CC OO y UGT, que han ejercido como socios de su Gobierno desde la victoria de Zapatero en 2004, se han visto en la tesitura de convocar la primera huelga general de la crisis. La posibilidad de modificar el texto de la reforma del mercado de trabajo y de frenar la sangría de derechos en […]
CC OO y UGT, que han ejercido como socios de su Gobierno desde la victoria de Zapatero en 2004, se han visto en la tesitura de convocar la primera huelga general de la crisis. La posibilidad de modificar el texto de la reforma del mercado de trabajo y de frenar la sangría de derechos en la que se ha instalado el Gobierno depende ahora de cuándo se convoque el paro.
Después de meses de negociaciones, las centrales sindicales de concertación, Comisiones Obreras y UGT han anunciaaron ayer que no hay otra solución al recorte de derechos sociales y laborales que la huelga general. La fecha es todavía una incógnita aunque estos sindicatos tienen previsto anunciarla hoy, día 15.
CGT ha instado a las centrales de concertación a que convoque el día 30 de junio, sin embargo, varios medios han apuntado que el paro se producirá a la vuelta del verano, el día 28 o 29 de septiembre. Parece poco probable que se convoque el día 29 de junio, fecha en la que la mayoría sindical vasca, formada por los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEE, Hiru y Ehne, ha convocado la huelga para País Vasco y Navarra.
Aunque los sindicatos han apurado hasta el último minuto las posibilidades de salvar el Diálogo Social, el recorte del sueldo de los funcionarios, unida al paquete de medidas de austeridad aprobado el 27 de mayo, puso fecha de caducidad a la alianza hasta entonces sólida entre el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero y los sindicatos, representados por Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo. De este modo, los sindicatos mayoritarios se encuentran en un escenario inesperado hace sólo un año, cuando la CEOE se levantó de la mesa del Diálogo Social denunciando el entendimiento absoluto entre estos sindicatos y el Gobierno.
Con la reforma laboral el Gobierno sigue su política de satisfacer las demandas de los mercados y organismos financieros nacionales e internacionales, para lo cual previsiblemente contará con el apoyo, o por lo menos la abstención (necesaria para que la reforma salga adelante), de grupos como PP o CIU, que ya han puesto de manifiesto su rechazo a la huelga general.
La reforma del mercado de trabajo aborda cuestiones como el despido y su coste, el modelo de contratación, el peso de las agencias de colocación privadas y ETT, así como las cotizaciones sociales de las empresas, que han sido los principales escollos de la negociación.
Lea el proyecto de reforma presentado por el Gobierno
