Julia Álvarez Resano nace en Villafranca (Navarra) el 10 de agosto de 1903, estudia en Pamplona magisterio, entonces, para tantas mujeres brillantes como ella, una de las pocas vías para tener una vida profesional propia. Posteriormente estudiaría Derecho en Zaragoza. Ocupa plaza de maestra en 1923, y como número uno de las oposiciones, primero en Villafranca (Navarra) y luego en Vizcaya, hasta que consigue la plaza de directora en la Escuela Graduada Rosario Acuña de Madrid, en 1934. Es Inspectora extraordinaria en Madrid de septiembre de 1936 a julio de 1937.
Escribe con frecuencia en la revista ¡¡Trabajadores!!, órgano de la UGT de Navarra. “La voz de la esperanza de los trabajadores” era como la definía en el nº 81 del 23 de septiembre de 1932 Ricardo Zabalza. Destaca como propagandista en la comarca realizando multitud de mítines en defensa de la perspectiva obrera y feminista. En relación con la cultura, defendía la creación de bibliotecas municipales, pedía la ampliación de las escuelas públicas en los pueblos de los alrededores, o ensalzaba a los jóvenes que participaban en las actividades culturales de la Casa del Pueblo. Como destacada militante sindical, fue elegida secretaria general de la federación de enseñanza de la UGT de Navarra y, tras la crisis de 1934, elegida en un Comité Nacional presidenta de FETE UGT, pero que sólo ejerció de enero a junio de 1936, hasta el III Congreso, cuando la sustituye Rodolfo Llopis; posteriormente, se centraría en su actividad parlamentaria al ser elegida diputada.
Como abogada explicaba las novedades legislativas republicanas que permitían solicitar rebajas en los alquileres de las casas y de las fincas rústicas, o la defensa frente a los desahucios. Medió para que se realizasen obras en las carreteras en fechas no coincidentes con la recolección para mitigar el paro local. Consiguió que la agrupación sindical de Villafranca contratara directamente con la azucarera de Marcilla el cargue de la remolacha, para dar trabajo a todos por igual, en turnos rigurosos y con un sueldo justo. Lo mismo se hizo en la zona con la venta colectiva de la patata. Sin dejar su trabajo de maestra, se dio de alta en el Colegio de Abogados y se estrenó en Pamplona para defender a Ricardo Zabalza, acusado de injurias al jefe del Estado y excitación a la rebelión, por lo que el ministerio fiscal solicitaba para él la pena de más de siete años de prisión, consiguiendo su absolución. Cuando en 1934 Zabalza se va a Madrid como secretario de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra de la UGT (FNTT), ella también lo hace, como directora del grupo escolar Rosario Acuña, abriendo además como abogada un nuevo despacho. Carmen Payá, periodista, indica en el periódico Libertad del 28 de febrero de 1935, que en ese momento en Madrid figuraban tan solo siete mujeres entre dos mil abogados.
En las elecciones al Congreso de los Diputados de 1933, se presenta por el PSOE en Guipúzcoa y Navarra, sin obtener escaño. Pero en febrero de 1936 es elegida diputada socialista por la provincia de Madrid, en las listas del Frente Popular, con 98.099 votos. Respecto a su actividad parlamentaria fue suplente de la Diputación Permanente de las Cortes desde marzo de 1936 a octubre de 1937, y titular desde octubre del 38; forma parte de la comisión parlamentaria de Instrucción Pública desde octubre de 1937; de la de Estatutos, a partir de abril del 36; desde septiembre de 1938, de la de Suplicatorios; de Actas y calidades, desde octubre de 1937; y siendo suplente, en la de Agricultura.
Se casó a finales de 1935 con Amancio Muñoz Zafra, dirigente socialista, abogado y sastre, que sería diputado por la provincia de Murcia, y letrado interino del Estado en Murcia. Ambos obtuvieron acta de diputado en las elecciones de febrero de 1936. Él ya se había presentado con anterioridad en las elecciones de 1920 por el distrito de Cartagena, aunque de forma infructuosa; entró, en cambio, como concejal y alcalde de la ciudad de Cartagena en 1931. La pareja, que aparecía siempre tan unida en muchos actos políticos, era presentada por la prensa como una curiosidad. Azaña los denominaba los “Reyes Católicos”, porque se sentaban juntos en el Congreso. En octubre de 1938 su marido fallece en Gerona por una afección pulmonar contraída en la guerra.
