En el País Vasco el debate político se basa exclusivamente en el terrorismo y sobre la territorialidad. Mientras que otros temas, que a mi entender son importantísimos, pasan desapercibidos, como son la política económica, social (educación, sanidad, etc.), estando totalmente arrinconados y fuera de cualquier debate político El que los medios de difusión no […]
En el País Vasco el debate político se basa exclusivamente en el terrorismo y sobre la territorialidad. Mientras que otros temas, que a mi entender son importantísimos, pasan desapercibidos, como son la política económica, social (educación, sanidad, etc.), estando totalmente arrinconados y fuera de cualquier debate político
El que los medios de difusión no nos hablen de ellos, no quieren decir que no se esté realizando una determinada política, que está marcando muy profundamente el devenir de dicha comunidad. Se está aplicando con toda su crudeza las políticas económicas y sociales que el neoliberalismo preconiza. Mientras que en otros lugares hay fuertes resistencias políticas y sociales, en el País Vasco se produce una sequía absoluta de oposición a estas políticas.
El 30% de la población de renta superior del País Vasco representada politicamente por el PNV y el PP, ha tenido una enorme influencia política y mediática en esta comunidad. Desde la caída del franquismo, el PNV ha estado en el poder, estando integrado en la internacional democratacristiana europea, una de las máximas defensoras del neoliberalismo. La realidad social vasca es que mayoritariamente gana las elecciones la izquierda pero siempre gobierna la derecha vasca.
Este gran dominio político de la derecha vasca en el gobierno autónomo explica el escaso desarrollo de su Estado del Bienestar. Es la misma situación que se da en Cataluña, gobernada largamente por CIU y afiliada también en la misma corriente política europea que el PNV. Siempre se ha presentado al País Vasco y a Cataluña como zonas muy por delante en los servicios y transferencias públicas que afectan a la calidad de vida de sus ciudadanos. Sin embargo, la realidad social de estas dos zonas es muy diferente.
Durante el gobierno de Aznar, sobre todo en su primera legislatura, el PNV no tuvo ningún problema en apoyar todas las medidas económicas y sociales más neoliberales y retrogradas. No así, durante la segunda legislatura porque chocó con la concepción centralista y nacionalista de la derecha española.
El País Vasco es una de las regiones de la Unión Europea a quince que menos dinero dedica al gasto social por habitante en relación al nivel del desarrollo económico que tiene. Difícilmente puede recurrirse a la excusa del déficit fiscal, pues tiene capacidad fiscal autónoma a través del sistema del cupo. El País Vasco es plenamente responsable de los impuestos que genera.
Aspectos fundamentales del Estado de Bienestar como pueden ser los servicios de atención domiciliaria para los ancianos, los servicios sanitarios primarios, servicios de atención a las personas con discapacidades, programas de formación para jóvenes, etc., están muy por detrás del promedio del resto del país, teniendo una renta e ingresos públicos per cápita que están muy por encima del promedio del Estado.
El País Vasco junto a Cataluña, ¿Casualidad?, es donde más fuerza tiene la educación privada que gozan de unos subsidios públicos de los más altos de Europa y donde han convertido a la enseñanza pública en subalterna de la privada, manteniéndola en una situación de continuo deterioro. (Vease » la situación social en España, 2005″ de Vicenç Navarro).
El 30% de la población de mayor poder adquisitivo de esta comunidad se resiste a pagar impuestos pues estos tienen cubiertas sus necesidades por los servicios privados, entiéndase, educación y sanidad privada, etc.
El factor que divide a la izquierda vasca son los postulados nacionalistas. Hasta ahora, en la izquierda vasca se ha dado prioridad a sus proyectos nacionalistas dejando en muchos casos abandonados sus programas de izquierda. Esta realidad política de división de la izquierda también se ha dado en el campo sindical.
Estos momentos pasan porque el movimiento progresista vasco se reequilibre entre el componente nacionalista y el de la izquierda, para conseguir una alternativa a la larga presencia en el poder del nacionalismo conservador. El objetivo de dicha alternativa pasaría por darle una mayor importancia a las políticas sociales, educación, sanidad, y a reequilibrar los excesos que en política económica se han dado en los últimos años buscando una fiscalidad más justa y equilibrada..
En el momento actual se está dislumbrando una alternativa que pasaría por el gobierno del PSOE en Madrid, con el apoyo del nacionalismo conservador vasco (PNV) y catalán (CIU) que contaría con un gran apoyo empresarial y de las clases privilegiadas, desplazando a IU y a ERC como socios, conllevando como contrapartida que el PNV gobernará en Vitoria y CIU en Barcelona..
Esto significa la consolidación de políticas neoliberales y de ningún cambio sustancial, convirtiendo al PNV y a CIU en garantes imprescindibles en sus respectivas comunidades, pero deteriorando la alternancia política y con ello el deterioro de la democracia.
Pienso que la izquierda vasca debe reestructurarse para ser alternativa de gobierno, intentando atraer al PSOE a su lado, para llevar a cabo políticas económicas y sociales que pongan fin a este periodo que no nos lleva a ningún sitio. Fuerzas como EA, Batasuna, EB y el propio PSE deben analizar el actual momento buscando un reequilibrio entre nacionalismo/izquierda que pueda alumbrar un programa común mínimo y que suponga un avance y aire nuevo a este país, pues la alternativa del PNV ya sabemos que nos va a dar, beneficios a los más ricos y más desestructuración social para el resto
Los vascos/as se merecen esa reflexión de los partidos progresistas, sino ya saben que estarán siempre en la oposición para el perjuicio de la mayoría del país.