¿Qué tiene que ver José María Aznar con el imám de Fuengirola (1)? Aparentemente nada. Y sin embargo, la actitud ante la comisión parlamentaria del primero y las declaraciones del segundo antes de su ingreso en prisión revelan un cierto aire de familia. Como si un mismo mecanismo de auto-defensa actuase como resorte, para hacerlos […]
¿Qué tiene que ver José María Aznar con el imám de Fuengirola (1)? Aparentemente nada. Y sin embargo, la actitud ante la comisión parlamentaria del primero y las declaraciones del segundo antes de su ingreso en prisión revelan un cierto aire de familia. Como si un mismo mecanismo de auto-defensa actuase como resorte, para hacerlos entrar en un oscuro mundo de conspiraciones. A la manera de Ignatius J. Really, el protagonista de La conjura de los necios.
En su comparecencia, Aznar sostuvo opiniones contradictorias, escogiendo en cada caso lo más apropiado para su defensa. ¿Cómo puede seguir insinuando que ETA está detrás de los atentados y sostener que los terroristas trataban de dar un vuelco a las elecciones? ¿Cree verdaderamente Aznar que el PSOE se aliaó con al-Qaeda para ganar las elecciones…? Eduardo Haro Tecglen ha hecho el diagnóstico: «delirantes obsesivos» (El País, 30-11).
A Kamal Mustafá le pasa como a José Mari. Su negativa a asumir su responsabilidad por sus escritos le ha llevado a la ruina. En el caso de Aznar, se lleva consigo la credibilidad de su partido, cosa que le trae sin cuidado: él no puede estar equivocado, era el presidente. Lo de Kamal es mucho más grave, ya que trata de arrastrar al mismísimo Islam hasta la cárcel, insistiendo una y otra vez en inculpar a una religión que siguen más de mil millones de personas.
Antes de ingresar en prisión, el imám insistía (2): «se me encarcela por traducir una palabra del Corán». No salimos de nuestro asombro. En su libro La mujer en el Islam, Kamal Mustafá daba estos consejos sobre como golpear a la esposa: «Los golpes se han de administrar a unas partes concretas del cuerpo como los pies y las manos, debiendo utilizarse una vara no demasiado gruesa, es decir ha de ser fina y ligera para que no deje cicatrices o hematomas en el cuerpo. Los golpes no han de ser fuertes y duros, porque la finalidad es hacer sufrir psicológicamente y no humillar y maltratar físicamente».
¿Dónde dice el Corán semejante cosa? ¿Cómo se atreve un imám a pronunciar una calumnia semejante en contra del Islam, tan sólo para tratar de salvar su orgullo y su prestigio?
Kamal ha hecho un llamamiento a leer la sentencia, «para saber si es contra mi persona o contra mi hecho o contra el Islam». Y eso es lo que hemos hecho. En la sentencia, el juez del juzgado nº 3 de lo Penal de Barcelona, Sr. Yllanes Suárez, afirma que La mujer en el Islam no es una exposición objetiva de los principios del Islam, como su autor ha pretendido, sino que en él se vierten sus opiniones personales en torno a la mujer.
El juez recoge la existencia de una pluralidad de interpretaciones del Corán, con lo cual queda claro que nadie puede excusarse en la religión para justificar opiniones contrarias a la legalidad vigente. Además, se recogen las conclusiones sobre la violencia doméstica del III Congreso de le Mujer Musulmana, celebrado en marzo de 2002, en el sentido de que el maltrato físico o moral está absolutamente proscrito en el Islam.
Esto es lo que desmonta la taimada defensa de Kamal: el Islam no permite los malos tratos. Así pues, la sentencia no es contra el Islam, sino por un delito de provocación y discriminación contra las mujeres, tipificado en el artículo 510.1 del Código Penal. Así lo reconoció la FEERI (Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas), al valorar como positiva la decisión del juez de encarcelar a Kamal Mustafá, en un comunicado oficial del 14 de enero. Aunque no nos alegramos del encarcelamiento, sería hipócrita criticar el cumplimiento de una sentencia que en su momento fue aplaudida.
Lo que estamos viviendo estos días forma parte de la historia de España, entre el sainete y la tragedia. Aznar evocando la Reconquista para explicar los atentados del 11 de marzo, y Kamal Mustafá trayendo a colación la Inquisición para explicar su condena. Los taimados moros no nos perdonan por lo de la Reconquista, y los pérfidos cristianos siguen atizando el fuego de la hoguera. Y ambos con su aire auto-satisfecho, entre el desafío (a la razón) y la paranoia. Sin un ápice de duda. Como digo, un cierto aire de familia.
Notas:
(1) El imám de Fuengirola, el egipcio Muhámmad Kamal Mustafá, ingresó en prisión el día 26 de noviembre en Málaga por un delito de provocación y discriminación contra las mujeres, en base al contenido de su libro «La mujer en el Islam», donde aconsejaba como el marido debe golpear a la mujer rebelde.
(2) Aunque hemos sabido que el día 20 de noviembre Kamal Mustafá hizo llegar a la Comisión Islámica de España una «rectificación» y petición de perdón por el contenido de su libro, las declaraciones posteriores a la misma desmienten esa rectificación.
* Abdennur Prado. Secretario de Junta Islámica.
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