«El Gobierno paga subsidios a los jornaleros para alejarlos de la lucha, de la ocupación de fincas y de la reforma agraria»
Su biografía puede resumirse brevemente: cinco veces en la cárcel, detenido medio centenar de veces y de 50 a 60 juicios, siempre por la lucha pacífica por los derechos laborales. Sin dejar de ser jornalero fue Alcalde de El Coronil durante diez años, abandonó la alcaldía porque así lo requirió su militancia sindical, algo que para él es prioritario. Pero su paso por el Ayuntamiento no fue en vano, entre otras muchas cosas «recalificó» terrenos para construir viviendas que se vendieron a 1.200 euros la parcela. Así que no es de extrañar que por El Coronil desfilara la cúpula de todos los partidos, incluyendo a Felipe González, intentando hacer campaña contra esta política social. El Sindicato Andaluz de Trabajadores y el Sindicato de Obreros del Campo no tienen militantes liberados y, aunque son independientes, el SOC es una parte específica del SAT.
Cambalache de Oviedo y la CSI de Gijón organizaron la presentación del libro (1) «Un hombre con los pies en la tierra» escrito por Joaquín Recio. Participó también Diego Cañamero interviniendo en las dos jornadas.
Conversando con Diego Cañamero
– Sobre la crisis
Diego Cañamero. Los manigeros del sistema intentan hacernos ver que todo sucede como si fuera un fenómeno meteorológico, como un terremoto o una tormenta que llega y se va. Nos presentan los daños y los males de la crisis como si no hubiera responsables e intentan que se asuma por la población sin más. Para ello ponen en marcha todo el peso del poder mediático, recurren a los voceros de los medios. Para el SOC-SAT los responsables de la crisis son fundamentalmente los que representan al sistema capitalista, llamado también sistema de libre mercado, que diseñan las vidas y la felicidad de las personas en base a los bienes de consumo, cuanto más consumo de bienes mejor. El diseño de estas políticas de consumir por consumir, de despilfarrar bienes para el consumo sin ningún tipo de limitaciones es la causa de la crisis. La crisis tiene una doble connotación en aquellos territorios en donde la situación ha estado peor que en la media del Estado español. Cuando en España había el 10% de paro en Andalucía era del 20% y ahora es del 30%. Para estos territorios las consecuencias están siendo desastrosas.
– ¿Pero, hay medios y recursos suficientes?
D. C. Andalucía es un territorio empobrecido pero no pobre. Tenemos infinidad de recursos para que la gente pueda vivir con dignidad si se pusiera en marcha la reforma agraria, un plan de repoblación forestal, una apuesta por las zonas regables y una buena planificación en cuanto a la preparación de los jóvenes en cursos de formación en base a los recursos autóctonos de la tierra andaluza. El problema es que la economía capitalista se basa en vender y vender. No sólo es una crisis financiera, lo es de súper producción, quieren que compremos más, que compremos todo pero no hay dinero para comprar nada.
– ¿Qué aportó la reforma agraria de 1.984?
D. C. Esta reforma estaba destinada a confundir y engañar a los jornaleros y a la opinión pública para quitarnos cualquier apoyo. La Reforma no tenía ninguna intención seria. De hecho no se expropió ni una sola maceta de tierra porque la ley estaba pensada en base a la productividad, según los planes de la UE, y así no se puede expropiar. La expropiación tendría que estar basada en función de la posesión ilegal de la tenencia de la tierra, de los latifundios existentes. Sólo el 2% de los terratenientes poseen el 50% de la tierra andaluza, pero además la UE financia estas grandes extensiones de modo que el 20% de los grandes propietarios reciben el 80% de toda la ayuda que llega. La Duquesa de Alba tiene 34.000 hectáreas y, por tener tanto, está subvencionada con tres millones de euros al año. Como si todo esto tuviera mérito el socialista Manuel Chaves le concede la Medalla de Andalucía a la Duquesa.
– Pero, ¿por otra parte el PER no resolvió la situación?
