Lo que es conocido y repetido por todos y todas, no siempre tiene porque ser verdad. En las últimas fechas, parece que en el mundo político surgen novedades, cuestiones que antes, teóricamente, no estaban sobre la mesa. Sin duda, algunas ideas viajan de boca en boca agitando miedos y conciencias como si estuviéramos ante un […]
Lo que es conocido y repetido por todos y todas, no siempre tiene porque ser verdad. En las últimas fechas, parece que en el mundo político surgen novedades, cuestiones que antes, teóricamente, no estaban sobre la mesa. Sin duda, algunas ideas viajan de boca en boca agitando miedos y conciencias como si estuviéramos ante un cataclismo político completamente nuevo. Nada más lejos de la verdad.
Cuando el mapa de la derecha mundial parece desdibujarse, cuando Altsasu y Navarra vuelven a ser objetivos políticos del ala conservadora estatal, cuando los derechos de las mujeres vuelven a estar en solfa y cuando los inmigrantes pobres vuelven a estar en el punto de mira, no pensemos que es por la irrupción de nuevas formaciones políticas, sino que esas ideas, siempre estuvieron debajo de disfraces mediáticos bien logrados. Estos fueron a su vez utilizados para ocultar las verdaderas intenciones de las clases privilegiadas del estado: la toma del poder en su máxima plenitud.
La caverna madrileña y la derecha española en general, tan solo acudieron a la democracia como forma de gobierno por obligación. Durante siglos siempre han estado agazapados a la espera de poder volver a reconquistar el gobierno del pueblo pero sin el pueblo. Repasando algunas de esas cuestiones que Santiago Abascal, Albert Rivera o Pablo Casado han puesto recientemente en circulación, con un simple y breve repaso histórico podemos observar como son ideas que una y otra vez, la derecha española ha tenido siempre en mente y ha recurrido a ellas cada vez que ha estado en la oposición o simplemente cada vez que se han inventado una crisis.
No cabe duda, que la más habitual ha sido la idea centrada en torno a la ruptura de España como estado y nación unitaria. No es nuevo para los vascos observar desde la distancia como siempre han preferido una España Roja que una España Rota. Y dentro de esta indivisibilidad mono celular y tal vez mono neuronal, Navarra ha jugado siempre un papel central. El estatuto frustrado de Estella, ya fue un eje en torno al cual las derechas trataron de recomponer sus relaciones con el Carlismo para sumar así mayoría. Perpetuar a posteriori las políticas económicas y los repartos de los aliados históricos de los borbones en los siguientes régimenes fue siempre su objetivo principal. Por eso trató UCD de pactar con Arzallus en Navarra y por eso siempre que han podido han pactado en Madrid.
Cuando la Razón o el ABC alaban el papel de Felipe en la crisis catalana, lo hacen también con un ojo puesto en los decretos de nueva planta, la abolición foral, las carlistadas, la dictadura de Primo de rivera o el franquismo. Al final el objetivo es siempre el mismo, que en el viejo reino, que luchó por su independencia ante el reino de Castilla y por los Austrias a posteriori, no vuelvan a surgir dudas en torno a su necesaria pertenencia al reino de España. Fortunato de Aguirre, católico y de familia carlista fue fusilado por no entrar en el reparto. Por querer vivir en un reino diferente al borbón y al que estaban diseñando desde la CEDA. En aquellos tiempos también el ABC fue símbolo de la restauración hispánica y posteriormente borbónica, como hoy lo es como garante de la unidad de la patria. Navarra así, último bastión ante la unidad Castellano Aranagonesa, vuelve a estar en el punto de mira pues para ellos la unidad de España siempre tuvo su inició allí. Lo vivimos también con el efímero gobierno de Urralburu y ahora el nuevo objetivo es descabalgar la cuatripartito a cualquier precio.
Pero la historia no la escriben solo los reyes, condes, duques y marqueses. Son los pueblos los que en ocasiones se levantan y se hartan de servir a las clases privilegiadas. Recientemente, si lo comparamos con lo hablado anteriormente, las mujeres de este país se han levantado con el puño en alto y han decidido poner fín a la lacra de la violencia machista y de las violaciones. También han reivindicado activamente su poder de decisión absoluto sobre sus cuerpos (aborto, diversidad sexual) y su vida (divorcio, matrimonio homosexual). Esto no sienta bien si acostumbrado a los privilegios maritales de repente empiezas a percibir que la igualdad es algo que también incluye a los más pudientes.
Ante este hecho sin precedentes en la historia de España, de nuevo la caverna mediática se ha levantado en armas con terminología hueco que intenta vender que la igualdad es un hecho consumado en la España de la transición. Da igual cuantos estudios digan lo contrario, lo importante es distraer con falsos titulares para impedir el avance social real. Durante la segunda república ya hubo idas y venidas sobre el sufragio universal femenino. Hoy en día lo hay sobre el control del cuerpo de la mujer. La última frontera machista, la última barrera personal sobre la que los sectores conservadores pretenden seguir mandando. Los números que algunos medios transmiten sobre violencia sobre hombres o sobre «muertes prematuras de bebes» son simplemente un insulto a la inteligencia.
Por último, la inmigración fue siempre un objetivo en sí para las clases pudientes de cara a mantener el control sobre el reparto de la riqueza. Los indígenas en América Latina, los habitantes de los valles escondidos o los musulmanes que siguieron viviendo en la península, así como, las últimas generaciones de inmigrantes, siempre fueron objeto de deseo de los privilegiados. Primero para arar sus campos, luego para activar sus fábricas y ahora para servir en sus cadenas hoteleras. Todos ellos tenían y tienen en común su distancia con los núcleos de auténtico poder.
Muchos de ellos son, actualmente, por su extremada pobreza o por pertenecer a generaciones de parados de larga duración, carne de cañón a la hora de encontrar una cierta dignidad con la que poder vivir. Además tienen en común su dificultad para organizarse y articularse ante el poder. Son pobres pero ven la tele y gracias a eso son el blanco ideal, pues sin posibilidad de defensa se les puede reemplazar con facilidad a través de cupos migratorios (propuesta que ya puso en su momento en marcha Jose Maria Aznar). Brasil; Estados Unidos; España…todos ellos a lo largo de sus historia trataron de marginar al inmigrante y mantenerlo en la pobreza intelectual, económica y social. Así pues, ese mensaje es una repetición articulada de la auténtica realidad: interesan solo como miembros de una nueva clase de esclavitud moderna, los obreros sin derechos. Para ello la derecha solo tiene que quitarles los papeles, la sanidad, la educación y sobre todo…. El amor propio. Va camino de ello y para eso juega un papel fundamental la rumorología mal intencionada de las sufridoras clases medias bajas y sus grupos mediáticos.
Así pues, que los conservadores se redistribuyan en su propio espacio electoral para parecer versiones light de sí mismos, no es ápice para que recordemos que sus mensajes siempre han estado ahí y que siempre han sido los mismos. Al fín y al cabo, para mantener necesitas en frente rivales oprimidos y mal informados, ya que si son libres de elegir, será más difícil que se dejen llevar por lo que es vox populi y seguramente serán más críticos ante informaciones sesgadas. Cuidado. Ya vienen.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.