La Comisión Permanente de IU, de fecha 5 de septiembre de 2006, aprobó un documento de catorce páginas para justificar el voto positivo de sus diputados en el Congreso al envío de tropas a Líbano [1]. El texto, que lleva por grandilocuente título: La situación en Líbano y Palestina. Construir la Paz, hacer Justicia, pretende […]
La Comisión Permanente de IU, de fecha 5 de septiembre de 2006, aprobó un documento de catorce páginas para justificar el voto positivo de sus diputados en el Congreso al envío de tropas a Líbano [1]. El texto, que lleva por grandilocuente título: La situación en Líbano y Palestina. Construir la Paz, hacer Justicia, pretende argumentar su apoyo «condicionado» [2] y limitado en el tiempo a la misión militar española.
Menciono la extensión porque el texto, en aras de justificar lo injustificable para una fuerza política de izquierda, contiene multitud de circunloquios y consideraciones que tienen la finalidad de intentar ocultar que no efectúa análisis alguno. No me detengo a analizar el documento del PCE, por su menor trascendencia pública y porque comparte exactamente los mismos argumentos.
La deliberada falta de rigor, no ya en función de criterios marxistas, sino como exigen los principios lógicos más elementales en cualquier análisis -valorando los antecedentes y la vinculación del hecho en cuestión con otros procesos- sirve al objetivo de intentar vestir una decisión previamente tomada por razones muy diferentes de las que allí se esgrimen. No analiza, no porque los datos y las referencias no estén al alcance de cualquiera con un poco de interés en el asunto, si no porque la conclusión sería la contraria a la decisión previamente adoptada por una fuerza política que hace mucho tiempo abandonó su soberanía para subordinarla a los intereses del PSOE.
Aislar cada caso. Ignorar la geoestrategia.
El documento de la coalición se pone unas casi imposibles anteojeras y no se plantea qué relación pudiera haber entre la masacre israelí en Líbano y la escalada de ataques, devastaciones, invasiones y proliferaciones de bases de la OTAN o de EE.UU. en los Balcanes, el Cáucaso, Turquía, Chipre, Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes, Omán, Yemen, Iraq, Pakistán y Afganistán.
¿No sabe IU que el intento de Israel, fallido, de aniquilar Hezbollah y/o desencadenar un enfrentamiento entre fuerzas libanesas forma parte de una geoestrategia de largo alcance del imperialismo norteamericano y europeo de control de Oriente Medio y Asia Central, que se inicia con la devastación de Iraq en 1991, continúa en la ex Yugoslavia, Afganistán y otra vez Iraq?
No hace falta acudir a las hemerotecas. En los propios archivos de IU debe estar, si es que no lo han tirado, el discurso parlamentario de Julio Anguita en nombre de la mayoría, entonces, de IU denunciando el ataque a Iraq como parte de la estrategia de control económico y militar de Oriente Medio por parte de la coalición internacional, liderada por EE.UU. y Gran Bretaña y que tenía a Israel -entonces en un discreto segundo plano- como principal beneficiario. Devastación de infraestructuras de todo tipo y embargo debían ser los brazos de la tenaza que hiciera comprender a Iraq que no había otra opción que doblegarse. La resistencia de los iraquíes a doce años de bloqueo genocida, su capacidad de recuperación y su innegociable voluntad de soberanía plantearon a las potencias imperialistas que solo una nueva masacre y la posterior invasión militar podría aplastar su independencia. Tras tres años de intento de ocupación con el despliegue armamentísticos más gigantesco y sofisticado de la historia, la resistencia armada y civil de su pueblo les sigue mostrando que ni así son capaces de controlar el país.
El segundo gran asalto fue la destrucción de la ex Yugoslavia, interés compartido por la UE y EE.UU. con el doble objetivo de aislar a Rusia y controlar tanto los riquísimos yacimientos de hidrocarburos del Cáucaso, como los corredores que los transportan a Europa central y al Mediterráneo[3]. Para garantizarlo se devastó el país, dividiéndole y colocando gobiernos dóciles, y orquestando un esperpento de juicio a su presidente Milósevic para acabar asesinándole para evitar que en el juicio pudiera dejar en evidencia la compleja planificación de la voladura de Yugoslavia y la multiplicidad de actores, incluidos el Papa Juan Pablo II y Bernanrd Kouchner, flamante director de «Médicos del Mundo» [4]. Tras la evidencia en Iraq de que bombardeos masivos y bloqueo económico no eran suficientes, con la liquidación de la República Federal de Yugoslavia se inicia una nueva etapa que implica, cambio de régimen político y presencia militar directa y permanente de EE.UU y/o de la OTAN, como la expresión más acabada de la comunidad de intereses EE.UU y la UE.
