Catalunya ha refrendado el tercer Estatuto de su historia con un apoyo del 73,9%, en un referéndum que sin embargo ha contado con una participación de sólo el 49,4%. A juicio de los partidos defensores del «sí», la baja participación no ha empañado la victoria de esta opción, mientras que los partidarios del «no» han […]
Catalunya ha refrendado el tercer Estatuto de su historia con un apoyo del 73,9%, en un referéndum que sin embargo ha contado con una participación de sólo el 49,4%. A juicio de los partidos defensores del «sí», la baja participación no ha empañado la victoria de esta opción, mientras que los partidarios del «no» han esgrimido este dato para rebajar el resultado final.
La victoria del «sí» cierra un proceso que ha durado más de dos años y que en su fase final, tras la decisión de ERC de optar por el voto en contra, Josep Maragall acordó la ruptura del Gobierno tripartito catalán y la convocatoria anticipada de elecciones autonómicas para otoño.
El president catalán ha decidido realzar el carácter histórico de la cita de con una declaración institucional leída en el Palau de la Generalitat y que dio por finiquitado «el victimismo» en Cataluny, a la vez que tendió la mano a ERC y PP, los dos partidos contrarios al texto.
El presidente de CiU, Artur Mas, instó a las bases a movilizarse para recuperar el Gobierno de la Generalitat y superar la «crisis institucional, de Gobierno y de liderazgo» en Catalunya.
Mas ha admitido hoy que le hubiera gustado que la participación hubiera sido más alta, pero ha pedido «no despreciar» a los que fueron a votar, que fueron tantos como los que se quedaron en casa y que «dijeron de forma indiscutible que Cataluña quería un nuevo Estatuto».
El presidente de ICV, Joan Saura, valoró muy positivamente hoy la victoria del «sí» y consideró que la misma abre la puerta a que se pueda reeditar el tripartito catalán.
El líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, reconoció el triunfo del «sí» pero recordó que «no podemos frivolizar con tanta abstención y tenemos que analizarla» puesto que «si hubiésemos votado en otro lugar de la UE», como Montenegro, «el resultado no se hubiese aceptado porque la participación está por debajo del 50%».
Carod-Rovira llamó a todas las formaciones a hacer una «autocrítica» por cómo ha terminado el proceso y por el «poco entusiasmo» que despierta en la sociedad catalana.