Los 192 países de la Asamblea General de la ONU votarán hoy una resolución de condena a las sanciones comerciales y financieras impuestas a Cuba de forma unilateral por Estados Unidos. Será la decimoquinta vez consecutiva que el Gobierno cubano elabora un proyecto de resolución para pedir el fin del embargo contra la isla por […]
Los 192 países de la Asamblea General de la ONU votarán hoy una resolución de condena a las sanciones comerciales y financieras impuestas a Cuba de forma unilateral por Estados Unidos.
Será la decimoquinta vez consecutiva que el Gobierno cubano elabora un proyecto de resolución para pedir el fin del embargo contra la isla por los efectos negativos que tiene sobre la población y los sectores de la economía nacional.
El año pasado, una resolución similar se aprobó con 182 votos a favor, cuatro en contra (EEUU, Israel, Palau e Islas Marshall) y una abstención (Micronesia), en lo que fue considerado el documento más votado en la historia reciente de la Asamblea General de la ONU.
La resolución que se someterá a votación refleja también el contenido del informe, que lleva el título ‘Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EEUU contra Cuba’, elaborado por el secretario general, Kofi Annan.
El dossier recoge las opiniones de los estados miembros sobre estas medidas punitivas aplicadas por EEUU contra Cuba, así como también de los organismos de la ONU como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo para la Infancia (UNICEF) o la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La mayoría de los países argumentan abiertamente su oposición a las sanciones unilaterales de EEUU, y reiteran la necesidad de respetar el derecho internacional y los principios del multilateralismo.
Un bloqueo «genocida»
También se expresa la posición de Cuba, que califica el bloqueo impuesto por Washington durante más de cuatro décadas como «genocida» y «extraterritorial».
Las pérdidas anuales para la economía del país que suponen el embargo comercial y financiero se elevan a 86.108 millones de dólares, según cifras del Gobierno de la Habana.
En el informe se advierte de que las medidas sancionadoras de EEUU se han recrudecido, y que no es sólo Cuba la que sufre los efectos del embargo comercial y financiero, sino también terceros países.
En este sentido, se denuncia la persecución y represalias que reciben del Gobierno estadounidense sus ciudadanos y empresas que comercian con la isla.
Asimismo, se expone que han aumentado las prohibiciones a subsidiarias de compañías estadounidenses que operan en terceros países para que vendan bienes o realicen inversiones en Cuba.
Dichas prohibiciones, según el informe, afectan a los sectores financiero, energético, petrolero, minero, tecnológico y científico, con graves implicaciones en el crecimiento económico cubano.
Al menos 38 países se han visto afectados por las disposiciones extraterritoriales de la política de embargo a Cuba en 2005. Las multas a ciudadanos estadounidenses por viajar a la isla o comprar artículos cubanos se han incrementado un 54%, dice el dossier.
Repercusiones en sanidad
El embargo de EEUU también ha tenido repercusiones en el sector de la salud, valoradas en 48,6 millones de dólares anuales, y que han impedido llevar adelante planes de remodelación de hospitales y clínicas.
Según la UNICEF, los efectos perjudiciales del embargo incluyen la falta de equipos médicos esenciales fabricados en EEUU, la incapacidad de adquirir antibióticos de última generación, y la limitación para importar productos nutricionales y fármacos antirretrovirales.
La FAO, por su parte, observa que el embargo comercial repercute directamente en la capacidad y eficiencia de las infraestructuras, en la producción de alimentos, en el abastecimiento de agua y en la producción agrícola.
Por otro lado, el Gobierno cubano critica en el informe las pretensiones anexionistas de EEUU, que se remontan al siglo XVIII, pero que se han convertido en el centro de la política hacia Cuba de la administración de George W. Bush.
De este modo, denuncian que Washington busque un «cambio de régimen» en la isla y no una «transición», como dicen, como parte de lo que denominan el «Plan Bush para Cuba», basado en la enmienda Platt de 1902, que otorga a EEUU derechos de soberanía sobre la isla.