El PSOE se pone de rodillas ante el poder de la Iglesia, el PP también. El PP es fiel y respetuoso con la monarquía borbónica, el PSOE también. El PSOE apoya con rotundidad los bombardeos de la OTAN, el PP también. El PSOE da dinero público para salvar la banca privada, el PP también. El […]
Jorge López Ave
Y es entonces cuando nos llaman a las urnas, cuando los medios de comunicación nos dicen que sólo existen dos partidos y cuando creemos que el futuro esta en nuestro voto. Pero, nos equivocamos si pensamos tal cosa. Y por eso enterramos ayer, medio centenar de Indignados y 30 sindicalistas de CGT a Democracia ante las puertas del pabellón donde Mariano Rajoy realizaba su mitin de inicio de campaña electoral. Democracia ha muerto porque gane el PP o el PSOE, nuestro futuro esta en manos de unos especuladores que nos han arrastrado hasta esta «crisis» y de la cual se están beneficiando. Se ha salvado a la banca antes que a las familias desahuciadas, antes que a la sanidad y a la educación, antes que a los trabajadores, en suma, antes que al sistema de bienestar. Desde que se inició la crisis, el 27% de todo un año del PIB mundial se ha destinado a salvar el sistema capitalista. Sólo en España, de entre avales, créditos y nacionalizaciones el apoyo público a bancos y cajas asciende por el momento a casi 115.000 millones de euros. Mientras que el plan de austeridad iniciado en 2010 prevé un recorte del gasto público de 50.000 millones de euros en tres años. En consecuencia: 115.000 millones para los bancos y 50.000 millones de euros menos para el pueblo. ¡Gana la banca!
Con todo, los Estados se han endeudado con la finalidad de salvar a los bancos y, ahora, son los bancos y los acreedores los que les exigen que se les retorne la deuda. Bonito circulo vicioso si sabes como aprovecharte de él. Pero, ahora surge la pregunta: ¿quién salvará a los Estados? Pues bien, se exige que sea el pueblo; el que no ha jugado en el casino de la especulación y el que no ha aprobado en un ejercicio democrático -tal cómo lo podría ser un referéndum- la inyección de miles de millones de euro a un sistema financiero que se beneficia de la especulación. Y es ahora cuando el pueblo, tiene que estrecharse el cinturón, tiene que renunciar a parte de sus derechos como ciudadanos, tiene que aceptar el despido en empresas que no dejan de cuantificar beneficios, tiene que tolerar que se recorte en servicios públicos, tiene que participar en la ficción democrática y, encima, tienen que flagelarse por haber llevado un estilo de vida que estaba fuera de su alcance cuando el engranaje propagandístico del sistema no le había dejado de repetir que necesitaba.
«Total, ampliamos la hipoteca y nos vamos de crucero por el Mediterráneo.» En su día fue una frase inocente.
El pueblo debe dejarse exprimir para que los bancos y los acreedores de la deuda soberanamente española reciban sus pagos con intereses. Así pues, el dinero de los contribuyentes en las arcas públicas es sólo una parada obligada en su camino hacía los beneficiarios de la deuda, hacía los bolsillos de los políticos por sus privilegios o hacía algún Ministerio cómo el de defensa; que este año recibió una partida presupuestaria de 8.560,09 millones de euros descontando las ampliaciones de crédito para el Ministerio de 176,8 millones de euros para financiar los gastos ocasionados por la participación de las Fuerzas Armadas españolas en operaciones de mantenimiento de la paz, los 86,5 millones de euros para los gastos de la operación en Libia, los 1.000 millones de euros que, dicen los expertos, fuera del presupuesto ordinario se han financiado como consecuencia de la ampliación de efectivos en Afganistán y la aprobación de la misión en Libia y descontando, también, las partidas destinadas a otros Ministerios pero que están directamente relacionadas con el gasto militar; como las ayudas a I+D militar e inversiones en proyectos militares que salen del Ministerio de Industria o como el gasto de la Guardia Civil que es un cuerpo paramilitar, sujeto a una disciplina militar pero con cargo al Ministerio de Interior y, por último, los intereses de la deuda pública proporcionales al gasto militar. «La cuenta, por favor». Sí, son; 17.244,75 millones de euros en Defensa [1], 115.000 millones de bancos y 50.000 millones de euros de austeridad. «Pensándolo mejor, ¿tiene la carta de postres?» Claro, hoy tenemos gasto público, visita del papa y debate del papa. El gasto público español era de un 41,1% sobre el PIB total -1.088.502 millones de euros-, en el año 2008 -antes de la puesta en marcha del plan de austeridad-, una proporción alejada de la media europea que se situaba, en el mismo año, en el 46,1%. Un postre desaconsejable para rentas bajas y para partidas en educación, sanidad, servicios sociales, en definitiva, para el sistema de bienestar. En cuanto al segundo postre, le puedo decir que el Papa costó alrededor de 50 millones de euros; pero, la mitad la pagó las instituciones estatales, así que podría resultar más aconsejable para las rentas bajas escoger este postre; sino fuera porque, al igual que el tercer postre, tal gasto repercute directamente en la deuda pública y en los recortes en los servicios públicos. Sin embargo, quizás la mejor opción sea el debate televisado, sólo costará 300.000 euros de dinero público (aunque las fuentes de los indignados dicen que será medio millón de euros). «¿Y no tiene algo de fruta de temporada?» No; pero tenemos tiramisú de Financiación de la Iglesia Católica por más de 6.000 millones de euros y pastel de Gasto Real por 8.896.920 euros en el que no se integran los 6.530.770 de euros de los sueldos de 127 funcionarios y 8 trabajadores eventuales al servicio de la casa real, y, de los gastos corrientes que euros. «Pensándolo mejor, pediré un café». Tenemos café con aroma a privilegios políticos con sueldos vitalicios por valor a 62.000 euros anuales o café con leche y un chorrito de congelación de pensiones… «Nada, creo que solo quiero la cuenta…». Por supuesto, serán sin contar el gasto público y el gasto en los privilegios políticos: asciende a un total de una cantidad ingente de dinero. Una barbaridad que demuestra que el problema del país no está en el gasto público sino en que ingresa poco (y cada vez menos) por un deficiente diseño fiscal, gasta demasiado en lo que no debería y que, además, se muestra sumiso ante las directrices de un sistema económico insostenible. Y nos dicen que la solución es recortar en los servicios públicos y, con ello, demonizan el gasto público. Y nos repiten que debemos hacer sacrificios como si fuéremos los responsables de tal situación económica. Y nos explican que la solución es concederle la gestión de los servicios públicos a las empresas privadas porque ellas sí que saben sacarles beneficios aunque lo hagan deteriorando notablemente la oferta de dichos servicios.
