IU cumple 25 años embarcada en un proceso que ha venido en llamar de ‘refundación’ y que reivindica el «fin de las injusticias». Con motivo del aniversario, Enrique Santiago pone en valor la IU que nació al calor de las protestas contra la OTAN. Ahora es la crisis económica, y el reto, la ‘remontada’ electoral de […]
IU cumple 25 años embarcada en un proceso que ha venido en llamar de ‘refundación’ y que reivindica el «fin de las injusticias». Con motivo del aniversario, Enrique Santiago pone en valor la IU que nació al calor de las protestas contra la OTAN. Ahora es la crisis económica, y el reto, la ‘remontada’ electoral de la coalición de izquierdas. Pero este dirigente, abogado de profesión, también hace autocrítica en clave interna.
Militante del PCE y de IU, Enrique Santiago fue secretario general de la Unión de Juventudes Comunistas de España entre 1990-1992. Fue secretario general de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) y en la actualidad desempeña las funciones de secretario de Refundación y Movimientos Sociales de IU. De profesión abogado, Santiago participó en la acusación particular contra Pinochet y lleva el caso del periodista asesinado en Irak José Couso.
Nuevatribuna.es Izquierda Unida cumple 25 años en pleno proceso de refundación. Tengo la impresión de que esto de la ‘refundación’ es algo que la gente no entiende o que ni siquiera conoce. Si tuviera que explicarle a alguien de la calle de forma sencilla y directa qué significa este proceso, ¿qué le diría?
Enrique Santiago La refundación es la voluntad de Izquierda Unida de renovarse y adaptarse a la nueva situación política que existe tan diferente de la que había en España cuando IU se constituyó hace 25 años. Para que la gente lo entienda sencillamente: nosotros llamamos proceso de refundación a un nuevo proceso de convergencia política y social en el que pretendemos que se aúnen los esfuerzos tanto de movimientos sociales como de la izquierda política en aras de reivindicar un programa político que nos permita acabar con las injusticias y forjar una situación mucho más justa.
¿Y qué hay que reivindicar todavía ahora de aquella IU que nació al calor de las protestas contra la OTAN en 1986?
Hay que reivindicar varias cosas. En primer lugar, la necesidad de que IU movilice y haga a la ciudadanía partícipe en la gestión de los asuntos públicos. Y en segundo lugar, es muy importante recuperar la pluralidad del proyecto inicial de IU que se conformó en torno a distintas fuerzas políticas (muchas de ellas hoy en día desgraciadamente ya no existen) pero también con ese componente de movilización social que en ese momento aportaron las movilizaciones contra la OTAN. Probablemente, las movilizaciones que la sociedad española está dando ahora mismo frente a la crisis económica van a ser un caldo de cultivo o un sustrato similar para el proceso de refundación de IU similar al que su momento constituyeron las movilizaciones contra la OTAN.
¿Se trata también de captar a sectores desencantados del PSOE?
Nosotros hemos seguido muy atentamente los procesos de conformación de nuevas fuerzas políticas transformadoras y alternativas en Europa y en todas ellas, en Francia y en Alemania fundamentalmente, también en Portugal, aunque menos, pero en todas hay un componente de unidad en torno a las fuerzas alternativas al sistema que es el de la izquierda clásica más sectores que se incorporan de la socialdemocracia, más consecuentes, que reconocen, se dan cuenta y se horrorizan ante la realidad actual puesta de manifiesto, en la que las instituciones políticas han perdido el control de la toma de decisiones que afectan a la vida de los ciudadanos y las han trasladado al mercado. Ese paso que se ha dado en Francia, en Alemania, en otros países, por parte de un sector del socialismo histórico, de la socialdemocracia, fundamentalmente sindical, es lo que nos gustaría que ocurriera en España y pensamos también que está empezando a ocurrir. De hecho por ejemplo, en la isla de Tenerife IU se presenta con una nueva fuerza política llamada Socialistas por Tenerife que nace de una ruptura en el seno del PSOE en esta isla, una ruptura provocada por el rechazo de la política económica y social que está realizando el actual Gobierno del Partido Socialista.
¿Pero hablamos de coaliciones también para concurrir a las generales?