El mejor símbolo de la simbiosis entre intereses económicos y control militar en el diseño de la geoestrategia imperial es la gigantesca base militar de EE.UU. en Kosovo, Camp Bondsteel, situada junto a la ruta del petróleo, en un lugar privilegiado para intervenir en Oriente Medio y gestionada por la empresa Brown and Root Services, filial de Halliburton, controlada por Dick Cheney actual vicepresidente de EE.UU.
El ataque y el intento de ocupación de la OTAN de Afganistán, la masacre e invasión de Iraq, el bombardeo masivo del Líbano, así como – en otros ámbitos geográficos – la presencia militar en el Congo, en Haití o la que se anuncia en Darfur, obedecen al mismo guión y a los mismos intereses. El hecho de que desde autoatribuidas posiciones de izquierda, IU no establezca el hilo conductor que vincula a los intereses de la UE con los de EE.UU., alimentando la ficción de una Europa civilizada y pacifista y tratando cada conflicto de forma aislada, expresa el más ramplón alineamiento con el gobierno PSOE y la autoexpulsión de cualquier ámbito mínimamente coherente de denuncia y lucha antiimperialista.
Tragarse la propaganda de guerra
En 1990, con la preparación del ataque a Iraq, comenzó un programa a gran escala de manipulación informativa que indefectiblemente acompaña a todas las intervenciones militares de las grandes potencias euro-norteamericanas y van dirigidas a impedir que se forje una opinión pública que mayoritariamente se oponga a ellas y que pasa por desacreditar a los dirigentes y a las fuerzas políticas de los países atacados. También les viene de maravilla a todas aquellas organizaciones que por diferentes intereses han decidido no obstaculizar los planes del poder.
Que organizaciones de izquierda den crédito al imperialismo en sus descalificaciones, que tachan de dictadores totalitarios a los gobernantes de los países atacados o de integristas fundamentalistas a las fuerzas políticas de la resistencia, es un crimen de lesa independencia de clase y el favor más grande que se puede hacer a quienes aprendieron en Vietnam que las guerras imperiales -incluso desde la más abrumadora superioridad militar- se pueden perder en la batalla de la opinión pública.
El imperialismo ha utilizado el diseño, hoy sabemos que inventado, del Sadam ecoterrorista, el slogan de ¡Ni OTAN, ni Milósevic!, el espantajo incansablemente agitado de Bin Laden y Al Qaeda -cada día que pasa menos creíble- los asesinatos masivos de los escuadrones de la muerte financiados por los ocupantes, la utilización del caos y de las hambrunas -previamente y cuidadosamente organizados- como pretexto para el envío de tropas de ocupación y el intento de impedir la identificación de los pueblos europeos con la resistencia.
Cuando el guión se repite una vez tras otra, ¿es admisible caer reiteradamente en la misma trampa? ¿No se tratará de que aparentar darles crédito, se utiliza como manto que oculte la vergüenza de permanecer pasivos o incluso apoyar el Parlamento el envío de tropas?
Líbano, una nueva etapa del mismo guión.
El día 13 de julio, casi coincidiendo con el comienzo de los bombardeos israelíes sobre Líbano, se inauguró el mayor oleoducto del mundo que comunica Bakú (Azerbaijan), Tiflis (Georgia) y el puerto turco de Ceyhan, y que conectará a su vez con el oleoducto israelí Eilat -Askelon y de allí llegará al Mar Rojo[5]. ¿No saben los dirigentes de IU que sus principales accionistas de este macro-oleoducto son British Petroleum, la francesa Total y la italiana ENI? ¿Tiene algo que ver eso con la rapidez con que Italia y Francia se ofrecen al envío de tropas? ¿No cabe preguntarse si la presencia militar española en Líbano tendrá alguna relación con las expectativas de Repsol en la zona? La protección militar de esos proyectos ¿no estará íntimamente vinculado con la necesidad de controlar las costas de Líbano y Siria?