Magda Donato (pseudónimo de Carmen Eva Nelken, hermana de Margarita Nelken), tras entrevistar a doce candidatas a diputadas en el diario Ahora, en noviembre de 1933, recoge algunas frases representativas de su pensamiento: “El Partido Socialista no es enemigo de ninguna creencia religiosa, y es en su pura esencia la misma doctrina de Jesús, tan comercialmente tratada en Navarra. Las escuelas deben ser laicas. Hoy lo son solo en la ley”; “La opinión política no es solo de los hombres ni solo de las mujeres. Es la totalidad de la opinión la que dirá cuál es la marcha de España”; “La tierra debe ser del que la trabaja. Hay que llevar al Parlamento a aquellos diputados que consigan la pronta aplicación de la Reforma Agraria (dando detalles de la peculiaridad de la situación en Navarra como resultado de las guerras carlistas)”.
Como abogada es asesora jurídica de la FNTT-UGT desde finales de 1935. Fue la segunda mujer jueza en ejercicio en España, como Juez de Primera Instancia e Instrucción en Alberic (Valencia), durante la guerra; la primera fue la abogada María Luisa Algarra Coma, nombrada jueza de Granollers, Barcelona, por la Generalitat de Cataluña, en septiembre de 1936. El 3 de agosto de 1938, Álvarez fue Magistrada de la República en el Tribunal de Espionaje y Alta Traición, órgano judicial encargado de perseguir a los espías, traidores y saboteadores que operaban en el territorio republicano a favor del gobierno rebelde de Burgos. Habrá que esperar hasta 1977 para ver a la siguiente mujer magistrada, Josefina Triguero Agudo. Ambos cargos supusieron entonces un hito para la participación de la mujer en la judicatura. Participó también activamente en comités de solidaridad internacional, como el de Amigos de Portugal, que luchaba contra la dictadura salazarista, o con Amigos de América Latina.
El 8 de marzo de 1936 el Frente Popular celebró un mitin-homenaje a la mujer en la plaza de toros de las Ventas, cuyas protagonistas fueron Julia Álvarez Resano, Catalina Salmerón y Dolores Ibárruri (Pasionaria), ante un auditorio de más de 60.000 personas en un acto de gran repercusión social.
Además, fue la primera gobernadora civil en nuestro país, en la provincia de Ciudad Real, y una de las primeras en el mundo, de julio de 1937 a marzo de 1938. Otro hito feminista, pues la siguiente mujer que ocuparía este cargo de responsabilidad política en España sería Rosa de Lima Manzano, nada menos que en 1982.
Fue miembro de la ejecutiva del PSOE encargada del Secretariado femenino. Al finalizar la guerra, marchó al exilio desde Alicante, y organizó, en nombre del Gobierno, el servicio de evacuación del SERE para facilitar la salida hacia Francia y México de los republicanos. Dirige la representación del socialismo negrinista en la UGT (Junta central), organización que agrupaba también a los comunistas, que resultan ser en Francia mayoritarios; pero, en 1945, al producirse la guerra fría, se produjo la ruptura de la UGT (Junta central). En Toulouse es la directora de El Socialista en su versión negrinista entre octubre de 1944 y julio de 1945. Acabada la II Guerra Mundial, abandona Francia al comprobar que los aliados no iban a intervenir en España. Comenzaba la Guerra Fría y con ella el aislamiento de los comunistas y de todos los organismos conjuntos con ellos. Julia Álvarez Resano siempre se mantendría dentro del PSOE en la línea de apoyo incondicional al gobierno republicano.
En el exilio francés en nombre de los seguidores de Negrín intentó un acuerdo con los socialistas seguidores de Prieto y de Llopis, pero su propuesta fue rechazada, sin que le dejaran plantearla formalmente siquiera en el primer congreso del exilio (24-25 septiembre de 1944).