Pensamos que las coaliciones y los acuerdos son pasos importantes para ir trabajando conjuntamente, para ir generando un clima de confianza. Pero nosotros, a lo que aspiramos, es a unas relaciones estables en torno a un mismo programa, en un movimiento político y social. Tampoco abogamos por la desaparición de las distintas fuerzas políticas y sociales que puedan componer IU, porque IU no es un partido político sino un movimiento. Sí que creemos que de forma permanente y estructural todo este tipo de fuerzas plurales de la izquierda que trabajan por defender un programa que sea más justo, un programa anticapitalista, todas ellas deben establecer un marco estable de relaciones en ese nuevo movimiento político y social que queremos que sea IU.
Ciertos sectores critican que IU siga estando a la sombra del PCE.
El PCE es una de las fuerzas políticas de IU, la más grande, pero el PCE también tiene una absoluta pluralidad interna. Con lo cual, es tanto Gaspar Llamazares que representa una determinada posición en IU como pueda ser el secretario general del PCE de Asturias que en estos momentos representa una muy distante. El PCE es un partido muy plural y desde luego la hegemonía que haya en uno u otro momento en IU no es de una formación política frente a otra, es de equipos, de personas. Y es bueno recordar que, en estos momentos, en la dirección de IU salida de la IX Asamblea, todas las distintas candidaturas que concurrieron a esa Asamblea con una propuesta, todas, participan en la dirección con responsabilidades concretas de gobierno. No creo que sea justo decir que hay una hegemonía del PCE, ni mucho menos.
¿Entonces hay cabida para el sector ‘llamazarista’, para la corriente llamada ‘IU Abierta’?
Evidentemente. Todos los sectores tienen cabida, pero no sólo esos, sino muchos otros que que no están tanto más a la izquierda de IU como en posiciones más cercanas a la socialdemocracia. Tanto en un caso como en otro creemos que en IU se dan las condiciones para que haya una convivencia agradable y cómoda para todo el mundo donde la elaboración de propuestas se centre en el programa político.
¿Y hay espacio en esta nueva IU para Gaspar Llamazares o Inés Sabanés?
No creo que ni a Llamazares ni a Sabanés se les pase por la cabeza pertenecer a un proyecto político distinto; porque además, en lo que estamos convencidos, es que en este proceso de convergencia no hay espacio político entre la Internacional Socialista con sus actuales características y el espacio del partido de la izquierda europea que es el que representa IU. No hay un espacio intermedio que pueda ser cubierto por otra fuerza política. Tanto IU como el partido de la izquierda europea están sabiendo abrirse tanto por un extremo como por otro para aglutinar a todo aquel que disiente de la derecha y del liberalismo que está defendiendo la Internacional Socialista en estos momentos.
Llamazares apuesta por un proyecto en Izquierda Unida en el que quepan figuras como Baltasar Garzón o Almudena Grandes. ¿Qué le parece?
Todos apostamos por ese proyecto porque estas dos personas como otras muchas se han manifestado en distintos momentos de su vida profesional o social en contra de las injusticias del sistema y defendiendo una sociedad más justa que es la que defiende IU. De hecho, el caso de Garzón es un poco más particular porque por su actividad profesional estaba vetada la realización de actividad política; pero en el caso de Almudena Grandes (desconozco si tiene o no el carné de IU) como muchas otras personas del mundo de la cultura, intelectuales y académicos dan su apoyo de forma permanente a las iniciativas que plantea IU. Desde mi punto de vista es una compañera más de este proceso.
La dirección de IU ha aparcado el debate de candidatos para 2012 hasta otoño. No quiere hablar de nombres, pero, a usted personalmente, ¿le gustaría ser candidato al Congreso en la lista que previsiblemente lidere Cayo Lara?
Para cualquier militante de IU sería un honor formar parte de la lista que va a liderar Cayo Lara que creo que, aunque no esté aprobado, es lo normal, es la tradición, es lo más procedente políticamente en estos momentos. Tanto para mí como para cualquier otro miembro de IU sería un auténtico honor estar en las candidaturas.
