La actividad agrícola en España, así como en todo el mundo, busca incrementar cada día sus niveles productivos. Pero en esta búsqueda de más productividad se han visto afectados importantes recursos naturales como el suelo, el agua y hasta poblaciones de insectos benignos que son importantes para el equilibrio de un ecosistema. Los daños causados […]
La actividad agrícola en España, así como en todo el mundo, busca incrementar cada día sus niveles productivos. Pero en esta búsqueda de más productividad se han visto afectados importantes recursos naturales como el suelo, el agua y hasta poblaciones de insectos benignos que son importantes para el equilibrio de un ecosistema. Los daños causados por las prácticas agrícolas intensivas, basadas en un uso excesivo de agroquímicos, obligan a encontrar soluciones para preservar los recursos y lograr una producción agrícola de altos rendimientos que a su vez sea sostenible en el tiempo. En este contexto, varias empresas han comenzado a centrar sus esfuerzos en el diseño e implementación de nuevas tecnologías para lograr los tan anhelados niveles productivos, sin dañar el medio ambiente, ni causar daños a la salud humana. Las soluciones basadas en el uso de tecnologías como la inteligencia artificial, la realidad aumentada, el big data y la robótica, han dado lugar a un nuevo modelo agrícola con un gran potencial conocido como agricultura de precisión.
La Agricultura de Precisión (AP) es el resultado de la búsqueda de este equilibrio entre la alta productividad y la preservación del medio ambiente. Durante décadas, los efectos adversos de la utilización de agroquímicos quedaron renegados detrás del éxito que parecían tener estos productos. Sin embargo, en el último tiempo, la concepción sobre estos productos ha cambiado. Especialmente, luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificara al glifosato como «probablemente cancerígeno para los seres humanos». Desde ese entonces, la popularidad de los agroquímicos se ha visto perjudicada y se ha puesto en duda su efectividad. Lo que ha llevado a varias autoridades a nivel mundial a rever la utilización de estos productos en la agricultura.
La paulatina y creciente prohibición del glifosato, descolocó a muchos de los expertos del agro que repentinamente se han visto frente a un callejón sin salida. Por supuesto, no resulta evidente encontrar alternativas a un modelo que se ha consolidado durante décadas. Sin embargo, en un mundo cambiante, surgen cada vez con más fuerza, nuevas herramientas que dan forma a innovadores modelos como en este caso lo es la agricultura de precisión.
Este nuevo modelo se basa en la implementación de tecnologías que buscan optimizar la producción agrícola mediante el manejo de la variabilidad de los factores de producción en el espacio y el tiempo. En concreto, se trata de una nueva forma de gestionar los cultivos, basada en la observación y la utilización de datos para tomar decisiones con una mayor exactitud. Como, por ejemplo, estimar la cantidad adecuada de fertilizantes y predecir el rendimiento de un cultivo.
Las nuevas tecnologías aplicadas al agro permiten recabar un gran volumen de datos georeferenciados de los lotes de cultivo para proyectar el comportamiento de estos y basar la toma de decisiones en tal conocimiento. Es decir que la agricultura de precisión se sirve de imágenes aéreas, satélites y otros datos especiales para evaluar las variaciones en el campo.
Por esto se llama Agricultura de Precisión, porque los datos recabados permiten dar el diagnóstico preciso de cuál es el manejo que se requiere y además porque realiza un trabajo focalizado o aplicaciones dirigidas, yendo directo al problema.
Uno de los objetivos fundamentales de la agricultura de precisión es la reducción de los costos, ya que se usa solo la cantidad de insumos necesarios. En otras palabras, estas tecnologías de AP permiten la preparación del campo de acuerdo con sus necesidades específicas de textura del suelo, pendiente, humedad, requerimiento de la especie de cultivo, entre otras.
Más allá de la reducción de costos, la AP también permite reducir el uso de agroquímicos tan dañinos para el medio ambiente y el ser humano. Esto se logra a partir de la incorporación de robots que realizan aplicaciones de agroquímicos más precisas. Es decir, que permiten rociar únicamente a las plantas que lo necesiten, en lugar de rociar a todas, lo que actualmente produce un desperdicio de entre el 95% y el 99% de la aplicación de herbicidas.
Los robots, provistos de varias cámaras, son capaces de identificar hasta 26 especies de malezas gracias a programas de reconocimiento y formación de imágenes. Con un cañón láser miniatura, disparan contra el meristemo de la maleza, el cual se calienta a una temperatura de 95 grados e interrumpe definitivamente su crecimiento. Otros modelos cuentan con pistolas pulverizadoras a través de las cuales se puede disparar el herbicida de forma localizada. De esta forma, se pretende reducir el uso de agroquímicos en general.
Teniendo en cuenta los desafíos a los que se enfrenta el sector agrícola, resulta indispensable valerse de las nuevas herramientas para garantizar el cuidado del medio ambiente y de la salud de la población. Aunque se requiere de inversión, la agricultura de precisión permitirá reducir los costos significativamente, tanto en personal obrero como en gastos de insumos y lo que es aún más importante, permitirá determinar un modelo sustentable a largo plazo. Una solución fundamental para hacerle frente a los desafíos que vendrán.
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