Recomiendo:
0

El Congreso aprueba que los homosexuales puedan contraer matrimonio: Intervención de Izquierda Unida en el debate parlamentario

«Juntos construimos una sociedad mejor, una sociedad que incluso sus señorías del Partido Popular -que presumiblemente votarán en contra- también disfrutarán, como ocurrió con el divorcio»

Fuentes: Rebelión

Hoy es un día de emoción y libertad para muchos ciudadanos de este país, para muchos ciudadanos de Europa que nos miran, porque hoy hacemos historia. Como dicen los representantes de los colectivos de defensa de los derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales, hoy se retrata cada uno de nosotros apretando, para decir sí […]

Hoy es un día de emoción y libertad para muchos ciudadanos de este país, para muchos ciudadanos de Europa que nos miran, porque hoy hacemos historia. Como dicen los representantes de los colectivos de defensa de los derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales, hoy se retrata cada uno de nosotros apretando, para decir sí o no, el botón de la igualdad.

El camino para llegar hasta este momento ha sido muy largo, pero el final es de triunfo, el final es de un sueño hecho realidad. Hoy la conquista de un derecho nos hace recordar que la utopía es alcanzable, pero sólo es posible si detrás de esa lucha hay un colectivo organizado, un colectivo que trabaja por ello, que implica a toda la sociedad, a los representantes políticos, a los agentes sociales; un colectivo organizado y activo que hoy nos acompaña. Enhorabuena por vuestro trabajo, la verdad es que compartimos la alegría y aprendemos de vosotros. Gracias.

Caminamos juntos hacia la libertad de todos nosotros y nos la traéis vosotros de la mano; juntos construimos una sociedad mejor, una sociedad que incluso sus señorías del Partido Popular -que presumiblemente votarán en contra- también disfrutarán, como ocurrió con el divorcio. Todo ello sin olvidar, por supuesto, el trabajo que queda por hacer, por ejemplo, una educación social contra la homofobia que estos días hemos visto que hace mucha falta; pensábamos que menos, pero es que hay gente que se ha quedado muy atrás. Hay que trabajar también por erradicar la discriminación laboral que sufren los homosexuales permanentemente en el trabajo, especialmente en el acceso. Hay que trabajar por una ley integral de identidad de género, porque los transexuales puedan acceder al cambio de sexo de manera gratuita, porque puedan modificar su identidad en el Registro Civil sin necesidad de someterse a la cirugía. También hay que trabajar por los represaliados políticos del franquismo por su orientación sexual.

Es una ley de parejas de hecho que ustedes confunden, porque la ley de parejas de hecho no es una categoría inferior, no es una opción para otro tipo de ciudadanos, sino que es una opción libre independientemente de la orientación sexual. Todo esto son metas, metas que hoy se ven más cercanas. Se ve más cercana una sociedad en la que no tengamos que padecer comportamientos homófobos, que limiten la posibilidad de manifestar nuestra afectividad en público, donde no padezcamos desprecio y burla en función de nuestra orientación sexual. Con nuestro voto hoy decidiremos qué tipo de sociedad queremos, si queremos avanzar o ir hacia atrás.

Yo quisiera contestar a tres de las cuestiones que se han planteado en el debate respecto a esta modificación del Código Civil. En primer lugar, por qué el matrimonio. Pues muy sencillo, porque es el único modo de otorgar plena igualdad. Se trata de una institución civil basada sencillamente en el amor entre dos personas, personas que se quieren, sean heterosexuales u homosexuales y, por tanto, esa institución civil debe ser plenamente accesible para todos. Lo contrario es sencillamente discriminar y nosotros no estamos dispuestos. Manteníamos un Código Civil que discriminaba, que decía que el amor entre dos hombres o el amor entre dos mujeres vale menos que el amor entre un hombre y una mujer. El matrimonio también es un derecho que afecta a la plena igualdad y por eso hoy necesitábamos realizar este cambio legal. Es curioso que quienes más se manifiestan en contra de esta modificación legal son aquellos que no reconocen el matrimonio civil, que optan por otro tipo de matrimonio. La verdad es que lo que queremos es sencillamente la libertad de optar, y eso es lo que ustedes no quieren que algunos tengan.

