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IU dice que si pero no

Fuentes: Rebelión

El fin de las vacaciones estivales conlleva para las gentes de Izquierda Unida unas perspectivas cuajadas de negros nubarrones. Impelida por los malos resultados electorales de las últimas elecciones generales y europeas, la dirección federal ya tuvo que asumir en junio pasado el doble compromiso de realizar una Asamblea extraordinaria sobre el futuro de IU […]

El fin de las vacaciones estivales conlleva para las gentes de Izquierda Unida unas perspectivas cuajadas de negros nubarrones. Impelida por los malos resultados electorales de las últimas elecciones generales y europeas, la dirección federal ya tuvo que asumir en junio pasado el doble compromiso de realizar una Asamblea extraordinaria sobre el futuro de IU para finales de año y (después) una consulta a toda la militancia sobre la postura a tomar ante el referéndum sobre el «tratado constitucional» europeo previsto para febrero del 2005 en nuestro país. Tales compromisos del Consejo Político del 26 de junio vinieron acompañados, igualmente, del primer pronunciamiento público realizado por IU en contra del proyecto constitucional europeo así como, en días posteriores, por el anuncio en los medios de comunicación (obviando por tanto lo que pueda decir la consulta prometida a las bases) de que el lema de esta organización para la campaña del referéndum sería «Europa si pero no así»

Más allá de su pertinencia como respuesta a la pregunta que formulará el referéndum estatal y de los despropósitos significativos y gramaticales de este eslogan, quizás su mayor virtud estriba en compendiar en pocas palabras las reales aspiraciones de estos dirigentes y su proyecto de futuro para IU, alias «Izquierda Verde». Así, como señala la resolución del mencionado Consejo Federal, para la dirigencia de IU «Este Tratado Constitucional nace políticamente malherido por la abstención (cosechada en las elecciones parlamentarias del 13 J) y por la irresponsabilidad» del Consejo Europeo que, apenas días después de los comicios, se apresuró a aprobar la redacción final del Tratado. Su mayor preocupación es, por tanto, que con las prisas se eche por la borda «… una mejor ocasión para legitimar democráticamente el proceso de integración europea«.

La preocupación por legitimar las actuales instituciones y políticas europeas conduce igualmente a la dirección de IU a sentenciar, en el segundo punto de la resolución que «…no sería comprensible ni tolerable que al sinsentido de una aprobación elitista en medio de la nada participativa sumásemos ahora la no celebración (en España) del referéndum por el temor a un resultado imprevisto». Una advertencia al gobierno socialista español que se completa, en el tercer y último punto de la misma resolución, con la promesa de «…impulsar con el Partido de la Izquierda Europea una posición común sobre el Tratado Constitucional que posibilite una referencia europea de aquellas organizaciones que son nuestros socios en el continente europeo». Cuestión en absoluto baladí puesto que en el acta fundacional del PIE firmada en febrero pasado los partidos y organizaciones integrantes asumieron sin rubor sustentar distintas posiciones de partida sobre este Tratado.

De este modo, como muestran estas citas y el propio lema de campaña «Europa si pero no así», de manifiesto empaque altermundista (como ocurre con «otra Europa es posible» o «por una Europa Social»), la dirección de IU evidencia jugar un doble juego. Por un lado, defiende el proceso constituyente y las instituciones europeas de las que forma parte (recibiendo sustanciosa financiación), contribuyendo a sustentar la falsa ilusión de que, sin necesidad de modificar el sustrato económico y los poderosos intereses imperantes en la Europa hoy existente del Capital y la guerra, de las multinacionales y oligarquías, ésta puede no obstante llegar a conformar un supra-gobierno «legítimo» y democrático. Por el otro lado, la dirección de IU asume una postura aparentemente radical en contra del borrador constitucional pretextando tan sólo «defectillos» de forma («déficit democrático», «irresponsabilidad» de la Comisión Europea…), para así atraer a cuantos más electores el pasado 13 J sancionaron con su abstención unas instituciones de las que desconfían profundamente y cuyas políticas vienen rechazando en las calles con crecientes movilizaciones.

Por otra parte este «si pero no así», de marcada hechura altermundialista e interés encubierto por ayudar a gestionar el sistema sin intentar cambiarlo, refleja también a la perfección la naturaleza del otro compromiso asumido por el Consejo Politico Federal de junio pasado, de realizar una Asamblea extraordinaria de IU en los próximos meses. Como muestran ya las primeras proclamas de las principales sensibilidades y corrientes internas, así como todos los indicios, el punto de partida (y de llegada) de esta Asamblea no será otro que «IU si pero no así», a fin de que queden excluidos de partida cualesquiera otras opciones y planteamientos distintos de las crónicas escaramuzas y ponderaciones en torno a equipos directivos, cuotas de poder y reformas internas del funcionamiento.

Igual que ocurre con respecto al referéndum sobre el tratado constitucional europeo, donde la dirección ya tiene diseñado un lema y ha anunciado el voto en contra, pese a la consulta prometida a las bases, la próxima Asamblea extraordinaria de IU de partida tiene ya cerradas las puertas a otra salida política que no sea seguir representando, bajo unas u otras formas (Izquierda Unida-Izquierda Verde), el mismo papel y función claudicante dentro del actual entramado político-institucional que viene ejerciendo esta fuerza política, con los resultados y frutos de todos y todas conocidos.