A fines de 1944, se constituye una Comisión Ejecutiva de UGT (junta central) para Francia del grupo de Ramón Lamoneda y los comunistas, bajo la presidencia de Enrique de Santiago y en la que Julia ocupa la Secretaría General. PosteriormenteEnrique de Santiago solicita entrar en el PCE en 1945 (la II Guerra Mundial termina en septiembre) y lo hace formalmente en 1947. Finalmente fue expulsado de Francia a la RDA en 1950 en el contexto de la guerra fría.
Los socialistas negrinistas y con ellos Julia abandonan al final la UNE en el verano de 1945. Mientras Negrín se mantiene en Londres sosteniendo la legalidad republicana, a la espera de un posible acuerdo de los aliados que le permita volver a España. Prieto maniobra en agosto de 1945 en México, forzando la dimisión de Negrín y su gobierno, y Martínez Barrio como presidente de las Cortes encarga al final el gobierno en el exilio a Giral.
Julia Álvarez se traslada a México en mayo de 1947 y, aunque no participó en la reunión de las Cortes en septiembre de 1945, fue expulsada con la facción que apoyaba a Negrín en abril de 1946, como resultado de las tensiones derivadas de la Guerra Fría. Junto con ella se expulsó nada menos que a 3 exministros (Julio Álvarez del Vayo, Ramón González Peña y Ángel Galarza Lago), 16 diputados, al Sec. Gral. (Ramón Lamoneda) y al presidente del PSOE (Ramón González Peña), así como al Sec. Gral. (José Rodríguez Vega) y al Sec. Gral. adjunto (Amaro del Rosal) de la UGT. Una crisis en toda regla, saldada de esta forma tan traumática.
Julia Álvarez fallece en México, el 19 de mayo de 1948, poco antes de que las negociaciones de Prieto para conseguir un plebiscito que permitiera superar la dictadura en España, pero fracasarán por la traición del pretendiente al trono, Juan de Borbón, que prefirió pactar con Franco la continuidad de la monarquía en la persona de su hijo Juan Carlos.
Su reconocimiento y readmisión póstumos en el PSOE se produjeron globalmente, 62 años después, junto con los de Negrín y todos los negrinistas, en 2008 en el XXXVII Congreso, a petición de la federación canaria, a la que había pertenecido el doctor Negrín. En 2018 es distinguida en su tierra dándole el nombre de “Julia Álvarez Resano” a la sala de reuniones de la Presidencia del Parlamento Navarro.
Tras tantos años —nunca es demasiado tarde para reparar una deuda— llegó por fin la recuperación de su figura en forma de varios libros y estudios sobre ella. Primero, en 2007, Julia Álvarez Resano: Memoria de una socialista navarra (1903-1948) por Fermín Pérez Nievas Borderas. Y, de reciente publicación, dos títulos de Isabel Lizárraga: ¡Que venga la Julia!, en 2020, biografía novelada; y en 2021 una antología de textos originales: Por lema, la revolución.
BIBLIOGRAFÍA:
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Liébana Collado, Alfredo. “Maestras y profesoras en el exilio”. UMER cuaderno nº 136. Conferencia 17 abril de 2023.
Lizárraga Vizcarra, Isabel. Julia Álvarez Resano (1903-1948), la abogada de los trabajadores. Pregón Siglo XXI nº 64. 2022.
Martín Nájera, Aurelio. Segunda República, El Grupo Parlamentario Socialista. Editorial Pablo Iglesias. Julio 2000.
Moreno Bayona, Víctor. “Julia Álvarez Resano, jueza y magistrada. El álbum de París y las fotos inéditas de Julia Álvarez”. Nueva Tribuna 18 de mayo de 2023.
Moreno Bayona, Víctor. “Julia Álvarez Resano, jueza y magistrada” Noticias de Navarra. 19 mayo 2023.
Olmeda, Fernando. “Julia Álvarez Resano, la primera gobernadora civil de la historia”. Nueva Tribuna 18 de mayo de 2018.
Vázquez Osuna, Federico. “Julia Álvarez Resano”. Historia Hispánica.