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La bioquímica y divulgadora Laura Flores participó el 11 de febrero en las Jornadas Culturales de CNT-València

«La DANA ha causado una grave perturbación en el Parc Natural de L’Albufera»

Fuentes: Rebelión [Imagen: residuos accio ecologista agro]

¿Sobre quién recae la responsabilidad del calentamiento global? Naciones Unidas-Acción por el Clima subraya que, según los científicos, la acción del ser humano como la quema de combustibles fósiles es la causa principal del calentamiento global en los dos últimos siglos.

De hecho, estas actividades humanas “generan gases de efecto invernadero que elevan la temperatura del planeta al ritmo más rápido de los 2000 años pasados”, informa la ONU.

El citado documento sobre el cambio climático fue destacado en las Jornadas Culturales de CNT-València, que se celebraron el 4 y 11 de febrero en el Centre Octubre de Cultura Conemporània; en una de las sesiones –Dana, crisi climàtica i el futur de les nostres societats– participaron el investigador del CSIC Antonio Turiel; el periodista Juan Bordera y la bioquímica Laura Flores.

En términos generales, en los municipios del País Valenciano afectados por la DANA (75), el impacto de los residuos, los elementos tóxicos, los automóviles fuera de uso, los restos de mobiliario, todo tipo de enseres o aceites podrían perjudicar a la salud humana y también a los cultivos, subraya Laura Flores.

La divulgadora científica dedicó una parte de la intervención a los daños por la gota fría en el Parc Natural de L’Albufera; este humedal costero, de 21.120 hectáreas, se halla a 10 kilómetros de Valencia e incluye a 13 municipios.

L’Albufera cuenta con el reconocimiento de zona húmeda de importancia internacional (Ramsar); Zona de Espacial Protección de las Aves (ZEPA) y forma parte de la Red ecológica europea Natura 2000.

La Dana del 29 de octubre “ha dejado una huella profunda en L’Albufera y el entorno natural”, evaluó un mes después  la Concejalía de Devesa-Albufera del Ayuntamiento de Valencia; así, la riada causó una “grave perturbación”.

En pocas horas la laguna recibió cerca de 120 hectómetros cúbicos de agua (“el volumen equivalente a un año y medio de aportes normales”); asimismo el nivel del agua registró un aumento de un metro y, añadieron fuentes municipales, en el lago se localizó un vehículo que fue retirado con un helicóptero.

Muestra de la “gravedad” de la situación son los cálculos del Ayuntamiento: la retirada de 85.000 metros cúbicos de residuos, con un espesor de 50 centímetros; entre los objetivos planteados, figuraba la recuperación de la actividad económica en el Parc Natural (por ejemplo la siembra del arroz).

La valoración de Laura Flores en la jornada de CNT-València coincidía con la del movimiento ecologista. Sense L’Albufera no hi ha futur; con esta consigna, centenares de personas participaron -el 2 de febrero- en una acción reivindicativa convocada por Ecologistes en Acció; Acció Ecologista Agró; Per L’Horta y Xúquer Viu en el municipio de Catarroja.

Ese día grupos de trabajadores voluntarios recogieron varias toneladas de residuos contaminantes, que la gran inundación arrastró al Parc Natural; los activistas extrajeron 2,5 toneladas de plásticos, que también separaron y trasladaron a una empresa especializada.

Además las cuatro organizaciones dieron a conocer un manifiesto, suscrito por medio centenar de colectivos; el texto hacía referencia a los antecedentes de la catástrofe (224 personas fallecidas en el País Valenciano); según las entidades ecologistas, la contaminación de L’Albufera se retrotrae a las décadas anteriores a la DANA, los años 70 del siglo pasado.

“La cuenca más cercana a L’Albufera acoge una población de cerca de 1,5 millones de personas, con un tercio de la actividad comercial de la provincia, una densa actividad industrial cerca de los barrancos y alrededor del Parc Natural, que ha crecido de forma descontrolada (…)”, manifestaron.

La declaración ecologista subrayaba la implicación de la sociedad civil y el voluntariado en la limpieza de L’Alfufera; pero señalaba, también, la necesidad de un acuerdo entre las administraciones públicas y la participación de la ciencia; el manifiesto incluía el siguiente diagnóstico, a fecha 2 de febrero, Día Mundial de los Humedales:

“L’Albufera cuenta con miles de toneladas de residuos naturales y artificiales, en los que se mezclan cañas, fango…con coches, aceites, plásticos y hierros, productos farmacéuticos y otros contaminantes”.

Unos meses antes, el 26 de noviembre, Acció Ecologista Agró alertó en un comunicado sobre la vulnerabilidad de L’Albufera y los efectos del cambio climático; la ONG recordó que los municipios cercanos al Barranco del Poyo -como Xiva, Paiporta o Picanya- padecieron un impacto “devastador”, al cuadruplicar el cauce su caudal habitual.

Tal vez una de las explicaciones de la tragedia figure en el informe de Greenpeace DANA, inundaciones y cambio climático. Aprender de los errores para salvar vidas (enero 2025); según el documento, en el estado español hay más de 26.000 kilómetros de zonas con alto riesgo de inundación; en estas residen cerca de 2,7 millones de personas.

Pero el peligro no se limita a hogares y viviendas; Greenpeace alerta de cómo “miles de infraestructuras críticas” se hallan en zonas con riesgo de inundación (actual o futura); “y todavía se siguen planificando nuevas construcciones en estos espacios”, remata la organización ecologista.

En su intervención, Laura Flores ha alertado sobre la reducción de la biodiversidad en el planeta; de hecho, un millón de especies animales/vegetales están amenazadas de extinción; a principios del siglo XX podría ubicarse uno de los puntos de inflexión; desde 1900, la cantidad media de especies nativas -en la mayor parte de los ambientes terrestres- disminuyó al menos un 20%.

Según un informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, mayo 2019), la amenaza afecta a más del 40% de las especies de anfibios; cerca de un tercio de los corales que forman arrecifes y más del 33% de los mamíferos marinos.

“Tres cuartas partes del medio ambiente y aproximadamente el 66% del medio ambiente marino han sido alterados significativamente por la acción humana”, resalta el organismo intergubernamental.

Y, respecto a la contaminación por vertido de plásticos, desde 1980 se multiplicó por diez; a ello se agregan los millones de toneladas de metales pesados, lodos tóxicos, disolventes y residuos de la industria que se evacuan en los mares del planeta.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.