El pasado 24 de marzo, medio millar de personas llenaron el auditorio de las Cotxeres del barrio de Sants en Barcelona en el acto nacional en el que la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) daba el pistoletazo de salida a la precampaña de las elecciones municipales de este año. Cuatro años después de las elecciones del […]
El pasado 24 de marzo, medio millar de personas llenaron el auditorio de las Cotxeres del barrio de Sants en Barcelona en el acto nacional en el que la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) daba el pistoletazo de salida a la precampaña de las elecciones municipales de este año. Cuatro años después de las elecciones del 2007 -que situaron a la CUP en el mapa político del país gracias a una cuarentena de candidaturas y un buen puñado de concejales en varias capitales de comarca-, el próximo 22 de mayo habrá alrededor de 80 listas. Este crecimiento de candidaturas es el resultado de cuatro años de trabajo y de propuestas de un proyecto que se arraiga en el territorio.
Las elecciones municipales que se acercan llegan en un contexto donde la enésima crisis del sistema, con un papel protagonista del crack financiero y de la economía especulativa, nos ha situado en una nueva ofensiva del neoliberalismo. Los recortes anunciados por el gobierno conservador de la Generalitat, que se empezarán a materializar y endurecer después de las elecciones municipales de mayo, hacen más necesaria que nunca una red de contrapoder y movilización capaz de hacer frente a la agenda de privatizaciones y reducción drástica de los servicios públicos. En este sentido, la reivindicación desde el municipalismo puede suponer un importante espacio de contrapoder que se convierta en el altavoz de las luchas sociales y vecinales ante una izquierda gestionaria e institucionalizada incapaz de apartarse del discurso único del neoliberalismo.
Paralelamente, el debate territorial en el Estado español ha tomado más fuerza que nunca a raíz de la movilización popular en los Països Catalans, con la manifestación del 10-J y la ola de consultas como máximos exponentes, y la propuesta del proceso democrático planteado por la izquierda abertzale vasca. La independencia ha vuelto al centro del debate político, donde la polarización se ha acentuado, contraponiendo la emancipación de los pueblos y el derecho democrático a la autodeterminación frente a las proclamas recentralizadoras de PP y PSOE.
La propuesta de la CUP va mucho más allá de las propuestas programáticas que hacen las diferentes candidaturas, el proyecto de la Unitat Popular supone una brecha en el discurso único existente en las instituciones del país. Es hora de recuperar la política en mayúsculas, de recuperar el sentido más genuino del concepto de democracia. Y es hora, sobre todo, de seguir avanzando y construyendo un movimiento popular desde la base, capaz de plantear una alternativa y de dar un giro de 180º en nuestros pueblos y ciudades, para seguir avanzando hacia la independencia y el socialismo.
En Barcelona, la confluencia de las propuestas de la CUP y la coalición anticapitalista Des de Baix (Desde Abajo) ha hecho posible que la «CUP-Alternativa por Barcelona» esté en las urnas el próximo 22 de mayo. Más allá del acuerdo programático y electoral, esta propuesta supone un paso adelante en la articulación de un proyecto que represente las luchas sociales y que sea capaz de aglutinar a muchas más personas y colectivos de la ciudad.
A pesar de la importancia de la cita electoral del próximo mayo, debemos recordar que la lucha en el terreno institucional no es, ni debe ser, el caballo de batalla de la izquierda anticapitalista, sino más bien nuestro caballo troyano para abrir grietas en un sistema donde los mercados y los especuladores siguen decidiendo por encima de las personas.
Xavier Monge es cabeza de lista de la CUP-Alternativa per Barcelona.
Artículo publicado en el Periódico En lucha / En lluita. http://enlucha.org/site/?q=