D. C. En absoluto, el PER (Plan de Empleo Rural) fue una especie de financiación al Orden Público, a la «paz social», y abortó toda la lucha por la tierra y por la reforma agraria, fue como una droga para los jornaleros. La implantación del PER fue apoyada, y hasta promovida, por los terratenientes ya que de no haberse implantado veían que se ponía en peligro sus propias tierras. No se puede olvidar que en 1978 se produjo la primera ocupación de tierras públicas y privadas, es decir, los subsidios fueron para alejar a los jornaleros de la ocupación.
– ¿Para qué sirvió la ley de fincas manifiestamente mejorables?
D. C. Esta era una ley franquista con la que se llegaron a repartir miles de hectáreas en Andalucía a familias y a jornaleros entre 1978 y 1980. Pero esta ley se sustituyó por la ley de reforma agraria, por el IARA.
– ¿Cómo está respondiendo el Gobierno ante la crisis?
D. C. Responde con dos medidas fundamentales. Por un lado con el recorte de los derechos de los trabajadores a nivel general y, por otro, con más represión. Con Recortes, como estamos viendo, en la jubilación, servicios, etc. Con represión, con un mayor acoso a los sindicatos alternativos y a los movimientos sociales alternativos. Concretamente en el SOC y en el SAT está habiendo una brutal represión en donde son frecuentes los apaleamientos, los encarcelamientos y las multas. En este momento, por ejemplo, tenemos multas por valor de 400.000 euros, más de 60 años de peticiones de cárcel para más de 350 afiliados procesados por las luchas, aunque todas son por reivindicaciones laborales pacíficas. Desde la fundación del SOC, en 1976, han sido procesados mil militantes.
– Difícil situación
D. C. Se habla de libertad, pero libertad sin casa, sin trabajo y pan es un sarcasmo de la burguesía, porque la libertad tiene que tener un contenido que se ha de materializar en una vivienda, un trabajo, en tierra y en derechos. Libertad sólo para hablar es la libertad de los charlatanes. También hace falta dignidad y coherencia, que los dirigentes no entiendan la política como una profesión o como un privilegio. La política tiene que ser el noble trabajo de servir a los demás. No como Zapatero que sólo arregla los zapatos de los ricos, no los de los pobres. Y a esto se suma la traición más miserable, la de los sindicatos que están aceptando y firmando todo, todo… Olvidan que en Andalucía hay 1,4 millones de parados y que medio millón de jornaleros viven del subsidio, por algo somos la cuarta región más pobre de la UE
– ¿Sindicalismo radical?
D. C. Sí, somos radicales en el fondo, no en las formas. Lo somos contra la extrema necesidad. Pero no nos han comprado, lo intentaron. Manuel Chaves nos preguntaba cuánto dinero hacía falta para que fuéramos un «Sindicato moderno». El resultado es que como no han podido comprarnos recurren a lo que les queda, a la represión, no sólo con la cárcel sino también con multas. Así es como pretenden ahogarnos. Pero hablando de radicalismo no se puede olvidar cómo resolvió «La PSOE» el encierro en el Ayuntamiento de El Coronil, simplemente voló con Goma Dos las puertas de su entrada principal. Decimos «La PSOE» lo mismo que podemos decir la Renault o cualquier otra empresa, así nos entendemos mejor.
– Desde luego es un modo de sindicalismo distinto
D. C. Sin duda, no podemos caer en la tentación de unir por arriba y olvidarnos de lo de abajo y del territorio. Se trata de unir de abajo a arriba, sin olvidar que el territorio que es la clave y por eso hemos de trabajar a nivel de cada territorio, lo importante es hacer que el engranaje funcione. La acción sindical ha de estar autofinanciada para tener independencia. Hemos de tener la disponibilidad de tomar la calle.
Nota:
(1) Sobre el libro: «Diego Cañamero Valle. Un hombre con los pies en la tierra» de Joaquín Recio. Prólogo de Julio Anguita Editado por Atrapasueños editorial. Memoria Andaluza. www.atrapasuenos.org
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