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Juan «el Nuestro», ejemplo de lucha, semilla de futuro

Fuentes: Rebelión

En las ruinas de la casa de Juan vive una buganvilla que habla. Sus flores están secas de otoño, pero las hojas, rabiosamente verdes, parecen abrazar al tronco y protegerlo para que siga ahí, creciendo. Juan García, «El Corredera» fue asesinado por el franquismo hace 50 años, un 19 de octubre, y aquel crimen sacudió […]

En las ruinas de la casa de Juan vive una buganvilla que habla. Sus flores están secas de otoño, pero las hojas, rabiosamente verdes, parecen abrazar al tronco y protegerlo para que siga ahí, creciendo.

Juan García, «El Corredera» fue asesinado por el franquismo hace 50 años, un 19 de octubre, y aquel crimen sacudió a la sociedad canaria de entonces y permanece hoy en la memoria de los que vivieron su detención y su condena como un golpe asestado a la conciencia y a la lucha de todo un pueblo.

El Corredera, en julio de 1936, era un joven vinculado a la organización del Partido Comunista en Telde. Como tal, participó en las acciones de defensa de la República y de resistencia al golpe de Estado encabezado por Franco. Todos los testimonios recogidos indican que Corredera estaba en el grupo armado que esperaba a Franco en el túnel de La Laja para impedir su llegada al aeropuerto. Sin duda, en esa participación está una de las razones para que fuera tan tenazmente perseguido.

La rápida consolidación de los golpistas desata una represión sistemática contra toda la izquierda: asesinatos, encarcelamientos, palizas y todo tipo de ensañamiento y represalias contra el pueblo. Compañeros muy cercanos a El Corredera, miembros del Club de Lucha Canaria, son tirados a la Sima de Jinámar. En esa situación, Juan García pasa a vivir escondido, moviéndose por distintas partes de la isla para burlar la persecución a que es sometido por falangistas, guardia civil, policía y militares de la dictadura.

En esas circunstancias, Corredera mantiene contacto con su familia y amistades en Telde. Por ello, conoce los abusos y represalias que los franquistas cometen contra sus familiares; las gentes de su pueblo refieren hoy que una de las hermanas de Juan García murió, con 19 años, como consecuencia de los golpes que recibió una y otra vez por parte de los leales servidores de Franco. Rebelde y digno, «El Corredera» buscó al principal responsable, un carnicero falangista, y lo mató a tiros.

Tiempo más tarde volvió a disparar; esta vez contra un Guardia Civil que se disponía a prenderlo y al que advirtió: «…no quiero ser tu asesino, pero tampoco tu presa». (*)

Juan García estuvo 22 años sin poder ser capturado por los esbirros de la dictadura. Protegido por el pueblo, representó sus ansias de libertad y justicia, luchando para acabar con el franquismo. El aprecio y complicidad del pueblo se mostró en la manifestación de más de 5.000 personas, en el juzgado de Las Palmas, el día del juicio civil para defender la vida de Juan García, un hecho que sucedió, y es importante destacarlo, en 1959, en el corazón de una época feroz, de represión implacable. A raíz de esta movilización, ciertos grupos surgidos de ella se incorporaron a la lucha por la libertad. Poco tiempo después nació el Movimiento Canarias Libre, creado por algunas de las personas que más bregaron para impedir el asesinato de «El Corredera». Buena parte de sus miembros, poco tiempo después, ingresó en el Partido Comunista. Era la semilla de libertad, justicia y revolución sembrada por Juan García, que dio dirigentes comunistas como Andrés Alvarado Janina y Fernando Sagaseta.

Hoy, 50 años más tarde, el ejemplo de dignidad de Juan García sigue presente en la vida del pueblo canario; un pueblo cuyos hijos más conscientes no se dejan vencer, sino que, como El Corredera, resisten y luchan.

Hoy, la buganvilla de la casa de Juan habla, y son muchas las personas que entienden lo que dice: ¡Corredera VIVE! ¡La lucha continúa!

(*) En Romance del Corredera, de Pedro Lezcano

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa de los autores, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.