¿Es muy difícil para IU identificar que la apropiación por parte de sus empresas multinacionales (incluidas las españolas) del petróleo, el gas, el agua y otros recursos de la zona, pasa por:
• liquidar -en sentido literal- gobiernos y fuerzas políticas hostiles o insuficientemente alineados (Iraq, el gobierno de Hamás en Palestina, Siria e Irán)
• fragmentar los países y fomentar el enfrentamiento entre comunidades alimentando la inestabilidad permanente que «justifique» la intervención exterior
• fortalecer alianzas militares y de servicios secretos de los grandes gendarmes de la región: Israel y Turquía, entre ellos y con la OTAN.
• neutralizar, mediante una mezcla variable de chantajes y sobornos, cualquier oposición de gobiernos árabes.
Desde el año 1994, al menos, la geoestrategia imperialista, euro-norteamericana, tiene en Turquía e Israel actores imprescindibles e incluye planes multimillonarios de transporte de petróleo, gas, electricidad y agua, captada esta última del Tigres y el Éufrates en Turquía y comprometiendo gravemente el suministro a Iraq y Siria.
La alianza militar entre Israel y Turquía en progreso permanente, se complementa con la coalición en toda regla entre Israel y la OTAN y con la llamada Iniciativa de Cooperación de Estambul que pretende, y hasta ahora ha conseguido, que los estados árabes (Argelia, Egipto, Jordania, Mauritania, Marruecos y Túnez) acepten la incorporación de facto de Israel a la Alianza Atlántica y no actúen ante los ataques occidentales a otros países árabes.
Vale la pena recordar que el estado español forma parte de la OTAN y como tal es socio del Estado de Israel, y con quien acaba de realizar maniobras militares.
Papanatismo europeista al servicio del imperialismo.
¿Es posible concebir que IU crea de buena fe que, como dice su documento, «consideramos que la participación de España, junto a Francia:
– fortalecería el tradicional papel mediador y moderador de España en Oriente Próximo;
– fortalecería una postura europea autónoma y diferenciada de EEUU,
– fortalecería el papel de la ONU y el multilateralismo
– contribuiría a evitar un ataque israelí a Siria,
– y dificultaría nuevos ataques de Israel al Líbano»?
El intento de IU de lavarle la cara a la UE adquiere rasgos esperpénticos cuando habla de la «Pasividad de la Comunidad Internacional» que «no ha tenido la respuesta necesaria y eficaz» -nadie sabe por qué. Ésa es toda la crítica, para afirmar a continuación que el Parlamento Europeo «estuvo a la altura de las circunstancias»… porque «urgió el alto el fuego inmediato… exigió el regreso a la legalidad internacional… y una discusión respecto a la entrega de presos»[6]. ¿Es posible no calificar de cinismo que acordar un conjunto de palabras huecas, sin la menor trascendencia práctica, le parezca a IU que un Parlamento de una UE en la que Israel compra el 53% de sus importaciones, «está a la altura de las circunstancias» sin que exija suspender el Acuerdo Comercial Preferente, vital para el Estado sionista, y que además prevé su derogación si existe vulneración de los derechos humanos de los palestinos?
Lo más grave del documento de IU, es lo que no dice; las preguntas clave que deja sin respuesta, como por ejemplo:
• ¿Por qué la ONU envía tropas para obligar a cumplir esta Resolución del Consejo de Seguridad y no las decenas de ellas, la mayor parte de la Asamblea General, que obligan al estado de Israel a retirarse de los territorios palestinos, libaneses y sirios ocupados desde 1967?
• ¿Por qué tras intentar sin éxito que el despliegue fuera mandado por la OTAN -porque se notaba demasiado que se trataba de ocupar otro país árabe- el 95% de las tropas son de la Alianza Atlántica y se ha consentido al país agresor imponer vetos a tropas de determinados países?
• ¿Por qué las tropas de la ONU, se supone que de interposición, se ubican en territorio libanés, el país atacado, y no en Israel, el país invasor?
• ¿Cómo se explica que ni se nombre la ocupación por el estado sionista, de las granjas de la Chebá, ni de los Altos de Golán?
