Eurodiputado de ERC y autor de obras como «Una altra Europa és possible», conoce bien la información «tan sesgada» que tienen las instituciones europeas sobre Euskal Herria y, por ello, defiende la importancia de hacerles llegar diferentes visiones del tema «para que tengan una opinión más libre y ecuánime». El eurodiputado de ERC considera que […]
Eurodiputado de ERC y autor de obras como «Una altra Europa és possible», conoce bien la información «tan sesgada» que tienen las instituciones europeas sobre Euskal Herria y, por ello, defiende la importancia de hacerles llegar diferentes visiones del tema «para que tengan una opinión más libre y ecuánime». El eurodiputado de ERC considera que la internacionalización del conflicto que vive Euskal Herria puede ser importante de cara a su resolución, tal como sucedió con el proceso irlandés. Pero incide en que el acuerdo final corresponde a los vascos y «a nadie más».
¿Cómo se ha configurado este «grupo de amigos»? ¿Qué es lo que les une?
La idea surgió de contactos que teníamos con gente de organizaciones que quieren impulsar o impulsan el proceso de paz en el País Vasco. Consideramos que era importante que el Parlamento Europeo se hiciera eco de la situación en la que está el País Vasco y que, de alguna forma, contribuyéramos a dar a conocer en Europa cómo se desarrolla este proceso y qué implicaciones puede tener, así como ofrecer diferentes visiones sobre el conflicto. Lo digoporque la información que tienen las instituciones europeas está muy sesgada. Es importante que tengan diferentes visiones del tema para tener una opinión más libre y ecuánime.
Somos un grupo heterogéneo, de gentes con diferentes percepciones pero que estamos de acuerdo en dos cosas fundamentales: que el conflicto se debe resolver pacíficamente y que el ámbito de resolución es Euskadi. Nosotros no vamos a pontificar; nuestra intención es hacer de puente entre la gente que trabaja por el proceso de paz en el País Vasco y la que lo hace en el Parlamento Europeo.
En su manifiesto han resaltado que la paz en Euskal Herria sería la paz en Europa. ¿Qué prioridad se le da al tema vasco?
A veces dudo de que a los principales partidos del Estado español les interese resolver el conflicto vasco. Supongamos que se resuelve la cuestión de la violencia y que se inicia un proceso real de cambio de estructuras políticas. ¿Qué excusa tendrían entonces las principales fuerzas políticas para parar este proceso? La otra cuestión es que, si la cosa se internacionaliza, puede haber otros actores en la resolución del conflicto, y eso es muy importante. Esto tampoco creo que lo quieran esos partidos.
¿Qué papel puede jugar Europa y por dónde podría empezar?
En nuestro caso, de la difusión de ideas y de mostrar la complejidad y naturaleza política del conflicto, que es una de las cosas que sistemáticamente se ha negado, buscando agentes internacionales que puedan jugar una labor mediadora. Pero teniendo siempre en cuenta, insisto, en que los acuerdos y la decisión final corresponde a los vascos y a nadie más.
¿Han abierto alguna interlocución ante el Grupo Socialista Europeo o el Grupo Popular Europeo? ¿Cree que son permeables a los criterios de PSOE y PP?
En este momento, no, pero vamos a hacerlo. Una de las cosas que tenemos programadas es una reunión con las direcciones de todos los grupos políticos en el Parlamento Europeo, empezando por los mayoritarios. Estoy convencido de que el Grupo Socialista Europeo y el Partido Popular Europeo tendrán una actitud más abierta. Todos los partidos políticos europeos son muy heterogéneos. En el PP Europeo, por ejemplo, encontramos a la diputada por Budapest Keen Gagal. Es una de las grandes especialistas en reivindicaciones de las minorías nacionales en Europa. Es muy sensible a los procesos nacionales en marcha, es favorable al derecho de autodeterminación y tiene una actitud muy abierta. Y, como ella, hay muchos más en el PP Europeo.
La formulación del Acuerdo Democrático de Base es muy sencilla: una consulta a los ciudadanos de toda Euskal Herria so- bre una fórmula consensuada. Parece difícil plantear pegas.
Claro. Debemos hacer propuestas que, desde un punto de vista democrático, sean impecables y no se puedan rebatir; ésa es nuestra arma fundamental. Ante esta propuesta, sólo puede haber contra-argumentos de muy baja calidad democrática.
En su manifiesto subrayan que la clave de la solución está en el derecho a decidir. ¿Cómo contrarrestrar los temores de que eso pueda llevar a la creación de un nuevo estado?
Para los estatalistas, esto es una cosa que da miedo, pero para los que queremos una Europa en la que todos los pueblos estén representados en pie de igualdad, no sólo no da miedo, sino que constituye uno de nuestros objetivos fundamentales. En democracia todos los objetivos son legítimos; lo que nadie puede decir es que sea más legítimo defender la Constitución española que defender el derecho de autodeterminación para Euskadi o Catalunya.
¿Cómo se interpreta en el Parlamento Europeo que uno de los interlocutores, Batasuna, siga en la lista negra y perseguida en el Estado español?
Hay cosas kafkianas. Como anécdota, la reunión de hace un mes de nuestro intergrupo. Una de las personas invitadas para que nos diera su punto de vista era Karmelo Landa. Ha sido eurodiputado y no tiene ninguna causa pendiente. Pues no le dejaron entrar en el Parlamento. ¿Pero cómo se va a entender un conflicto si no tienes ante ti personas con visiones y roles diferentes?