Mujeres colombianas exiliadas en Bélgica, Suiza, Canadá y el Estado español e integrantes de organizaciones radicadas en la propia Colombia se han reunido en Madrid, donde se adoptó una declaración en la que se destaca que la comunidad internacional tiene que jugar un papel más activo en la solución del conflicto colombiano. Así lo expusieron […]
Mujeres colombianas exiliadas en Bélgica, Suiza, Canadá y el Estado español e integrantes de organizaciones radicadas en la propia Colombia se han reunido en Madrid, donde se adoptó una declaración en la que se destaca que la comunidad internacional tiene que jugar un papel más activo en la solución del conflicto colombiano.
Así lo expusieron ayer en Iruñea Ingrid García, representante de la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas (ANMUCIC), y Joana Galindo, autora del documental «Tejedoras de paz», en la presentación de las jornadas sobre Colombia que han organizado Aldea, Amnistía Internacional, IPES, Mugarik Gabe, PBI-Nafarroa y PTM.
«Hay una serie de exigencias que la comunidad internacional debe hacer al Gobierno colombiano y a las FARC en torno a la flexibilidad que tienen que tener para hacer real el acuerdo humanitario, que no sólo se refiere a un grupo de personas secuestradas o a un grupo de guerrilleros presos, sino que tiene que ver con una problemática en la que las mujeres colombianas están expuestas sistemáticamente a violaciones, desplazamientos, minas y detencio- nes masivas», destacó García.
Junto a ello, García denunció que «Colombia es un país patriarcal y machista, donde se sufre discriminación por ser campesina e indígena o negra y el hecho de ser pobre. La guerra se desarrolla en el campo, donde viven estas mujeres, que son utilizadas como botín o para amedrentar al enemigo».