La Federación Española de Teatro Universitario, creada en 1967, es una organización que reúne en la actualidad a buena parte de las agrupaciones de teatro universitario, ya sean oficiales, independientes, de un colegio mayor o un aula de teatro. Su labor fundamental consiste en propiciar sinergias colectivas, constituir una red, promover cursos de capacitación, así […]
La Federación Española de Teatro Universitario, creada en 1967, es una organización que reúne en la actualidad a buena parte de las agrupaciones de teatro universitario, ya sean oficiales, independientes, de un colegio mayor o un aula de teatro. Su labor fundamental consiste en propiciar sinergias colectivas, constituir una red, promover cursos de capacitación, así como conseguir mayor visibilidad y posibilidades de acción a los elencos federados.
Juan Antonio Hormigón
Acorde con dichos propósitos, promueven igualmente la realización de un Certamen Nacional de Teatro Universitario, el III de los cuales se celebró en Toledo del 28 al 30 de abril en colaboración con la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Toledo y la Universidad de Castilla La Mancha.
La Junta directiva de la FETU, adoptó el acuerdo de otorgar a Juan Antonio Hormigón el Premio a «toda una vida de trabajo teatral», galardón que busca el reconocimiento y valoración de aquellos profesionales que iniciaron su andadura en el teatro universitario y han tenido una relevante actividad en la escena española a lo largo de los años.
En el pasado mes de abril, la Junta de la FETU le dirigió la carta que sigue:
«A la atención de don Juan Antonio Hormigón,
La Federación Española de Teatro Universitario tiene el honor de comunicarle que para esta edición de 2018 ha decidido otorgarle su premio honorífico en reconocimiento a toda una carrera consagrada a las artes escénicas.
Este galardón viene a reivindicar a aquellos profesionales que habiendo destacado en el mundo del teatro tuvieran su origen, hayan contribuido o resultado determinantes para el Teatro Universitario. En su caso es notoria su aportación e investigaciones sobre la obra de Valle-Inclán, a quién comenzó a adaptar y a escenificar ya en sus años como director del TEU de Zaragoza (1962-65), agrupación con la que llegó a ganar el Premio Nacional de Dirección de Teatro Universitario (1963) con la obra Los bandidos , de Friedrich Schiller.
Además, es notable su contribución con ensayos y manuales de teoría teatral que abarcan desde la concepción espacial hasta el oficio del dramaturgista; así como su participación en congresos y talleres en una veintena de universidades, llegando incluso a ser director del Aula de Teatro de la Universidad Complutense (1977-1985).
Sería pues para nosotros un placer el contar con su presencia en nuestro próximo Festival Nacional, en concreto la tarde del lunes 30 de abril a las 18:30 hs. en la Gala de Clausura que se realizará en el Círculo de Arte de la ciudad de Toledo, donde le haríamos entrega pública de un recordatorio y una sentida ovación.
Federación Española de Teatro Universitario».
El acto de entrega se celebró como estaba previsto el día 30 de abril en el Círculo de Arte de Toledo, asentado en una iglesia mudéjar del siglo XIII que sufrió diferentes ampliaciones y en la actualidad se ha convertido en un centro de cultura. En un acto sencillo y entusiasta, se procedió en primer lugar a la entrega de los premios correspondientes al III Certamen Nacional de Teatro Universitario. Como remate, el recién elegido Presidente de la Federación, Alberto Rizzo junto a Laura Mariño, Secretaria de la misma procedieron a presentar el premio «a toda una vida de trabajo teatral». El primero dio lectura a la carta fundamentadora de la concesión y la segunda entregó la presea: un damasquinado con la imagen a línea de «el hombre de palo», el famoso autómata creado por Giovanni Turriano (1500-1585).
En España se conoció a este italiano como Juanelo. Vivió en Toledo durante muchos años, fue relojero de Carlos I e inventor de múltiples artilugios mecánicos, el más notable el denominado «artificio de Juanelo», que permitía subir agua del Tajo a la altura del Alcázar, más de cien metros de desnivel. El mecanismo lo pagó a su costa, el agua llegó, pero nadie, ni Ayuntamiento ni ejército, se lo quiso pagar. Sumido en la pobreza, se las ingenió para crear un hombre de palo, una especie de autómata que según cuentan podía moverse merced a un complejo mecanismo que nunca se desveló. Su misión era pedir limosna para Juanelo, lo que evitaba al inventor la vergüenza de mostrar su rostro. Se quemó en vida de su creador.
En su discurso de recepción, que tuvo momentos de intensa emotividad, Juan Antonio Hormigón recordó sus comienzos como director de escena en el Teatro Universitario de Zaragoza. Hizo sucinto relato de lo que supusieron las Jornadas de Murcia de 1963, en las que hubo un razonado intento de sentar las bases para el desarrollo del teatro universitario en España, y recordó los puntos programáticos que de ellas emanaron.
Afirmó igualmente que su experiencia en el teatro universitario ha proseguido en el sustrato de su labor profesional a lo largo de su vida. No sólo en lo que respecta a la perseverancia en una actitud vocacional que nunca le ha abandonado, sino en la forma y manera de concebir su trabajo como director de escena o docente. Una salva de aplausos puso remate a su intervención.
En declaraciones posteriores, Juan Antonio Hormigón dijo que rememorar aquellos días lejanos le trae siempre recuerdos, imágenes y memoria de compañeros que se fueron para siempre. Unos son felices, otros dolorosos y algunos no exentos de la nostalgia del tiempo ido. Todo ello le provoca brotes emotivos que superan la contención. Pero a quien esto escribe le pareció que eran acordes con lo que el premiado quiso transmitir.