• Después de 34 días de bombardeos sobre población e infraestructuras civiles que han asolado Líbano, ¿puede admitirse que no se imponga ningún tipo de pago a la potencia económica que lo ha destruido?
• ¿Puede aceptarse que se imponga un embargo de armas a la resistencia libanesa, y no se haga lo propio con el país agresor que es una de las mayores potencias armamentísticas del mundo – incluido el armamento nuclear – que recibe anualmente 3000 millones de dólares en ayuda militar de EE.UU. y que lo emplea a diario para asesinar población civil en Palestina?
En lo que respecta al Estado español, IU conoce perfectamente que la sección militar de Izar en consorcio con la norteamericana AFLON ha vendido el año pasado dos corbetas militares a Israel, que la Unión Española de Explosivos mantiene suculentos negocios con la venta de armas a ese país, y que, en contrapartida, el Ministerio de Defensa lleva muy adelantado el proceso de compara del misil israelí Spike para equipar al helicóptero de combate Tigre[7]. IU sabe también que el Mosad tiene una importante participación en la formación de las policías, muy especialmente de la Ertzaintza, pero ni siquiera ha exigido, como contrapartida a su voto, suspender las relaciones de los servicios secretos y el comercio de armas de empresas españolas con Israel, a pesar de que puede esgrimir la coherencia y la legitimidad de haber votado en contra del Acuerdo Comercial Preferente con Israel, precisamente por considerar que era un ejercicio de cinismo supeditarlo al respeto a los derechos humanos del pueblo palestino, que en 1997 como ahora, se violaban a diario.
Si es la ignorancia la que explica la actitud de IU, su incapacidad les inhabilita. Si es complicidad con los intereses criminales que subyacen, a quienes presta el impagable servicio de encubrir la protección militar con «ayuda humanitaria», los pueblos sabrán pasarle factura. Cada vez es más evidente que IU no es más que «clase política» y que no representa las posiciones de la izquierda. Más temprano que tarde hay que poner manos a la obra para evidenciar que IU sólo sirve para cumplir dos funciones, preciosas para las clases dominantes:
– legitimar el alineamiento con el imperialismo del gobierno PSOE en política exterior y con la patronal en materia socioeconómica
– bloquear la movilización popular no orquestada, por intereses exclusivamente electorales por el cuarteto IU, PSOE, CC.OO y UGT.
La construcción de la independencia de clase, anticapitalista y antiimperialista, debe plantearse como prioridad para las organizaciones de la izquierda real y avanzar a más velocidad de la que lo hace. Lo que es seguro es que no pasa por quienes comparten o aceptan sumisamente este estado de cosas, sin atreverse a ver a mirar de frente su papel de apuntaladores del orden establecido.
* Ángeles Maestro fue diputada en el parlamento por Izquierda Unida, y militante del PCE. Es fundadora de Corriente Roja.
Notas:
[1] El voto en el Pleno del Congreso de los Diputados fue unánime e incluyó – entre las fuerzas que se autocalifican de izquierda – no sólo a IU, sino a ERC, al BNG y a Nafarroa- BAI.
[2] El apoyo «condicionado» que IU da a la propuesta del gobierno se parece demasiado al «Sí crítico» de Nueva Izquierda» al Tratado de Maastricht. Ninguno de los dos tiene una tecla específica para la votación y se contabilizan exactamente igual que los síes de los demás grupos.
[3] Para el análisis del proceso que se inicia con la primera Guerra del Golfo (1991) y continúa con el ataque de la OTAN a Yugoslavia puede consultarse: Maestro, A. (2001) Estado de Guerra http://www.corrienteroja.net/articulo.php?p=2788&more=1&c=1
[4] Collon, M (2002) Deux ans plus tard, où en est laYugoslavie? http://www.michelcollon.info/articles.php?dateaccess=2002-11-01%2017:05:32&log=articles
[5] Chossudovsky, M La guerra del Líbano y la batalla por el petróleo www.lahaine.org/index.php?blog=3&p==17118
[6] Página dos del documento citado que puede verse en: http://www.rebelion.org/docs/37766.pdf
[7] Acta del Primer Encuentro de Solidaridad con Palestina, marzo de 2005