Llegará un día en que estaré entre
los constructores de un edificio viviente,
la gran multitud donde el hombre es un amigo.
Paul Éluard (1895-1952)
Las próximas elecciones autonómicas de Madrid están siendo ya una batalla estratégica entre las fuerzas reaccionarias de la ultraderecha y las fuerzas progresistas de la izquierda; entre la España del “vivan las cadenas” y la España de la libertad y del progreso.
El lado bueno de la historia no estuvo jamás con el fascismo, como pretende la presidenta saliente Ayuso -una mala imitación de VOX- sino del lado de las personas combatientes que contribuyeron a liberar a Europa de esa plaga de maldad infinita que fue el nazi-fascismo.
Ejemplos del lado bueno de la Historia lo representan, sin duda alguna, el Madrid del ¡No pasarán!, o la progresista ciudad de París, gobernada por la socialista Anne Hidalgo, hija y nieta de republicanos españoles; quizás la próxima Presidenta de la República Francesa; que como todo el mundo sabe gobierna en coalición con el Partido Comunista Francés (PCF), y el Grupo Ecologista.
Sus abuelos se exiliaron tras la guerra civil, en realidad una guerra de ocupación nazi, provocada por el fallido golpe militar fascista. Sus padres -y ella misma, nacida en San Fernando (Cádiz)- partieron de nuevo hacia Francia, en la ola de emigración económica que comenzó en los años 50. Una emigración forzada que se saldó con la salida de España de más de un millón de familias obreras, contribuyendo con su dramática situación, y el envío de sus modestos ahorros, al desarrollismo de los años 60. Una emigración provocada por el paro y la miseria que generó la dictadura y su capitalismo de sacristía; es decir, por el lado malo de la historia, que grita, de nuevo, amenazante.
Los del lado fascista –el lado “bueno de la historia”, según Ayuso- son los que ahora se dedican a profanar monumentos y tumbas de republicanos; o a recubrir con esvásticas el monolito a las Brigadas Internacionales; un monumento en Vicálvaro, que honra la gesta heroica de los combatientes demócratas que acudieron a España en defensa de la Libertad.
Frente al horror del nazismo, que emergía amenazante en Europa, se alistaron miles de combatientes antifascistas de más de cincuenta países, intentando frenar a un monstruo que había comenzado a desencadenar todo el horror de su moderna maquinaria de muerte y destrucción en España.
Entre los combatientes antifascistas estuvo el legendario coronel Henri Rol-Tanguy, herido en la Batalla del Ebro, y después jefe de La Résistance de la Región de Paris, que da su nombre a la Avenue du Colonel Henry Rol-Tanguy, de la capital parisina. Un militar comunista, miembro del PCF, que dirigió la Resistencia hasta la liberación de la capital, como relata magistralmente la memorable película ¿Arde París?
Estoy seguro de que los militares demócratas españoles recordaremos siempre, con admiración y agradecimiento, la gesta de aquellos fraternales combatientes que, junto a nuestros mayores, derramaron su sangre generosa en defensa de la legalidad constitucional, representada por el Gobierno del Frente Popular, legítimamente elegido por el pueblo español en unas elecciones libres y democráticas.
La reciente visita de Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno de España, junto a Emmanuel Macron, Presidente de la República Francesa, a la tumba de Manuel Azaña, último Presidente de la República Española, pone el foco en el lado buena de la historia, es decir en el de la democracia y la libertad; palabras que en boca de Ayuso resultan tóxicas, por impostoras.
El lado bueno de la historia está entre los que se opusieron a la dictadura franquista y no en el lado de los que siguieron torturando y fusilando a miles de ciudadanos y ciudadanas tras finalizar la Guerra de España, muchos de los cuales siguen desaparecidos en cunetas, o en fosas comunes.
El lado bueno de la historia no está tampoco con los militares que amenazan ahora con fusilar a 26 millones de rojos, sino a los que defendieron el Madrid republicano del golpe militar fascista, mientras los aviones de Hitler y de Mussolini bombardeaban preferentemente los barrios obreros y populares, dejando mayormente indemnes los barrios de la ultraderecha golpista.
