El pasado 15 de mayo la Consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía, Carmen Martínez, presentó un plan de Recortes para 2012-14 que es el mayor de la historia de la autonomía andaluza, con una reducción del gasto público de 2.500 millones de euros. El plan se basa en el aumento de la jornada […]
El pasado 15 de mayo la Consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía, Carmen Martínez, presentó un plan de Recortes para 2012-14 que es el mayor de la historia de la autonomía andaluza, con una reducción del gasto público de 2.500 millones de euros. El plan se basa en el aumento de la jornada laboral de los empleados de la Junta a 37,5 horas semanales, la reducción del 15% de la jornada a los interinos y contratados laborales, la reducción de las pagas extras y un 10% de las percepciones variables del salario y la eliminación de todas las ayudas que percibía el personal público. Una vez más se carga contra los trabajadores.
Para tratar de dar una impresión más equilibrada el plan contempla una ligera subida del tramo autonómico del IRPF y del impuesto sobre el patrimonio que no compensa, ni de lejos, el recorte que se impone a los trabajadores. Dos días después Diego Valderas, Vicepresidente de la Junta y dirigente de IU de Andalucía, ha reconocido que las recortes tienen «una gran dosis de injusticia y de dureza, pero que son imprescindibles». Para este viaje no hacían falta alforjas. Si son injustos, IU no puede aceptarlos y tiene que oponerse a ellos.
Y si son tan «imprescindibles», ¿por qué no se ha contado con nadie para elaborarlos?, ¿por qué no se han negociado con los trabajadores y con los sindicatos? Imponerlos, tal y como hace el PP, no es precisamente la mejor forma de defenderlos. De hecho, CCOO de Andalucía ya se ha pronunciado en contra demostrando que los trabajadores no piensan de la misma forma que el dirigente de IU.
Si el PSOE sigue aceptando la lógica de los recortes como única alternativa a la situación económica, IU no está obligada a seguir por la misma senda. El triunfo de la izquierda en las elecciones andaluzas fue un clamor contra la política de recortes del PP. Si el PSOE no está dispuesto a escuchar a los miles de votantes que impidieron el triunfo del PP votando a la izquierda en Andalucía, nosotros no estamos obligados a volvernos también sordos.
Llevamos cuatro años de crisis económica y son varias las oleadas de recortes de todo tipo que se nos han impuesto a los trabajadores. El resultado es que cada vez la situación empeora más demostrando que los recortes no son la solución y que solo sirven para agravar la situación de la mayoría de la población.
La pregunta es muy sencilla, ¿habríamos aceptado estos presupuestos si estuviéramos en la oposición? En ningún caso. ¿Tenemos una política diferente cuando estamos en el gobierno? ¿No hay otra alternativa? El PSOE la tuvo, mientras gobernó podía haber subido los impuestos a los más ricos, nacionalizar el sector financiero (que se llevó 141.000 millones de euros de respaldo público en la legislatura de Rodríguez Zapatero), etcétera. ¿Por qué ahora nos tenemos que convertir en sus colaboradores para aplicar recortes, de forma más «suave» que el PP, pero recortes de los salarios de los trabajadores al fin y a la postre. Una dosis menor, pero de la misma medicina. El argumento de que si lo hace el Estado será peor, no nos consuela ¿Quién no preferirá que le corten una pierna antes que las dos? Pero la cuestión es que no hay necesidad de amputar ningún miembro, que hay recursos y medios en la sociedad española para que todo el mundo tenga un empleo digno, desarrollar la sanidad y la educación públicas y que un gobierno en el que participe IU sólo puede llamar a la movilización y a la rebeldía contra la imposición de ningún recorte, convirtiéndose en un baluarte de la resistencia frente a esas políticas. Más ahora, que la izquierda está ganando en un país tras otro de Europa.
Antes de pedir más sacrificios a los trabajadores, el gobierno andaluz debería mpezar por reducir sus salarios a 20.900 euros brutos al año, el salario medio, para vivir como vive la mayoría de los trabajadores andaluces.
En Extremadura IU cometió el error de permitir que el PP tenga el gobierno autonómico, que se puede corregir con una moción de censura que les retire del pedestal. Pero en Andalucía se puede cometer otro aceptando la política fracasada del PSOE. Sólo nos podemos mantener en el Gobierno de la Junta si esta se convierte en un baluarte de lucha contra la política del PP y de la patronal, un baluarte de lucha contra los recortes.
Si la dirección de IU acepta «coimponer» la política de recortes que el PSOE defiende se estará acercando a la dirección de ese partido pero se estará alejando de su propia base y de la base del PSOE, demostrándoles que no somos alternativa, pues parece que defendemos un programa cuando estamos fuera del gobierno y otro cuando estamos dentro.
IU de Andalucía tiene que salir del gobierno andaluz, tiene que romper sin dilación toda relación con las políticas de recortes, pues de lo contrario la credibilidad de nuestra organización en todo el Estado, estaría en entredicho.
¿Qué esperanza pueden poner en IU las familias obreras, que han sufrido la política del gobierno de Zapatero, que ahora padecen los graves ataques del PP, si la alternativa de IU es ser el monaguillo del PSOE? Con esta política en Andalucía, los dirigentes de IU, independientemente de sus buenas intenciones, están colaborando a destruir la opción de IU en el ámbito estatal como alternativa de izquierdas frente al gobierno del PP. Deberíamos aprender de lo sucedido en Grecia. La firmeza de Siryza le ha hecho ganar apoyo y arrastró a sus filas a los disconformes con la política del PSOK ¿Qué harían aquí los disidentes, cuando los haya, de la política del PSOE si IU aparece unida a los mismos dirigentes del PSOE que nos han llevado al desastre?
Puede que entrar en el gobierno andaluz, en lugar de frenar al PP y pasar a la oposición, haya sido un error producto de las buenas intenciones y la candidez de nuestros compañeros andaluces, pero permanecer en este gobierno, defendiendo la bondad de las políticas del neoliberalismo es más que un error, es ponerse al otro lado, frente a los intereses de nuestra clase.
Henar Moreno, Coordinadora Izquierda Unida La Rioja
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