Hay que tener en cuenta también la mezquindad del sistema electoral que nos limita mucho -a pesar del creciente apoyo electoral- la obtención de escaños parlamentarios. Por lo que a mi me toca no es una cuestión en la que vaya a perder mucho tiempo en estar discutiendo quién es más adecuado o no. Cuando llegue el momento lo tendremos que solventar y lo solventaremos de la mejor forma posible. Si se decide que yo tengo que estar, estaré encantado y si se decide que hay otras personas más adecuadas por lo que sea, pues estaré igual de encantado que en estos momentos.
Me habla de la Ley Electoral. La cima de IU fueron 21 diputados en 1996. Ahora tiene uno. Aunque la Ley Electoral no les beneficia, si fueron capaces una vez de conseguir ese número de diputados podrían volver a estar en condiciones de lograrlo. ¿Cómo hacerlo? ¿De qué lastres hay que librarse para la remontada?
Incluso aunque tuviéramos 20, 30 o 40 diputados, la Ley Electoral seguiría siendo igual de injusta porque está pensada para que en cada circunscripción provincial prevalezcan las dos fuerzas políticas y marginar al resto. Baste recordar que en el Parlamento español de la II República había representadas más de 20 fuerzas políticas y actualmente no llegan a siete. O sea que, la democracia está perdiendo la pluralidad.
Ahora bien, dicho esto, yo siempre he defendido que la escasa representación de IU no es sólo un problema de La Ley Electoral. Durante un periodo, IU se ha apartado mucho de su base social y sobre todo ha perdido una batalla muy importante que ahora estamos intentando ganar que es la batalla cultural, la batalla ideológica. No hemos sabido generar una cultura de lucha de resistencia alternativa, no hemos sabido mostrar a la ciudadanía que no es cierto que las únicas políticas que se pueden hacer las hagan la derecha o el liberalismo de la Internacional Socialista sino que hay otras posibles alternativas que se están concretando en otros países y que están dando excelentes resultados económicos y sociales. Ese ha sido nuestro déficit, y en buena parte creo que viene también motivado por nuestra dificultad de acceso, por la falta de democratización de los medios de comunicación, que son los que llegan a la opinión pública.
Derivado también del bipartidismo (PSOE-PP).
Bipartidismo que desde mi punto de vista se apoya en dos patas fundamentales, la Ley Electoral y el control cada vez más hegemónico de grandes monopolios sobre los medios de comunicación, donde además, al estar todos en manos de intereses privados, a ninguno le interesa que una fuerza política como IU que defiende una preponderancia del Estado en el control de la economía sea una opción conocida por la ciudadanía porque atenta contra sus propios intereses.
IU se define como una fuerza anticapitalista, transformadora y republicana. Sobre este último punto, del que Julio Anguita está siendo el encargado de plantear las líneas generales de acción, ¿cree que España está preparada para pasar de una Monarquía a una República?
Hay que verlo con normalidad. La República es el sistema normal de gobierno, de organización política de las instituciones democráticas. España es quien vive en una excepción motivada por cuarenta años de dictadura franquista, por el modelo de Transición y también por una capacidad de intervención, que se sigue viendo, de las fuerzas herederas del franquismo, que cada día cuestionan claramente lo que fueron los grandes consensos constitucionales. Eso durante un periodo en el que la mayoría del censo electoral ha estado conformado por gente que vivió la dictadura. Pero, en estos momentos, más de la mitad del censo electoral no ha vivido la dictadura y no han votado la Constitución de 1978 y no se han pronunciado sobre si su opción es Monarquía o Republica. Eso está muy relacionado con que el movimiento republicano tanga dos polos fundamentales: personas veteranas de la política y la acción social que son los que han conservado, mantenido y difundido los ideales republicanos y la gente joven que entiende como una anomalía histórica que en España exista una Constitución que discrimina a la totalidad de los ciudadanos salvo a una familia a acceder a la jefatura del Estado. Jóvenes educados en democracia no encuentran ningún sentido a esa discriminación. No es un problema de estar en contra o a favor del Rey actual o de la Casa Real actual, el problema es de concepción de la democracia y de concepción de la participación política.
¿Pero llevará IU la República y la consiguiente reforma constitucional en el programa electoral para las elecciones generales de 2012?
