– La cinta cuenta el caso real de una joven tunecina violada por varios hombres, una historia que guarda similitudes con el caso de ‘la manada’ en España – A pesar del trauma, la protagonista acude a la Policía, donde se enfrenta al chantaje a la hora de denunciar y al cuestionamiento social – La […]
– La cinta cuenta el caso real de una joven tunecina violada por varios hombres, una historia que guarda similitudes con el caso de ‘la manada’ en España
– A pesar del trauma, la protagonista acude a la Policía, donde se enfrenta al chantaje a la hora de denunciar y al cuestionamiento social
– La película, de Kaouther Ben Hania, refleja cómo el movimiento feminista sigue en pie para defender los derechos de las mujeres tras la ‘Primavera Árabe’
Fotograma de La bella y los perros. FCAT
Una joven decide salir a dar una vuelta una noche. Lo está pasando bien. Habla, conoce a gente nueva, ríe, baila. Hasta ahí, todo parece estar bien, como en casi cualquier parte del mundo La noche continúa, pero todo se interrumpe cuando un grupo de desconocidos, sin más palabras que un «que te calles», la violan.
Esta es la historia real de Maryam Ben Mohammed, bajo un nombre ficticio, en Túnez, pero también podría ser la de otra mujer que festejaba en 2016 unos Sanfermines en España. O la de tantas otras en tantos lugares. Tras ser violada, Maryam escribió el libro Culpable de haber sido violada , que posteriormente ha sido llevado a la gran pantalla por la documentalista tunecina Kaouther Ben Hania con el título La bella y los perros, traducida así del título francés La belle et la meute [La bella y la manada].
«Al principio, la película no cuenta la historia de una superviviente, ni mucho menos», sostiene la actriz principal del filme y realizadora Mariam Al Ferjani. «Empieza en un momento donde ella no puede andar, ni mantenerse en pie. Con todo lo que va pasando, y sin que se dé cuenta surgen circunstancias que la llevan hasta la supervivencia. Es curioso porque al principio ella no se identifica con las víctimas. Es importante reconocerse como tal», opina.
La sala de cine se sumerge en un limbo constante de asfixia y mareo, de impotencia. A través de nueve capítulos, la directora cuenta la realidad de una joven que, al intentar denunciar su violación, se enfrenta a la estigmatización de la sociedad, la pasividad y el fraude institucional a través de las leyes tras una ‘Primavera Árabe’ que para algunos quedó en cenizas. Para otros, sin embargo, aún mantiene encendida su llama, como demuestra la protagonista, que defiende sus derechos ante quienes la cuestionan y tratan de arrebatárselos.
Al igual que ocurrió en el caso de la víctima de ‘la manada’ en Pamplona, donde dos de los condenados por abusos sexuales que han sido puestos en libertad provisional son un guardia civil y un militar, Maryam también sufrió una agresión sexual por parte de miembros del cuerpo de seguridad de su país, dos policías. «En esta película no solo se habla de la mujer tunecina, también de la mujer española, italiana, etc. Es necesaria porque sobrepasa lugares específicos. Como dice el tráiler: ‘¿Qué se puede hacer si los que te persiguen son tu única esperanza?».
La cinta relata también el abuso y la corrupción del poder. La estudiante no solo es chantajeada por la Policía, presionada y amenazada con «poner en peligro el honor» de su país, también es juzgada y señalada por la sociedad. Aún así, Maryam pasa de estar asustada a convertirse en su única salvación, con su hiyab como símbolo de empoderamiento.
De nuevo, las similitudes con el caso español se dan en que el fallo de los tribunales tunecinos también ha recibido críticas. «Aunque la sentencia dictó 15 años de cárcel para los dos policías, no se consideraba violación porque se hablaba de la forma en la que ella estaba vestida como justificación. Aquí hay algo mucho más grave que una violación física, que es una violación moral», aclara la actriz.
¿Una primavera feminista?
En Túnez, las mujeres salieron a manifestarse en la llamada «Revolución de los jazmines» – que derrocó al dictador Zine al-Abidine Ben Ali en 2011 – y formaron parte de la organización y liderazgo de las protestas. La película deja un mensaje claro: el feminismo es lo único que puede regar los jazmines de aquella revolución.
Han pasado ya siete años y, aunque Túnez se adentró en construir una democracia, los jóvenes volvieron a salir a las calles en enero de este año y dirigen películas como esta que manifiestan la necesidad, dicen, de un cambio real. Llegó la hora, defienden, de romper con los estereotipos que tachan a la mujer árabe y musulmana de «sumisa».
La actriz y realizadora Mariam Al Ferjani. FCAT
«En el caso de Maryam, hubo mucha empatía. Hay gente que salió a la calle y eso fue una señal de esperanza. En la película se denuncia el patriarcado, pero sobre todo hace referencia al problema de las ansias de poder. El sistema no admite críticas, es así obligatoriamente y yo no puedo criticarlo», apostilla la actriz.
Se dice que Túnez es el país más feminista de Oriente Medio. Las mujeres pueden usar anticonceptivos desde 1962, el aborto se aprobó tres años después. Tras la ‘Primavera Árabe’, fue aprobada la ley electoral que establece que las mujeres deben ocupar el 50% de las candidaturas de los partidos, aunque en el Parlamento solo existe una representación femenina de apenas el 23%.
El camino es largo. El 53% de las mujeres sufrieron ataques violentos en el espacio público, según un informe del Centro de Investigación, Documentación e Información sobre la mujer. El acoso se ha convertido en uno de los problemas principales para las mujeres que no cuentan con un respaldo legal. El Código de Estatuto Personal no sanciona los llamados «crímenes de honor» y la violación dentro del matrimonio tampoco se considera delito.
La abogada Chefia Alibi, representante de la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas (ATMD), ha defendido en los medios que el vacío de poder tras la marcha de Ben Ali propició la proliferación de los actos de hostigamiento a las mujeres, donde la peligrosidad de salir a la calle aumentaba durante la noche y en el mundo rural se multiplicaban las violaciones.
Las mujeres africanas toman el cine
La bella y los perros fue presentada durante la 15ª edición del Festival de Cine Africano de Tarifa-Tánger (FCAT). Fue galardonada con el Premio del Público al Mejor Largometraje de Ficción. Este año, los valores feministas que se expanden también por África han protagonizado la muestra, con trabajos audiovisuales que tratan de combatir el discurso machista que ha moldeado la identidad femenina en todo el mundo.
«El continente se está sumando a un movimiento feminista global y, por eso, en esta edición ha habido jóvenes realizadoras y directoras que abordan la temática de la identidad de las jóvenes que tienen que superar una estructura patriarcal de la sociedad», sentencia Mane Cisneros, directora del festival.
@Luciamunozluc
Fuente: https://www.eldiario.es/desalambre/bella-perros-manada_0_777272690.html