En los juzgados de lo Penal de Julián Camarillo de Madrid por el viejo delito de blasfemia resucitado a tiempo por el vigente código penal de la democracia. La acusación particular ultrarreligiosa (no así el Fiscal) pide una condena monetaria bastante elevada que apacigue sus supuestos sentimientos religiosos, supuestamente ofendidos. Puesto a ser castigado Javier […]
En los juzgados de lo Penal de Julián Camarillo de Madrid por el viejo delito de blasfemia resucitado a tiempo por el vigente código penal de la democracia.
La acusación particular ultrarreligiosa (no así el Fiscal) pide una condena monetaria bastante elevada que apacigue sus supuestos sentimientos religiosos, supuestamente ofendidos.
Puesto a ser castigado Javier preferiría la hoguera, a pesar de oponerse a la pena capital y me imagino que más aún en el hipotético caso de ser condenado.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera
Recuerda Miguel Tomás-Valiente en su gratísimo libro «De mil amores», un más que merecido ensayo sobre las canciones de Javier Krahe, que mientras los condenados a muerte de la nobleza eran ejecutados mediante la decapitación y los del pueblo llano eran ahorcados, la hoguera era el método reservado a los herejes, el más deshonroso. Añade el común amigo Miguel, por cierto homónimo de otro Miguel, Servet, al que Calvino prendió en la hoguera, ¡y menos mal que el ginebrino había criticado los salvajes medios de represión de la iglesia católica!:
Por eso, en una sociedad en que aparentar era tan importante o más que ser (recordemos El retablo de las maravillas ), la gente acudía en masa a los autos de fe, que eran pomposos, solemnes y espectaculares; por eso insultaban y vilipendiaban a los sentenciados por la Inquisición: con la pretensión de hacer patentes sus diferencias con los reos.
Por lo visto, queda un buen número de nostálgicos de la Inquisición. Casualmente, en mi última visita a París reparé en el quartier de Montmartre en una estatua levantada en recuerdo de un caballero ejecutado por no haberse desprendido del sombrero al paso de una procesión. Por estos pagos no he visto ninguna estatua por el estilo, y no precisamente porque no se hayan dado sucesos tenebrosamente similares. Ahora bien, como el propio Javier, preferimos la hoguera si al paso que vamos vuelven las ejecuciones.
En fin, tiene mérito esta asociación católica en su empeño por resucitar a un cristo horneado hace ya la friolera de 35 años y difundir un sacrilegio que nunca traspasó la cocina de su amigo Enrique Seseña. Pero todo esto, lo cuenta mucho mejor mi gran amigo y más grande músico, ad maiorem gloriam del Krahe, Javier López de Guereña. Os lo paso.
Hola, amigos. Os pongo al corriente de la situación procesal de Javier Krahe. No es un relato de Kafka, ni una película de Tim Burton. Es la realidad, en diez días. Quien tenga voz, que vocifere.
En 1986 Javier Krahe manifestó su opinión respecto al referendum de la OTAN en forma de canción: «Cuervo Ingenuo». Fue censurado en TVE, anulada su contratación municipal de ese año y vetado en los venideros. Fué uno de los poquísimos artistas relevantes de España no contratado en la Expo de Sevilla. El escándalo fue mayúsculo pero, además de lamentaciones, no recibió el menor apoyo, se quedó solo. Nadie levantó la voz.
En 1977, dos aficionados al cine y devotos de Buñuel, Javier Krahe y Enrique Seseña, realizan su aportación al séptimo arte: un cortometraje en superocho titulado «Diez comentarios». Uno de los episodios, «Sobre la Cristofagia», es un chiste en el que se propone una receta de cocina ya que los católicos -según su propia doctrina- se comen el cuerpo de Cristo crudo.
El experimento no trasciende el ámbito doméstico.
En 2004, Krahe -60 cumpleaños- es sujeto de homenaje por una parte sustancial de artistas musicales, plásticos y literarios. Llega a enterarse del asunto por ser sujeto pasivo de un documental que llevan a cabo Trincado y Murugarren dentro del mismo proyecto. En la parte biográfica de la película se rescatan (del archivo de Seseña ) las cintas de superocho. Krahe conoce el documental y el disco una vez acabado el trabajo. Con este mismo motivo Canal Plus le convoca a una entrevista en «Lo más plus». En el curso de la misma se emiten de fondo unas imágenes del capítulo en cuestión mientras Krahe es interrogado. No debería ser necesario explicar que un entrevistado muy raramente determina las preguntas ni los fondos musicales o gráficos que acompañan a su entrevista; no fue así desde luego en este caso como Canal Plus reconoce sin ambages.
El caso salta en internet. La exhibición del fragmento por parte de los foros afines a las asociaciones acusadoras paradójicamente amplía su difusión. Aparecen las denuncias por parte de religiosas que copian el modelo proporcionado por los promotores de la acusación. La causa se mueve entre Colmenar Viejo (donde es archivada), recurrida y archivada en Majadahonda y, de nuevo, por tercera vez recurrida y archivada en Colmenar. Aparece como acusación la Fundación Tomás Moro y, siendo este el único elemento novedoso, un magistrado de la Audiencia de Madrid considera pertinente que esta misma instancia se ocupe del caso.
No hay ni ha habido acusación fiscal, ni ahora ni entonces.
Krahe y Montserrat Fernández -entonces directora del programa- van a ser juzgados el 28 de Mayo a las 12:20 en la Sala de vistas del Juzgado nº 8 de lo Penal de Madrid, sita en la calle Julián Camarillo nº11, segunda planta, por ofensa a los sentimientos religiosos con una petición de multa de 192.000 € para Krahe (inexplicablemente algo menos en el caso de M. Fernández).
Me ahorro los comentarios sobre el delito de ofensa religiosa, sobre los chistes verdes y de curas (tan españoles,tan nuestros) y sobre la imbecilidad reinante.
No está clara la acusación (se sabe que no mató personalmente a Jesucristo -prescrito-): es tal vez la de rodar en 1977 u obligar a emitir a Canal Plus en abierto y a sus espaldas semejante mofa.
Es de esperar que la cordura y la sensatez se impongan y un juez razonable mande al infierno a los demandantes. Aún así sería una vergüenza condenar de nuevo a Javier Krahe al ostracismo (la anécdota jugosa es que en su día el difunto Jesús Polanco se lavó las manos declarándole persona «non grata» en el canal televisivo).
No podemos dejarle solo.
javi.
N.B. De este asunto hace ¡8 años! ya tuve que dedicarle unas líneas, pese al escaso ruido mediático suscitado, debemos seguir. ¡Pobre siglo XXI!, ¿a dónde «avanzas»?
Blogdel autor: http://www.sakurambotsumamu.blogspot.com.es/2012/05/javier-krahe-el-ultimo-heterodoxo-de-la.html
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