La segunda cuestión es la familia. Hoy en día existen diversos modelos de familia: hay parejas de hecho, familias adoptivas, de acogida, mixtas, padres o madres separados, familias que recurren a la procreación asistida, familias homoparentales, y ustedes se manifiestan para reivindicar que sólo cabe un tipo de familia, la que ustedes han decidido. Sin embargo, la familia de la que ustedes hablan, aquella del hombre y la mujer y sus hijos biológicos y, por cierto, casados para siempre, no constituye más que una parte de la historia de la cultura occidental. Las reglas de filiación, los sistemas de parentesco, los modos de familia son otras tantas creaciones artificiales no basadas en lo natural. Sintiéndolo mucho por ustedes, ningún orden simbólico es inmutable. Señorías, aunque a ustedes les pese, las familias, la realidad social, esto de lo que hablamos es un hecho incontrovertible, es una realidad que está ahí. Por tanto, ¿con qué legitimidad democrática pretenden imponer en un Estado laico su concepción de familia: un hombre y una mujer para siempre? El derecho civil, como ya se ha manifestado, no es el derecho canónico. Así que venimos aquí para legislar sobre derecho civil y por tanto se les pide que hagan un esfuerzo. En un Estado laico y democrático el Estado lo que regula son derechos de los ciudadanos sin que se les subyugue por ningún tipo de creencia religiosa. Nosotros lo que debemos garantizar como Poder Legislativo es la libertad de los ciudadanos. Por eso tenemos que trabajar, sin permitir que sean rehenes ni de la Conferencia Episcopal ni de ninguna opción religiosa.

Tercera cuestión, la adopción. Para negar este derecho ustedes se han amparado en supuestos expertos de cuyas declaraciones finalmente incluso se han tenido que desmarcar, porque tras el prejuicio que se ha manifestado no había más que pura homofobia. Sencillamente, ustedes dicen que los homosexuales tienen menos capacidad para educar a sus hijos. Se utiliza como parámetro de capacidad para medir la educación de los hijos la orientación sexual, algo tan absurdo como decir que todos los gays son más simpáticos o todos los heterosexuales lo son. Por ser gay, lesbiana, transexual o bisexual no se es ni más ni menos apto para adoptar ni para educar a los hijos, ni más ni menos hábil, es sencillamente un modelo distinto de familia, un modelo distinto al que a partir de ahora ustedes no tendrán más remedio que respetar, y eso es lo que les exigimos: respeto, respeto hacia esa realidad social, respeto hacia las distintas opciones que hay, respeto a la libertad.

Ustedes, si quieren, no la ejerzan, pero permítannos a los demás que lo hagamos.

Hoy, con nuestro voto, damos un paso más hacia la liberación de todos los hombres y mujeres, de las ataduras y esclavitudes que les impiden ser ciudadanos libres e iguales; damos un paso hacia un mundo mucho más justo, solidario, sin exclusiones, con personas que no padezcan una discriminación, al menos legal; nos alejamos de los países que, hoy por hoy, siguen negando a miles de personas la posibilidad de realizarse afectiva y sexualmente, la posibilidad, en definitiva, de ser felices; nos acercamos a la Europa de los derechos y la libertad que tanto se ha proclamado. Reconocemos, sencillamente, el derecho a amar, a tener una familia y a que, quien quiera, se case. En este cuento las perdices los heterosexuales y los homosexuales y por eso estamos de enhorabuena. Junto con Bélgica y Holanda construimos esa Europa donde los ciudadanos heterosexuales y homosexuales se casan, cuidan a los hijos, los adoptan y ayudan a construir la democracia y libertad en sus respectivos países y nos ayudan a construir una Europa distinta; nos hacen a todos ciudadanos de primera. Por eso hoy vamos a pulsar el botón de la libertad, el botón de la igualdad. Construimos un mañana más libre, una sociedad mejor que heredarán nuestros hijos y también los suyos, una sociedad donde heterosexuales y homosexuales seremos más libres y donde sencillamente optaremos por cualquier religión o por ninguna y viviremos de una manera mucho mejor, basándonos en el respeto de los unos a los otros. Como les decía, eso es lo que les pedimos: respeto.

Gracias, a todos vosotros por traernos la libertad y enhorabuena por vuestro trabajo.

Muchas gracias.