Pero, que nadie se alarme, la Casta Política, con sus subvenciones del Estado, tienen los recursos económicos necesarios como para poder llevar a cabo su pantomima democrática. Nos dirán que ellos solucionarán la crisis, que ellos crearán empleo y que ellos reactivarán la economía del país cuando la realidad es totalmente diferente. España, con su elevada prima de riesgo, con las calificaciones alarmistas de las cuestionables agencias de rating, con su deuda, con su déficit, con sus problemas estructurales en su sistema productivo, con los sueldos congelados, con su problema de desempleo, etc. Con todo esto, y más, es difícil creer que la solución se pueda encontrar en las manos de los grandes actores del Teatro Nacional Democrático.
La democracia ha muerto a manos de los partidos políticos sometidos a la ambición de banqueros y empresarios, los medios de comunicación se han convertido en cómplices y encubridores de tal asesinato, la justicia no puede hacer nada porque es ciega en temas de capital y la masa es inmovilizada por la doctrina del miedo y de la pasividad. «No sirve de nada» concluyen los pesimistas sin recordar que el poder político, por definición y ley, reside en la legitimidad que le otorga el pueblo a los representantes políticos por tal de que velen por sus intereses y bienestar. Sin embargo, los políticos no están velando por nosotros porque Democracia no está entre nosotros desde que el poder político fue traspasado a la esfera del poder económico y desde que los agentes de éste último poder se convirtieron en los agradecidos dueños y señores del Estado que nos permiten votar cada cuatro años para hacernos sentir que tenemos algún tipo de capacidad de decisión. «Me gustas Democracia, porque estás ausente» dice el capital. Entonces, nos los creemos y hacemos el ridículo en las urnas cómo si nuestro voto contase para algo. Decidimos una vez cada 4 años y vivimos diariamente con las decisiones de quienes nos gobiernan sin poder optar a participar en esta patraña democrática por tal de opinar/votar en materias importantes que comprometen nuestro futuro tal cómo la Reforma de la Constitución. Sí, Democracia ha muerto y sólo iniciativas como Democracia 4.0 [2] pueden reanimarla; pues, ofrecen al pueblo un posible camino hacía la participación democrática transfiriéndole una cota de soberanía a cada ciudadano español con la que podrá participar activamente en las votaciones del Congreso de Diputados. Únicamente, se le podrá retornar la vida a Democracia si el pueblo empieza a ser consciente de que el poder real reside en él, que el poder de ellos reside en la transferencia del poder del pueblo hacía ellos y que sólo reclamando nuestro legítimo derecho de un real y activo ejercicio democrático para el pueblo. Pero esto asusta, sólo hay que prestarle atención al amenazante referéndum de Grecia para poder dilucidar la postura de las cúpulas políticas europeas frente a la participación democrática ciudadana: se niegan en rotundo e incluso se indignan ante tal posibilidad. ¿Qué el pueblo griego elija? Ni hablar, se le corta el grifo del «rescate» a Grecia dejándola quebrar antes de que el pueblo decida si acepta o no las condiciones del último plan de rescate.
Democracia, levántate y anda. Preséntate ante tus asesinos y libéranos del yugo al cual nos están sometiendo. Democracia, dame a mí o a quién mas preparado esté la posibilidad de debatir en campo abierto con tus asesinos. Democracia… nos disgusta que estés ausente y por eso, ayer, en Castelldefels, te lloramos.
Notas:
[1] La verdad del gasto Militar español 2011. Centre d’estudis per a la pau JMDELÀS. http://www.slideshare.net/
[2] Exige a nuestros representantes que tramiten una reforma para permitir la votación ciudadana directa en el Congreso de los Diputados http://actuable.es/
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