El resultado obtenido por Izquierda Unida en las elecciones europeas 636.454 votos (4,16%) y dos diputados ha superado el más pesimista de los presagios. Si tenemos en cuenta que se ha presentado en coalición con otras formaciones menores, especialmente con ICV en Catalunya el retroceso es de envergadura. En efecto, Izquierda Unida obtuvo en las […]
En efecto, Izquierda Unida obtuvo en las elecciones de 1999, 1.221.566 votos (5,77%) y 4 diputados, mientras IC-Verdes que se presentó en solitario obtuvo 156. 471 votos (0,74%) y ningún escaño. Si comparamos los votos y porcentaje obtenidos en estas elecciones con la suma de votos y porcentajes obtenidos en 1999, es decir 1.377.937 votos y 6,51%, se han perdido 741.483 votos (-53,8%).
Si tenemos en cuenta el hundimiento de la participación electoral que ha descendido del 63% en 1999 al 46% en el 2004 (-17 puntos), cuando tradicionalmente una baja participación global beneficiaba a IU gracias a la teórica mayor disciplina de su electorado, el importante aumento de la abstención en esta ocasión ha ido acompañado por un retroceso electoral de la coalición (-2,35 puntos en relación a la suma de porcentajes entre IU e ICV en 1999, o bien de -1,61 puntos sí lo comparamos con el obtenido por IU en aquellas elecciones).
Por otra parte, al tener el estado español una sola circunscripción electoral y por tanto traducirse proporcionalmente los votos obtenidos en escaños, el efecto «voto útil» que se producía en las elecciones generales al Parlamento del estado ante la circunstancia que los votos se perdiesen por no traducirse en diputados ha sido en esta ocasión prácticamente inexistente.
La debacle de Izquierda Unida perdiendo la mitad de su electorado y la mitad de los escaños no tiene coartada, ni justificación posible, y exige por tanto una reflexión profunda, más aún hace necesaria abordar urgentemente la Catarsis de esta organización si quiere sobrevivir políticamente.
El «tributo» de Gaspar Llamazares a ICV
En la práctica el retroceso en escaños de IU es mucho mayor puesto que solamente el escaño obtenido por Wily Meyer (cabeza de lista) pertenece a Izquierda Unida y podrá agruparse en el bloque que se forme entre las diversas formaciones comunistas o de la izquierda anticapitalista en el Parlamento Europeo. El segundo escaño obtenido pertenece al otro socio de la coalición ICV, el cual anunció con anterioridad su voluntad de formar parte del bloque que organicen diversos partidos de orientación verde en el Parlamento de Strasburgo.
A pesar del retroceso sufrido y una vez descontados los votos de ICV, el resultado obtenido permitía a Izquierda Unida conseguir dos escaños, mientras que ICV en solitario se hubiera quedado fuera del Parlamento Europeo. En este sentido la coalición ha sido un desastre político en varios aspectos, ha desmotivado a una parte del electorado de Izquierda Unida que desconfía profundamente de la trayectoria y objetivos de ICV y, «ha regalado» un escaño a ICV, facilitándole una presencia política y unos medios no despreciables que va a utilizar en beneficio de su proyecto, el cual no se limita al ámbito del principado, sino que busca implantarse y extenderse al resto del estado compitiendo con el espacio político de Izquierda Unida.
Un análisis mas detallado
El resultado de IU en sus tradicionales «graneros», especialmente en Andalucía, es dramático. En esta comunidad retrocede del 10,7% obtenido en 1999 al 5,06%. El contrapunto es Euzkadi donde aumenta ligeramente del 3,94% al 4,18 % en esta ocasión.
En el caso de Catalunya, los 150.925 votos obtenidos por la coalición ICV-EUiA quedan lejos de los 215.448 votos que obtuvieron, si sumamos sus resultados, en 1999. Es cierto, que en términos de porcentaje la caída no tiene la dimensión del resto del estado 7,19% en el 2004 (7,48% en el 1999), pero en términos políticos se ven agravados por la evolución del mapa político en Catalunya, donde los otros socios del Tripartito -con los cuales hay una competencia de espacios evidente- han mejorado notablemente sus posiciones: el PSC aumenta del 34,6% al 42,78% y ERC aumenta votos en valores absolutos 248.263 votos (174.374 en 1999) y dobla prácticamente su porcentaje 11,82% (6,06% en 1999).
En el caso particular de EUiA el resultado es doblemente comprometido. En efecto, el apoyo otorgado por el sector vinculado al PCC (con el apoyo del POR) al pacto entre Gaspar Llamazares e ICV que concedía a esta formación el número 2 de la lista, a cambio de asegurar el número 4 a una candidata de EUiA (militante del PCC) ha culminado en un pésimo negocio. ICV ha obtenido su diputado, con lo cual refuerza su posición frente a EUiA (a la que «ningunea» sistemáticamente en la coalición), mientras EUiA se queda fuera del Parlamento Europeo.
La necesidad de la Catarsis en Izquierda Unida
El hundimiento electoral de Izquierda Unida en las elecciones europeas confirma la derrota electoral sufrida en las pasadas elecciones generales del 14 de marzo. Este mal resultado hace añicos las excusas del equipo de Gaspar Llamazares que lo achacaban al efecto del voto útil en un contexto extraordinario provocado por el atentado de Al Qaeda.
La estrategia de subordinación al PSOE con la finalidad de gobernar a cualquier precio, la pérdida de independencia frente a la dirección de CCOO, han difuminado el perfil anticapitalista y alternativo de Izquierda Unida, lo cual ha favorecido la recuperación de un sector del voto más combativo y de izquierda hacia el PSOE a través del discurso del voto útil y la ilusión en su gobierno, y en menor medida hacia otras opciones de izquierda nacionalistas o periféricas.
La ausencia de un cambio de orientación radical en Izquierda Unida tras la derrota del 14 de marzo, la profundización del giro a la derecha y de pérdida de identidad a través de la denominación de «Izquierda Verde», la conformación de una coalición con ICV que ha creado desconfianza y desmotivación, junto con los métodos no integradores y antidemocráticos en la confección de la lista electoral, han creado las condiciones para una nueva derrota y un mayor retroceso de Izquierda Unida.
En estos momentos, la gravedad de los resultados agudizan la crisis política y de dirección de izquierda Unida y hacen inevitable su «Catarsis» como vía de garantizar su supervivencia y renacimiento político.
En la realización de esta Catarsis la movilización de la afiliación de Izquierda Unida es fundamental. La exigencia de realización de una Asamblea extraordinaria debe convertirse en un clamor.
Nada justifica, en estos momentos, rupturas precipitadas y sectarias que solo favorecen al equipo dirigente de Gaspar Llamazares responsable principal de las derrotas, y que solo conducen a la esterilidad y la marginación (ver resultados coalición PCPE-LIT: 3.973 votos (0,03%).
Mas que nunca es necesaria la confluencia de esfuerzos de todos los que apuestan por una Catarsis de Izquierda Unida, por derrotar a quienes pretenden su desnaturalización, por reorientar izquierda Unida hacia la movilización social y política, por desarrollar un programa de izquierda anticapitalista 100%, y por un funcionamiento verdaderamente plural, participativo y democrático.
Barcelona, 14 de junio del 2004
* Diosdado Toledano. Miembro de Consejo Político Federal de Izquierda Unida y de la permanente de EUiA. Activista de la corriente Rojos/es en EUiA de Catalunya. Miembro de Revolta Global (organización producto de la unificación de ARA/BATZAC/CEA y adherida a la IV Internacional)