El lado bueno de la historia tampoco está con los corruptos que dieron el “tamayazo” aquel 20 de junio de 2003, saqueando después, durante dieciocho (18) años seguidos, la sanidad y la enseñanza públicas. Un saqueo origen de la trágica crisis sanitaria y de la enorme tasa de fracaso escolar, una de las mayores de Europa. Tragedia y fracaso escolar debidos a la falta de recursos y a la precariedad laboral a la que están sometidos sanitarios y enseñantes, mal pagados, sufriendo contratos precarios en fraude de ley.
Por otro lado, como militar demócrata, rechazo el vergonzoso apoyo dado por Ayuso a los militares franquistas que, como todo el mundo sabe, están protagonizando reiteradamente escándalos de alcance internacional con sus cartas y amenazas al Gobierno de coalición progresista. Aplaudo, por tanto, la reciente intervención del Secretario General del Partido Comunista de España (PCE), Enrique Santiago, en el Congreso de los Diputados, dando la respuesta adecuada a las bancadas del bloque de la ultraderecha montaraz.
Expreso, además, en nombre de mis compañeros y compañeras del colectivo de militares Anemoi, nuestro sincero agradecimiento a los letrados Enrique Santiago y Juan Moreno, por el apoyo jurídico que están dando al Cabo Sanitario Marco A. Santos, uno de nuestros mejores compañeros, acosado y expulsado del Ejército; su pecado: haber firmado un escrito, contrario al manifiesto de los militares franquistas, añadiendo las palabras “salud y república”. Mientras tanto la Sra. Ministra de Defensa, que ha ratificado su expulsión y ha sido recurrida, trata con guante de seda a los militares nazi-fascistas que insultan y amenazan al Gobierno de España.
Es de esperar, pues, la mayor movilización de la clase trabajadora y de las capas populares de Madrid, en defensa de la lista encabezada por el hasta ahora Vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias, que ha renunciado ejemplarmente a las prerrogativas de su alto cargo, saltando de forma generosa y valiente a la arena política de Madrid para dirigir una batalla electoral de alcance estratégico; en cualquier caso histórica.
Una batalla que muchos de mis compañeros y compañeras estimamos esencial para la estabilidad del Gobierno de coalición progresista, acosado por las huestes de la Sra. Ayuso, cuyos amigos, los militares fascistas -los del “lado bueno de la historia”, según dijo- representan un peligro para la paz y el progreso; no solo de la región de Madrid, sino de todos los pueblos del Estado español; y puede que de Europa, si se llegase a propagar, allende los Pirineos, el virus de su rancio fascismo militar, con el que Ayuso se identifica.
Es esencial que la ultraderecha no siga en el Gobierno de la Comunidad de Madrid, por ser responsable de la catastrófica gestión de la pandemia, del horror de las residencias de ancianos, donde miles de nuestros mayores han fallecido en condiciones infrahumanas. Agravado por los recortes de las pensiones durante tantos años, que es necesario revertir en vez de acrecentar; mientras el Rey evadía impuestos y cometía presuntos delitos económicos, prevaliéndose de su impunidad constitucional.
Por lo tanto, se trata de hechos conocidos de una gestión política presuntamente delictiva, denunciados recientemente en el Congreso de los Diputados por el Vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, de forma magistral, aportando datos y hechos fehacientes, argumentos irrebatibles de meridiana claridad.
Es necesaria una mayoría electoral amplia, a fin de que las políticas progresistas del Gobierno de España, de las que tanto bien se espera -sobre todo para las clases trabajadoras y pensionistas; también para que las capas populares de Madrid, formadas por pequeños y medianos empresarios- no se vean amenazadas en un futuro inmediato por la rapiña de los ya sobradamente conocidos. Por ello, pedimos a todas las personas de izquierda, con derecho a voto en la Comunidad de Madrid, lo hagan masivamente, sin miedo, el próximo 4 de mayo.
¡Apoyemos, pues, compañeras y compañeros, a las fuerzas progresistas! ¡Es, sin duda, una batalla estratégica y decisiva por la Libertad, el Progreso y la Solidaridad!
Manuel Ruiz Robles, Capitán de Navío, militó en la UMD, miembro de Anemoi, socio del Foro Milicia y Democracia, presidente federal de Unidad Cívica por la República.
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