La última Encuesta de Condiciones de Vida señala que uno de cada diez menores en España se encuentra en situación de carencia material severa. La tasa, del 10,1% casi duplica la de 2008, denuncian desde la Plataforma de Infancia
La Plataforma de Infancia (alianza de organizaciones sin ánimo de
lucro que trabajan por los derechos de niños, niñas y adolescentes)
publicaba ayer, 5 de julio, el informe
“Análisis de la Encuesta de Condiciones de Vida con Enfoque de Infancia
2023”, un documento en el que se pone el foco en la situación de las
personas menores de edad, y que desgrana de qué manera se manifiesta la
carencia material severa en la vida de este colectivo, a partir de los
datos de 2022 que la Encuesta de Condiciones de Vida toma como
referencia.
En cuanto al alcance de estas carencias, el 5,9 % de los niños, niñas y adolescentes, no comían proteínas de origen animal al menos cada dos días, el 7,4% estaba afectado por la brecha digital, el 16,1% vivía en hogares que han sufrido de pobreza energética, y más de uno de cada tres (34,6 %) no pudieron salir de vacaciones. Todos estos indicadores definen la carencia material severa y “afectan al pleno desarrollo de los niños, niñas y adolescentes” según denunciaba ayer el director de la Plataforma Ricardo Ibarra.
Por otro lado, durante 2022, más de la mitad de los hogares (52,1 %) en los que hay niños, niñas y adolescentes tenían problemas para llegar a fin de mes, en un 25,6% de los hogares llegan a fin de mes con mucha dificultad, y en un 26,5%, enfrentaban cierta dificultad. Los y las adolescentes representan el grupo con peores indicadores. Un 34,9% de las personas entre 13 y 18 años se encontraría en riesgo de pobreza y exclusión. Les siguen quienes tenían el año pasado entre 4 y 12 años, con un 31,4%, y menores de 4, con un 29,9 %, índices que muestran que a mayor edad, más problemas materiales se registran en los hogares.
En el informe se pone de manifiesto que España sigue siendo el tercer país en la Unión Europea en cuanto a infancia y adolescencia en riesgo de pobreza y exclusión social, con un a tasa del 32,2%, solo superada por Bulgaria y Rumanía. Se trata de 2,6 millones de niños, niñas y adolescentes. Desde la Plataforma recuerdan que el gasto medio mensual que implica tener menores en el hogar alcanza a 672€.
Las
necesidades se incrementan con la edad, por lo que Ibarra urgía en la
presentación del informe a apoyar particularmente a las familias
adolescentes, en una etapa vital fundamental en la que “existe el riesgo
de abandono escolar temprano, lo cual determina sus posibilidades de
inserción laboral en el futuro y perpetúa la transmisión
intergeneracional de la pobreza”, explicaba Ibarra.
El informe apunta a que el nivel formativo de las familias es determinante, de hecho, 8 de cada 10 niños, niñas y adolescentes en familias cuyos padres y madres solo han realizado estudios primarios estaban en riesgo de pobreza y/o exclusión social. La situación es la misma para casi la mitad de los menores cuyos padres y madres cuentan con estudios secundarios. Junto al nivel formativo, otro factor de gran relevancia es constituir una familia monoparental, o numerosa: en el primer caso la tasa de riesgo de pobreza y exclusión afecta al 49,1%, mientras, los hogares con más de tres menores alcanzan hasta un 65,2% de tasa.
Resulta particularmente preocupante la correlación entre migración y pobreza infantil. España se sitúa en primer lugar en cuanto a la tasa de pobreza de niños, niñas y adolescentes de padres y madres de origen extranjero, (sobre todo extracomunitario), según Eurostat. Por su parte, la Encuesta de Condiciones de vida señala que este es el caso de siete de cada diez menores con padres y madres de origen extranjero.
Detrás de estas tasas, hay una escasa inversión en políticas contra
la pobreza infantil. La Plataforma señala que la inversión en infancia
solo llega al 1,6% del PIB frente al 2,5 % en el que se sitúa la media
europea. Solo un 8% de las niñas, niños y adolescentes accedieron a
transferencias sociales, que por otro lado se revelaron ineficientes,
reduciendo solo las tasas de pobreza en 7,5 puntos, cuando en Europa
estas transferencias consiguen una reducción de 16 puntos.
Tras
analizar los datos, desde la Plataforma de Infancia reclaman de nuevo
una prestación universal de ayuda a la crianza y aplicable mediante
deducciones fiscales reembolsables en el IRPF. También apuestan, como
vienen haciéndolo también las asociaciones de familias monomarentales, a
que se ponga en marcha un marco de protección a estas familias desde el
primer hijo, en condiciones equiparables a las de las familias
numerosas.
La Plataforma Infancia también ha propuesto a los partidos, ante la próxima cita electoral, que introduzcan mejoras en el acceso al Ingreso Mínimo Vital para garantizar que llegue a los menores más vulnerables. Demanda también que se incremente en más del doble el presupuesto dedicado a becas y ayudas al estudio hasta llegar al 0,44% del PIB en 2055. Además, Ibarra señalaba la necesidad de aplicar políticas públicas específicas para paliar las distintas carencias que pone en evidencia el informe, desde la brecha digital a la pobreza energética.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/infancia/carencia-material-severa-se-ensana-infancia-adolescencia