El no de la CUP a la investidura de Mas y la negativa de Junts pel Sí de plantear un candidato/a de consenso y/o un plan de choque real y concreto llevan previsiblemente a Cataluña a unas nuevas elecciones si este domingo 10 de enero no hay investidura. Después de más de tres meses de […]
El no de la CUP a la investidura de Mas y la negativa de Junts pel Sí de plantear un candidato/a de consenso y/o un plan de choque real y concreto llevan previsiblemente a Cataluña a unas nuevas elecciones si este domingo 10 de enero no hay investidura.
Después de más de tres meses de negociaciones entre las fuerzas independentistas para articular un acuerdo global sobre el qué, el quien y el cómo, el debate sobre el quien ha de encabezar el nuevo gobierno ha bloqueado las posibilidades de estructurar la mayoría parlamentaria independentista. Además, la lógica plebiscitaria de las elecciones del 27S y unos resultados que daban una aritmética parlamentaria perversa con una mayoría de escaños pero no de votos independentistas habían llevado a que la coalición de Junts pel Sí y la CUP se tuvieran que entender para llevar adelante la hoja de ruta del proceso. Esta lógica plebiscitaria, el relato hegemonizado por Convergencia a través de su aparato mediático, el pressing CUP y el no buscar alianzas más allá de la izquierda independentista y de sus colectivos más afines ha llevado a un callejón sin salida a los cupaires . Una CUP, que ha hecho una gran demostración de democracia interna, ahora se encuentra dividida, tensionada al máximo y bajo amenaza de ruptura por las contradicciones internas que han ido creciendo exponencialmente e impulsadas por los que priorizan la cuestión nacional a la social y donde la renuncia de Antonio Baños no ayudará a calmar la situación.
En este contexto dos son los únicos escenarios posibles: un acuerdo de última hora con una presidencia de consenso o nuevas elecciones en marzo.
Acuerdo in extremis. En esta situación muchas voces son las que piden a ERC y a los y las independientes de Junts pel Sí que dejen de atrincherarse en la defensa de Mas y que planteen una alternativa. No parece ser que la dirección de los republicanos esté por plantear un candidato/a diferente para la investidura puesto que a pesar de que Junqueras ha hecho un llamamiento a CDC y a la CUP a volver a la mesa de negociación y a aprovechar los días que quedan para llegar a un acuerdo también ha dicho que los republicanos tienen «una serie de compromisos» y que son «siempre leales a los compromisos» cuando se le ha preguntado sobre sí sería candidato a la presidencia. El llamamiento de Junqueras a la responsabilidad ha parecido más el pistoletazo de salida de la campaña de las más que probables elecciones de marzo. Además Convergencia ya se ha reafirmado públicamente en la defensa de Mas, prevé elecciones en marzo y quiere reeditar la fórmula de Junts pel Sí.
Nuevas elecciones anticipadas. Si durante esta semana no se desencalla la investidura habrá elecciones en marzo. En este escenario se plantean tres grandes incógnitas a resolver en muy poco tiempo.
¿Se repetirá la fórmula de Junts pel Sí? Convergencia, que se encuentra en medio de un proceso de refundación, ya ha propuesto reeditar esta candidatura. Las perspectivas electorales de ir solos como CDC o bajo alguna otra marca como en el 20D no son buenas ni siquiera planteando las elecciones como un plebiscito sobre la figura de Artur Mas. En cambio a los republicanos sí que les puede interesar más ir solos para erigirse como el partido independentista hegemónico recogiendo votos tanto de los descontentos de la CUP como de los molestos con CDC por su inmovilismo y superar otra vez como en las europeas y en las generales a los convergentes. No obstante ERC tendrá que valorar si yendo solos se puede reeditar una mayoría parlamentaria independentista.
¿Se volverán a plantear las elecciones como plebiscitarias? La aritmética de los resultados de unas nuevas elecciones planteadas como plebiscitarias puede volver a llevar a un bloqueo como el actual, en cambio, unas elecciones que planteen la apertura de un proceso constituyente popular, desde abajo y no subordinado que defina qué Cataluña queremos y que culmine con un referéndum de autodeterminación es una opción que puede ser mayoritaria así como servir para ampliar la base social soberanista. Los resultados del 20D confirmaron una mayoría de izquierdas y a favor del derecho a decidir.
¿Se reeditará la fórmula ganadora de En Comú Podem o el fracaso de Cataluña Si Que Es Pot? Todo apunta a que Els Comuns y Ada Colau al frente podrían jugar un papel central en la política catalana y que trabajarían con sus aliados para reeditar y ampliar una candidatura ilusionante como la de En Comú Podem, defendiendo a ultranza un plan de choque ambicioso, la apertura de un proceso constituyente no subordinado y la realización de un referéndum de autodeterminación. Esto podría suponer un cambio de mayorías, de liderazgos y de relato en el seno del proceso soberanista.
Ha llegado la hora definitiva, el tiempo se agota y cada vez es más inevitable el escenario de unas nuevas elecciones anticipadas si Mas no hace un paso atrás.
Blog del autor: jgellida.blogspot.com
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