Izquierda Unida considera que la expropiación de YPF no es un «ataque a España» pues Repsol es una entidad privada «de distintas nacionalidades» y cree «una vergüenza» que el Gobierno español haya salido en defensa de la compañía petrolera. El portavoz económico de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) y diputado de IU por Málaga, Alberto Garzón, ha […]
Izquierda Unida considera que la expropiación de YPF no es un «ataque a España» pues Repsol es una entidad privada «de distintas nacionalidades» y cree «una vergüenza» que el Gobierno español haya salido en defensa de la compañía petrolera.
El portavoz económico de Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) y diputado de IU por Málaga, Alberto Garzón, ha señalado que «Repsol no es técnicamente una empresa española», pues más del 50% de la multinacional es propiedad del capital extranjero, y además «proporciona beneficios a la economía española que podrían considerarse nimios», ya que en nuestro país declara el 25% de sus beneficios totales por todo el mundo.
Por ello, sostiene que en este conflicto «no están enfrentados los intereses de dos naciones distintas, sino los intereses nacionales de Argentina y los intereses económicos de sujetos privados de distintas nacionalidades -y entre ellas, en menor grado, españoles-«.
«Por lo tanto, es una falacia considerar esta medida económica como un ataque a España -escribe en un artículo publicado en su página personal-. Es una compra legal, que en todo caso podría estar minusvalorada, y que afecta a los intereses de unos sujetos económicos -grandes empresas y bancos- que no comparten beneficios con el resto de la sociedad».
A su juicio, la expropiación «no es la guerra de los trabajadores españoles» y por ello «es una vergüenza que el gobierno español salga en defensa de los intereses de las grandes empresas españolas que poseen un capital minoritario de Repsol, en perjuicio de los intereses nacionales de un país soberano como Argentina». «Más aún cuando mientras eso ocurre el gobierno está efectuando políticas de recortes que hacen recaer el peso de la crisis sobre la población española más desfavorecida», añade.
Según Garzón, «lo que debería hacer el PP, en vez de proteger los intereses de los más ricos es replantearse su política económica y reflexionar acerca de si no es mejor opción de política económica imitar a Argentina y proceder a la recuperación de determinados instrumentos políticos: Instrumentos que deberían ponerse al servicio de los españoles en su conjunto, y no de unos pocos adinerados con capacidad para especular en distintos mercados financieros -entre ellos el de acciones».