Ante las declaraciones de la portavoz del gobierno asturiano descalificando la carta enviada por el director de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo al Presidente del Gobierno de España en la que se pide el cese del negocio armamentístico con Israel y Colombia, este Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA) desea manifestar: […]
Ante las declaraciones de la portavoz del gobierno asturiano descalificando la carta enviada por el director de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo al Presidente del Gobierno de España en la que se pide el cese del negocio armamentístico con Israel y Colombia, este Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA) desea manifestar:
1. Nuestro apoyo total al contenido de la carta enviada por el director de la Agencia, Rafael Palacios, al Presidente Zapatero, y nuestra felicitación al comprobar que desde algunas instituciones se recoge y expresa lo que constituye una exigencia de amplios sectores de la sociedad asturiana.
2. La carta expresa de manera clara y respetuosa lo que piensa una gran parte de la ciudadanía asturiana, al menos los miles de ciudadanos y ciudadanas que con su presencia en concentraciones y manifestaciones desde el pasado 27 de diciembre, condenaron la masacre cometida por Israel en la franja de Gaza. En dichas movilizaciones se hizo patente de manera rotunda la exigencia de sanciones comerciales y, de manera especial, el cese de la compraventa de armas entre España e Israel.
3. Lejos, por tanto, de perjudicar los intereses de los asturianos, como manifiesta de manera sorprendente y atrevida la Sra. Migoya en calidad de portavoz del gobierno asturiano -debería aclarar qué intereses y de quién se ven afectados‐, el contenido de la carta del Sr. Palacios es una expresión de coherencia ética y política que no podemos más que aplaudir y pedir que constituya una práctica más usual de nuestros representantes políticos e institucionales.
4. Las declaraciones de la Sra. Migoya son muy acordes con la postura mantenida por su partido, el PSOE, durante la última agresión militar israelí a la franja de Gaza. Una postura caracterizada por la palabrería y la equidistancia, por las beatíficas y abstractas peticiones de paz apoyando las movilizaciones ciudadanas a la vez que se compartían las mismas posiciones que el resto de potencias occidentales y de los regímenes árabes reaccionarios. Caracterizada, en fin, por la exigencia de desarme de la resistencia palestina y el simultáneo negocio de armas con el Estado agresor de Israel, como ha quedado claramente demostrado.
Desde este Comité vamos a continuar exigiendo por todas las vías el cumplimiento de la legalidad internacional en Oriente Próximo, el fin de la ocupación en Palestina e Iraq y una paz justa en la región, pero también el compromiso, la coherencia y la responsabilidad del gobierno español y los de la Unión Europea con esos objetivos.