Que los franquistas no se avergonzaron nunca de su vergonzante actuación, no es ninguna novedad. Ni siquiera es novedosa la resistencia, tenaz, como la del gato que se revuelve panza arriba, a que las instituciones nacidas tras la muerte del dictador condenaran los cuarenta años de negra tiranía. Pero hasta ahora no se había atrevido […]
Que los franquistas no se avergonzaron nunca de su vergonzante actuación, no es ninguna novedad. Ni siquiera es novedosa la resistencia, tenaz, como la del gato que se revuelve panza arriba, a que las instituciones nacidas tras la muerte del dictador condenaran los cuarenta años de negra tiranía. Pero hasta ahora no se había atrevido a defender en papel prensa las bondades del régimen o, si se prefiere, su inevitabilidad.
El miércoles, en «El Mundo» se referían a la iniciativa del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo para condenar el franquismo y, en páginas editoriales aseguraban que «de forma insólita, la moción fue defendida por el presidente del propio Parlamento, Josep Borrell, que utilizó argumentos sectarios y provocadores».
Veamos a qué se refiere Pedro J. Ramírez:»Borrell afirmó que Franco frustró ‘la gran esperanza de la República’ y evocó a ‘los obispos españoles, saludando al modo fascista, rodeados de generales’. Es cierto que buena parte de la Iglesia apoyó al franquismo al final de la Guerra Civil, pero Borrell omitió en su discurso las atrocidades que sufrió el clero en el bando republicano y sus leyes antirreligiosas». ¿Apoyó? Incitación sería más apropiado, ¿no les parece? Repasen las hemerotecas. Y dice también Ramírez que «Puede que la República fuera ‘una gran esperanza’ en 1931, pero prontó degeneró en tristes episodios que llevaron a una confrontación social sin prece- dentes». Y, claro, tuvo que llegar Franco para arreglarlo todo, ¿verdad?
Según Pedro J. Ramírez, «Borrell se inventa una historia imaginaria y, a estas alturas, sigue creyendo que hubo buenos y malos. Está en su derecho, pero lo que no tiene sentido es que el Parlamento Europeo se ponga ahora a revisar unos hechos que sucedieron hace 70 años». Y, ¿por qué no tiene sentido? ¿Y el Holocausto, sí?
Y es que algunos, para justificar el blanqueo de su pasado están dispuestos a caer en el estrambote:»La revisión de la Historia no tiene límites y, si eso es lo que pretende Borrell, habría que remontarse a las masacres de la Guerra del Peloponeso hace 25 siglos. El empeño de los socialistas que promovieron esta iniciativa es sencillamente patético. Queda claro que no les interesa el pasado sino el presente. Lo que buscaban era desacreditar al PP y demostrar que es un partido reaccionario». Pues claro. Y el PP ha faciliado la demostración.