LA DEGENERACIÓN DE «LA BOLA DE CRISTAL» Como creador y guionista del programa La bola de cristal, quiero expresar la profunda indignación que he sentido ante el artículo de Leire Pajín titulado La generación de «La bola de cristal» (Público, 30 10 07), en el que la autora identifica a los seguidores de dicho programa […]
Como creador y guionista del programa La bola de cristal, quiero expresar la profunda indignación que he sentido ante el artículo de Leire Pajín titulado La generación de «La bola de cristal» (Público, 30 10 07), en el que la autora identifica a los seguidores de dicho programa con las huestes de Felipe González.
Además de indignación, sentiría auténtica zozobra si pensara que, efectivamente, La bola de cristal pudiera haber contribuido a gestar una generación de seudodemócratas dispuestos a justificar la corrupción y el terrorismo de Estado en nombre del orden y el «progreso». Pero afortunadamente no es así: en los últimos años he tenido la enorme satisfacción de conocer a muchos jóvenes que se declaran herederos de La bola de cristal, y es la primera vez que me encuentro con una «hija» que lo único que parece haber aprendido del programa es el grito de guerra de la bruja Avería: «¡Viva el capital!».