No creo que conste. Nuestro trabajo para la reconstrucción de la República es un trabajo político a medio plazo que no depende de un programa electoral sino de una voluntad manifestada mayoritariamente por la sociedad española y creo que estamos en un momento de acumulación de fuerzas a favor de ese cambio de modelo de Estado hacia un modelo republicano.
En otro orden de cosas y desde su punto de vista como abogado. En estos momentos, está llevando el proceso de José Couso y de hecho ha viajado a Bagdad junto con el juez Santiago Pedraz. ¿En que punto estamos con este caso?
Hoy mismo hemos practicado una pruebas periciales de reconstrucción del tanque que disparó al Hotel Palestina donde se aprecia claramente que desde el visor del tanque se observaba que estaban alojados periodistas civiles y no ninguna unidad militar del régimen iraquí. Estamos pendientes de realizar una pericial similar con imágenes videográficas tomadas por el propio juez y tenemos citadas a dos testigos: un testigo directo, la sargento de Inteligencia del Ejército norteamericano Adrienne Kinne que comprobó y vio cómo, a pesar de haber sido previamente concentrados por orden del Pentágono los periodistas extranjeros en el Hotel Palestina, posteriormente se dio la orden de considerarlo objetivo militar sin avisar a los periodistas ni a los distintos gobiernos de la coalición internacional, buena parte de los cuales eran los gobiernos de los países de nacionalidad de los periodistas. También hemos citado a declarar a una periodista norteamericana, Anni Goodman, que fue quien entrevistó en varias ocasiones en un programa en directo en televisión a la sargento cuando ella realizó estas manifestaciones. Esta periodista ratificará las declaraciones de la sargento que ya están incorporadas a las actuaciones por escrito. Una vez que se hayan practicado estas pruebas, nos quedará conseguir que INTERPOL deje realizar una actuación de bloqueo, de desobediencia a la orden del juez Pedraz de emitir una orden de busca y captura internacional respecto a los tres militares que ya están procesados por estas actuaciones; y cuando consigamos que INTERPOL dicte esa orden, estaremos más cerca de conseguir el objetivo de este procedimiento que es la detención de alguno de estos procesados para que puedan ser llevados a juicio en España.
Usted también formó parte en nombre de IU de la acusación particular contra Pinochet. Me gustaría conocer su opinión sobre el caso Garzón. ¿Cree que será finalmente condenado por la causa de la Memoria Histórica?
Desgraciadamente me temo que va a ser condenado incluso con una actuación del Supremo que no va a ser respetuosa con criterios anteriores que ha mantenido. Por ejemplo, sobre la necesidad de existencia de acusación particular o del ministerio fiscal a la hora de abrir un procedimiento. No hay que perder de vista que la única acusación contra Garzón a consecuencia de la apertura de fosas y la investigación de los crímenes del franquismo, es una acusación popular, concretamente del sindicato Manos Limpias. Mucho me temo que va a ser condenado, Garzón se ha convertido en el escarmiento que demasiadas fuerzas, vinculadas todavía al franquismo y que se parapetan en el poder judicial, pretenden dar a la sociedad española a la hora de establecer que la sombra de Franco todavía sigue siendo demasiado larga en nuestra democracia.
Por último, como ex secretario general de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), ¿cómo está contemplando la revolución del mundo árabe?
Por un lado, con mucha satisfacción. Está habiendo importantes movimientos de resistencia popular y movimientos de reconstrucción de la democracia y, francamente, es un elemento de satisfacción. Pero, por otro lado, este despertar de las sociedades árabes me crea mucha estupefacción por ver la falta de coherencia de la Unión Europea negándose por ejemplo a admitir los muchos refugiados e inmigrantes que estas crisis están provocando. Me parece que es una falta de solidaridad tremenda y que además estamos hablando de cifras, de cantidades de personas que son absolutamente ridículas atendiendo a la gravedad y la importancia del cambio político que se está viendo en el Magreb y atendiendo además la capacidad de acogida y económica de la UE. Esto demuestra un grave cinismo y falta de voluntad de respetar tratados internacionales fundamentales en materia de derechos humanos como es la Convención de Ginebra de 1951 sobre refugiados o las propias normas de la UE de acogida temporal en caso de afluencia masivos provocados por conflictos.