en el hospital Al-Awda, en el norte de Gaza; dio cuenta del balance de víctimas de los ataques israelíes desde el 7 de octubre de 2023 (inicio de la última embestida contra la Franja), y hasta el 3 de febrero de 2024: al menos 27.365 personas asesinadas y más de 66.000 heridas en Gaza (Fuente: Ministerio de Salud Palestino).
A ello se agregan cerca de 1,7 millones de víctimas de los desplazamientos (más del 75% de la población gazatí), en algunos casos en más de una ocasión; y 152 efectivos de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) asesinados; la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios –OCHA- detalla, asimismo, los asesinatos de 372 palestinos en Cisjordania (incluida Jerusalén Este), de los que 94 son menores.
Según la ONG Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, siglas en inglés), 99 periodistas y trabajadores de medios informativos fallecieron en el mundo en 2023; la mayoría (72) correspondía a periodistas palestinos que murieron en los ataques Israelís contra Gaza.
Además, el pasado 9 de febrero la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifró en “más de 350 los ataques contra la asistencia sanitaria en el enclave (Gaza) desde que estallaron las hostilidades”.
En el acto de la UV, Raúl Incertis compartió las palabras transmitidas por el doctor Obeid (cirujano de Médicos Sin Fronteras) en noviembre de 2023: “Nuestro quirófano estaba lleno. Y aquí, en el suelo, en el pasillo, estoy operando a un niño de 9 años”.
Desde el comienzo de la masacre, los equipos médicos y pacientes de MSF han tenido que evacuar nueve centros de salud en Gaza, tras las acometidas de tanques, aviones francotiradores y el ejército terrestre de Israel; “el personal médico y los pacientes han sido arrestados, abusados y asesinados” (En una Gaza devastada por la guerra, las personas desplazadas que fueron obligadas a evacuar el hospital Nasser no tienen adónde ir. MSF, 15 febrero).
En el apartado del boicot académico, el profesor y activista del BDS Jorge Ramos Tolosa destacó que el Departamento de Sociología y Antropología Social de la UV realizara una declaración de cinco páginas, el pasado 6 de febrero, que condena la masacre, el sometimiento del pueblo palestino a 75 años de ocupación militar, y recuerda cómo –en los primeros ocho meses de 2023- los incidentes violentos por parte de colonos israelíes contra ciudadanos palestinos (y sus bienes) alcanzaran una media de tres al día.
Ramos Tolosa destacó también campañas mundiales de boicot como la que señala a la estadounidense Hewlet Packard Enterprise; la razón es que proporciona “tecnología, equipamiento y servicios al ejército de Israel, incluyendo los puestos de control militar y el sistema de tarjetas de identificación que sustentan las políticas de apartheid”.
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